Con Cherry, Joe y Anthony Russo presentan su primera película desde la épica de Marvel, Los Vengadores: Infinity War y Vengadores: Endgame. Su último trabajo aparece ahora en el servicio de streaming Apple TV+ y difícilmente podría ser más opuesto a las mencionadas propuestas. La adaptación cinematográfica de la novela homónima de Nico Walker, las personas no tienen Iraq, sino una cosa por encima de todo: defectos.
En realidad, Cherry (Tom Holland) ya había encontrado el amor de su vida, o eso creía. Pero cuando Emily (Ciara Bravo) rompe con él para ir a la universidad en otro lugar, su mundo se viene abajo. Para reconducir su vida y alejarse lo más posible de todo, decide alistarse en el ejército. Una decisión de la que pronto se arrepiente; cuando Emily vuelve con él ya es demasiado tarde. Así, es enviado a Iraq, donde debe trabajar como médico y es testigo de un incidente devastador. Completamente traumatizado por esta experiencia, cae en las drogas tras su regreso a los Estados Unidos, lo que pronto le lleva a más víctimas.
El propio Holland actúa como narrador, fuera de cámara, comparte la historia de su protagonista como si Cherry caminara directamente sobre los pasos de las grandes epopeyas de Martin Scorsese. Pero aquí ya sale a relucir la mayor debilidad de la película: los Russo imitan a sus ídolos sin añadir ningún pensamiento propio a lo que se muestra, se trata de imitar posturas, el mayor número posible de ellas. En poco tiempo, Cherry se convierte en un duro tropo de lo indecible.
Holland se esfuerza por hacer palpable la transformación o el declive de su personaje. Sin embargo, el guión y la puesta en escena le permiten tropezar con momentos incalificables que quieren asustar pero que secretamente buscan una historia genial y heroica. Cherry no logra abordar su conmovedor tema fuera de los muy usados patrones del género. Toda la verdad que la película cree encontrar resulta ser otra imagen desgastada.
Por ejemplo, Cherry es, ante todo, un drama sobre un joven que tiene una notable habilidad para tomar repetidamente malas decisiones. No sólo va a la guerra como una reacción instintiva para poder olvidar su desamor, poco tiempo después ya es adicto a las drogas para olvidar la guerra. Además, se embarca en una carrera delictiva para poder seguir financiando su adicción, lo que le causa aún más problemas. Los directores lo muestran cómo alguien comete un error tras otro, deslizándose cada vez más hacia el abismo, ni siquiera hay un intento significativo de detener esta calamidad, en parte por la falta de un entorno intacto.
Cherry no es sólo la historia de un trágico caso individual. Más bien, en varios momentos queda claro que el protagonista es representativo de varias áreas problemáticas fundamentales de los Estados Unidos. Una de ellas es el afán por iniciar guerras en todo el mundo sin preocuparse de la gente sobre el terreno ni de sus propios soldados. Así, Cherry recibe una indemnización a su regreso, pero por lo demás está abandonado. El otro problema es la crisis de la droga en Estados Unidos, que nadie puede controlar. La película es, por lo tanto, una acusación a un sistema que siempre deja a la gente a su suerte y no hace ningún intento de ayudarla realmente
La supuesta intención estilística pretende enmascarar la impotencia con la que Cherry pasa de la película bélica al drama de las drogas, contando historias de robos de bancos, problemas de pareja y trastornos de estrés postraumático. Sin embargo, no hay ningún sentido del lenguaje cinematográfico. Todo es confuso, desordenado y forzado. Si los Russo destacaron como fuerza logística en las películas de Los Vengadores, Cherry carece incluso de una dinámica básica que permita el tirón que la voz en off intenta conjurar tan desesperadamente.
El primer esfuerzo directorial de los Russo después del gran trabajo con Marvel resulta ser una decepción sin medida. Sin embargo, como productores, los hermanos han demostrado regularmente en los últimos años que tienen un gran interés en dar un futuro al cine de mediano presupuesto. Cherry da la sensación de que están intentando compensar toda la última década dedicada a Iron Man, Capitán América y similares con una sola película. Al final, sin embargo, lo único que han hecho es crear un eslabón débil para obras mucho mejores.
