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Critica a «Ghostbusters: Frozen Empire» (2024) de Gil Kenan

Reseña a "Ghostbusters: Frozen Empire" de Gil Kenan, con Paul Rudd, Carrie Coon y Mckenna Grace.

Tras salvar al mundo de una antigua deidad, Gary Grooberson (Paul Rudd) y Callie Spengler (Carrie Coon) se han trasladado a Nueva York con los hijos de Callie, Trevor (Finn Wolfhard) y Phoebe (Mckenna Grace), para retomar el legado familiar. Después de todo, el padre de Callie, Egon, cazó y capturó a numerosos fantasmas con el Dr. Peter Venkman(Bill Murray), el Dr. Ray Stantz(Dan Aykroyd) y el Dr. Winston Zeddemore(Ernie Hudson). Sin embargo, a los jóvenes les resulta difícil la tarea, causando más daño durante sus apariciones que los propios fantasmas. Y también hay problemas en su vida privada: Phoebe no se siente tomada en serio por su edad. La única persona que la escucha es Melody (Emily Alyn Lind), que vaga por la ciudad como fantasma. Los Cazafantasmas pronto necesitarán todos los poderes que puedan encontrar. Porque cuando Nadeem Razmaadi(Kumail Nanjiani) quiere vender un viejo artefacto que perteneció a su difunta abuela, no tiene ni idea de lo que está a punto de desatar.

Los Cazafantasmas son conocidos por ser uno de los grandes éxitos de la década de 1980, con numerosas escenas icónicas y un tema musical que aún resuena en los oídos 40 años después. Sin embargo, el sueño de convertir el gran éxito en una franquicia solo tuvo un éxito parcial. El intento en 2016 de volver a los viejos tiempos con Cazafantasmas fracasó estrepitosamente. También se debió a que cuatro mujeres sustituyeron a los cuatro hombres, lo que, como era de esperar, no sentó bien a muchos. Pero la película tampoco era muy buena, sobre todo el humor dejaba mucho que desear. En otoño se hizo un nuevo intento con Ghostbuster: Afterlife. La película tuvo mucho más éxito en su intento de establecer una nueva generación, aunque al final se tiró de la carta de la nostalgia con bastante torpeza. Ahora llega Ghostbusters: Frozen Empire, la cuarta película "oficial".

Básicamente, la coexistencia de los veteranos y la nueva tripulación es más armoniosa que la última vez, cuando los Cazafantasmas originales se vieron forzados al final. Al menos Ray y Winston forman parte de la acción desde el principio y tienen algo útil que aportar a su manera. Claro que se siguen incluyendo uno o dos ejercicios de nostalgia un tanto torpes. Pero el resultado no es tan irritante como la última vez. Es agradable, por ejemplo, que aquí se haya introducido una nueva amenaza que sigue la tradición de las anteriores, pero sin limitarse a repetirlas. Ghostbusters: Frozen Empire también presenta un nuevo fantasma, lo cual es un buen añadido. Sin embargo, no hay que esperar demasiado en este sentido. La película hace publicidad de las cualidades gélidas del antagonista. Pero estas solo se muestran en la atmosférica apertura y de nuevo en el último cuarto. Entre medias, no es más que un tópico entre muchos otros.

Gil Kenan, coautor del guión junto con Jason Reitman la última vez, pero que también ha asumido las tareas de dirección aquí, tiene que hacer malabarismos con un número inmanejable de personajes. No sólo están los cuatro nuevos y el viejo equipo. Con Nadeem, el ayudante científico de Winston, Lars Pinfield(James Acaster) y Lucky Domingo(Celeste O'Connor), así como el compañero de Ray, Podcast(Logan Kim), hay otros cuatro personajes permanentes. Por no hablar del fantasma Melody. Por un lado, es agradable que en Ghostbusters: Frozen Empire haya diferentes líneas argumentales que se suceden en constante rotación. Pero también significa que la película está bastante sobrecargada. Sobre todo porque algunas de las escenas clave son muy cortas, y el final en particular se acaba decepcionantemente rápido.

Reitman y Kenan dejan de lado precisamente el aspecto que hace que Los Cazafantasmas sean lo que son: el bolo creativo, la misión suicida que se atreve a investigar y a defenderse de lo sobrenatural. Lo que queda es lo ya probado, desplazado por problemas interpersonales que no tienen nada que ver con los fantasmas, y la carga de horrendos agujeros en la lógica que tienen que actuar como puntos de inflexión en el guión para que la historia avance en absoluto. Cuando todo lo demás se les queda colgado, Ghostbusters: Frozen Empire acaba en una pendiente resbaladiza abandonada por todos los buenos espíritus, que deja meridianamente claro hasta qué punto Reitman y Kenan se han dejado amordazar por los modelos a seguir y por qué agendas han tenido que pasar absolutamente por encima para llevar a los estudios el éxito previsto gracias a muchos análisis.

Los fantasmas se han cansado, al igual que los viejos Cazafantasmas (aparte de Aykroyd), los jóvenes ya no tienen el espíritu pionero de los antiguos y luchan con los problemas de la Generación Z, que diluyen el espeluznante culto. Pero como muy tarde al final, cuando Ray Parker Jr. aparece de nuevo y el Ecto-1 vuelve a doblar la esquina mientras suena la sirena ululante, el fanservice vuelve a ser aceptado con gratitud, como los veinte que te da la abuela cuando has ido de visita. Básicamente, sin embargo, la maravilla de un solo éxito de Parker en YouTube es suficiente para que te sientas igual de satisfecho que después de dos horas de magia en el cine.

Es una pena, porque hay muchas cosas simpáticas y divertidas. Hay escenas divertidas. Otras llegan al corazón cuando Phoebe anhela encontrar un lugar para sí misma. De todos modos, no se puede reprochar nada al conjunto. Aparte de Murray, que parece un poco fuera de lugar aquí, todo el mundo pone su corazón y su alma en la película, incluso cuando no tienen mucho que hacer debido al abultado guión. Tal vez, después de todo, Ghostbusters: Frozen Empire debería haberse convertido en una serie, ya que se supone que la película está basada en la serie de animación Los Auténticos Cazafantasmas. Lo que queda es una película que hace muchas cosas bien, pero no encuentra el equilibrio necesario. Si hay otra entrega, al menos se han sentado las bases sobre las que construir. Sería una pena no seguir utilizando estos elementos.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.

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