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Critica a «Profile» (2021) de Timur Bekmambetov

Reseña a "Profile" (2021) de Timur Bekmambetov con Valene Kane (filmada en 2018).

El director de Nightwatch y Daywatch, que se ha convertido en un habitual de las grandes producciones (Wanted, Ben-Hur), dio la sorpresa al realizar una emocionante película a partir de montajes de pantallas de ordenadores y teléfonos móviles. El resultado, que al principio confunde a los espectadores acostumbrados a otro tipo de montaje de Timur Bekmambetov, es una película que funciona.

Adaptando aquí una historia real, que data de 2014, en la que está implicada una periodista inglesa, que intentaba contactar con un reclutador del Estado Islámico, la película trata de mostrar los mecanismos de un embrujo basado sobre todo en la seducción o la fascinación. Pero el guión de Profile toma caminos inesperados, logrando instalar rápidamente la tensión y mantenerla de principio a fin, gracias a las intrusiones externas en esta investigación a través de la pantalla.

Brian de Palma ya había experimentado ampliamente con los tipos de imágenes disponibles hoy en día con la emocionante Redacted (2008). Por su forma de dirigir, incluyendo aquí todas las tecnologías en una sola pantalla (la de la heroína que se convierte en la del espectador), Timur Bekmambetov lleva la reflexión un paso más allá. Destaca la multiplicidad de peticiones que nos llegan cuando estamos conectados (correo electrónico, mensajes instantáneos, internet, Skype...), como muchas intrusiones potenciales. También muestra la increíble cantidad de información disponible en la red, como muchas fuentes de peligro potencial para nuestra intimidad (y paradójicamente también de mentiras).

Las distintas ventanas abiertas en pantalla desempeñan un papel importante en este sentido. A través de ellas vemos en paralelo las notas que Amy ha tomado para las conversaciones, su investigación sobre las declaraciones de su contraparte, pero también las advertencias de colegas y amigos. El peligro de quedar expuesto por un solo error en el juego con dos identidades está siempre presente; los constantes cambios entre las cuentas privadas y las falsas de Facebook, entre las dos cuentas de Skype o los chats paralelos con su compañero de vida Matt (Morgan Watkins) y el nuevo amigo de Siria aumentan la tensión, pero también muestran la creciente agitación del protagonista. 

Bekmambetov toma muchos elementos del libro de Anna Erelle y también recrea momentos de las conversaciones que a veces parecen casi absurdos, como la declaración del combatiente del ISIS de que el cinturón suicida es sólo la última moda entre las mujeres que llegan de Europa.

Aunque todos estos pasajes, o incluso el amplio uso de gifs de gatos en la conversación, proceden directamente del libro, Bekmambetov decide hacer un cambio decisivo y necesario en la segunda parte. 

El libro de Anna Erelle separa claramente sus pensamientos de los de su alter ego ficticio, Melody, mientras habla de sí misma en primera persona, informa en tercera persona sobre la sumisa Melody, que de repente se siente necesitada y querida. En realidad, la periodista detestaba cada vez más a su homólogo, como explicó en las entrevistas que rodearon la publicación del libro. Sin embargo, Bekmambetov une a los dos personajes en la película. En el caso de Amy, esto pone cada vez más en duda lo que realmente siente por su interlocutor mientras tanto, amenaza con sucumbir al carisma de Bilel, interpretado por el actor Shazad Latif. A medida que ella comienza a entender su lado también, él se abre más y más. 

Este tipo de visión de la vida interior de un personaje es siempre más difícil en una película que en una novela, donde el autor puede escribir lo que alguien piensa y siente, pero Bekmambetov lo consigue en su thriller, y casi sin palabras. El hecho de que Amy repase ciertos pasajes de la conversación, invoque la foto de la madre de Bilel, investigue dónde se encuentra en ese momento, se pregunte por qué no se pone en contacto, deja claro, incluso sin tener que decirlo, que está repentinamente preocupada por él. No habrían sido necesarios los breves mensajes de Skype o del chat con colegas y amigos, que sólo están ahí para subrayar este punto una vez más. 

Con el cambio respecto al libro, el director kazajo aprieta el tornillo de la tensión, hacia el final, los acontecimientos llegan a su punto álgido. Como Bekmambetov se ha asegurado que Amy no esté claramente posicionada, todo parece posible, lo que vale la pena especialmente en el final. Aquí es también donde la actriz principal, Valene Kane, que primero tiene que cambiar constantemente entre la dura periodista Amy y su papel de sumisa Melody, y finalmente unir ambos, tiene sus momentos más fuertes. Al final, el director tiende un puente hacia los hechos reales que rodean a Anna Erelle y nos hace ver su destino, la reportera está ahora bajo protección policial. Se ha emitido una fatwa, según la cual es deber de todo musulmán matarla.

Por último, Profile se debe mucho a ella, su actriz principal, Valene Kane, que sólo se ve en una pequeña parte de la pantalla, cuando está hablando con el reclutador o con sus amigos. Rápidamente consigue hacernos olvidar el irrealismo de la edad del personaje que interpreta y encarnar una presión múltiple. Y al final, la película es emocionante, sorprendiendo por su ritmo constante y la inteligencia de su tema.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.