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Critica a «El Poder del Perro» (2021) de Jane Campion

Reseña a "El Poder del Perro" de Jane Campion con Benedict Cumberbatch, Kristen Dunst y Jesse Plemons.

El western de Jane Campion, El poder del perro, producido por Netflix, puede compararse con su obra maestra ganadora del Oscar El piano, en varios aspectos. Al fin y al cabo, en ambas películas una viuda y su hijo acaban con un nuevo marido rico en un paraje inhóspito, en el que se desarrolla una especie de triángulo amoroso y en el que un piano desempeña un papel protagonista en cada caso. Sin embargo, la adaptación de Campion de la novela homónima de Thomas Savage, publicada en 1967, no es simplemente una variación de su película más famosa.

El poder del perro toma una dirección completamente diferente. No se trata del poder épico y erótico del amor. Y aunque al principio parece una historia contada con el espíritu del movimiento feminista, no se trata de la autoliberación del personaje femenino, porque de repente esta se ve puesta al límite en la segunda mitad. Sin embargo, hay otro punto común central: al igual que El piano, El poder del perro también cuenta con un destacado cuarteto de actores. 

Originarios de Montana, los hermanos Phil y George Burbank son diametralmente opuestos. Tan refinado, brillante y cruel como Phil, George es flemático, meticuloso y benévolo. Entre los dos dirigen el mayor rancho del valle de Montana, una región alejada de la modernidad galopante del siglo XX, en la que los hombres siguen asumiendo su virilidad y en la que se venera la figura de Bronco Henry, el mejor vaquero que Phil ha conocido. Cuando George se casa en secreto con Rose, una joven viuda, Phil, borracho de ira, se propone destruirla. Entonces decide conseguir a Rose utilizando a su hijo Peter, un chico sensible y afeminado, como peón en su despiadada y sádica estrategia.

El poder del perro no es un western clásico. Está muy lejos de lo que han hecho los estadounidenses o los italianos en el pasado. Es un auténtico drama/thriller y de combustión lenta, algo diferente a los conocidos western. Con el paso de los capítulos, descubrimos a los diferentes protagonistas. Los dos hermanos Phil y George, su forma de gestionar el rancho y luego, más tarde, Rose y su hijo Peter que se inmiscuirán en la vida del rancho. No hay muchos personajes, pero sí bastantes historias que les conciernen. A pesar del ritmo pausado, Campion hace malabares con todos estos cambios y desarrollos. 

La primera hora no es fácil y confundirá a muchos. Realmente se toma su tiempo. ¿Hacia dónde va la narración? ¿Cuál es el verdadero tema? Realmente no importa porque la escritura es buena. Hay mucho trabajo en el encuadre y la composición de las tomas.

Cuando comienza la segunda hora, los objetivos se vuelven más claros. Empezamos a ver la dirección que toma la historia y tenemos que admitir que esta es hermosa. Reina una rara intensidad, el más mínimo acontecimiento es fuente de estrés y tensión. 

A pesar de esta primera hora más difícil de la película, el espectador no puede evitar dejarse atrapar por el espectáculo que se desarrolla ante sus ojos. La fotografía de Ari Wegner es subyugante, sirviendo perfectamente al encuadre de Campion, mientras que la música de Jonny Greenwood termina de hipnotizar. 

El buen reparto también dio sus frutos. Uno de los aspectos más emocionantes de El poder del perro es la ambivalencia de cada uno de los personajes, que los cuatro actores saben representar de forma impresionante. Se abordan cuestiones sobre los modelos de conducta, la masculinidad tóxica, la imagen clásica del hombre y los roles de género, así como las relativas a la soledad, la pertenencia y la melancolía. Al final, uno se ve literalmente absorbido por el mundo que Jane Campion ha llevado a la pantalla de forma tan impresionante y pronto se pregunta si se pueden clasificar los personajes en categorías tan triviales como ´buenosy ´malos. Cada uno de los personajes parece refrescantemente complejo, tiene sus vicios, pero también sus lados buenos. En este sentido, también parece interesante el cambio de enfoque de ciertos personajes. En general, muchas cosas sólo se insinúan, lo que parece un poco difuso en algunos puntos y que, por otro lado, también deja mucho espacio para las propias interpretaciones.

El hecho de que Campion ponga a un vaquero machista en el centro de su último western es bastante sorprendente. Benedict Cumberbatch, con su acento americano, como si fuera un pastor de vacas desde siempre, no es un personaje que se pueda esperar de Campion. Su Paul, al que, según admite, "le gusta apestar", es entonces sólo superficialmente un héroe del oeste. La  directora de El Piano utiliza el género como plantilla para los personajes que luchan con las identidades de género que uno esperaría 100 años después.

Porque los granjeros que retrata Jane Campion, son bastante snobs. Son los años 20. Los primeros automóviles rugen por las Montañas Rocosas, y la educación universitaria de la Ivy League no tiene por qué ser mutuamente excluyente con la ganadería. Sí, hasta al tenis se juega en la granja. Los mundos chocan: cosas rudas como trenzar cuerdas, castrar toros, ensillar caballos, por un lado; cosas delicadas como tocar el piano, dibujar anatómicamente de forma correcta y probar moda.

La película juega con las expectativas insatisfechas y se mueve por pistas falsas. La estructura de los capítulos, ofensivamente forzada con números romanos, refuerza la indecisión, que probablemente se encuentra en el guión. Si Phil silba la Marcha Radetzky, amenazan muchos menos problemas de los que cabría esperar debido a su masculinidad tóxica. Porque hasta el mayor de los rufianes tiene un pañuelo de seda que le gusta especialmente acariciar. Y el alcoholismo de Rose parece un cliché a medias.

Kodi Smit-McPhee, brillante en el papel del fino  Peter, se convierte en el personaje más intrigante de una película en la que, tras todo el simbolismo, la dramaturgia real se queda tan corta que incluso el último giro se escapa. El final precipitado sólo confunde, pero les aseguro que abrirá muchos debates.

El poder del perro es una obra cautivadora que no teme romper con los esquemas narrativos clásicos y que, por ello, también apuesta por un final bastante abrupto. El magnífico reparto, la música inquietante y la ambigüedad de los personajes contribuyen a que uno se deje llevar inmediatamente por la trama. Algunas cosas podrían haberse tratado de forma más directa, pero en general la atmósfera de tensión y la sutil narración hacen que el ritmo sea muy atractivo.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.