A la industria del cine en general siempre se le ha demandado un mayor protagonismo sobre los villanos que amenazan la estabilidad de los típicos pero funcionales “Erase una vez…” y a los que Disney, sobre todo, le debe la mayoría de los conflictos en sus películas clásicas. Hay un cierto interés por parte del público en interiorizarse en la vida de estos villanos, entenderlos, conocer sus motivaciones y sus orígenes.
Y si hablamos de villanos, es imposible no poner sobre la mesa la historia de Los 101 Dálmatas, novela infantil del año 1956 escrita por Dodie Smith, que pasaría a la historia por la adaptación cinematográfica animada de Walt Disney Pictures de 1961, La Noche de las Narices Frías (Clyde Geronimi, Wolfgang Reitherman y Hamilton Luske). Historia en la que se presentaría a la mayor villana de la historia de Disney y sin duda una de las más influyentes en la historia del cine: Cruella de Vil.
Glenn Close sería la primera actriz en darle vida a la villana (más allá de la voz de Betty Lou Gerson) en 101 Dálmatas (Stephen Herek, 1996), un remake de la película de 1961 que trasladaba y adaptaba la historia al Londres de los años 90s.
En 2013, Walt Disney Pictures anunció la producción de Cruella, una película que se centraría a diferencia de los materiales anteriores en la historia de Cruella de Vil. La película inmediatamente se volvió uno de los focos de atención más importantes sobre las producciones de Disney que aparte de sus películas animadas se ha interesado por revivir clásicos animados en formato de live action o imagen real, dentro de las cuales se encuentran títulos como Maléfica (2014), Cenicienta (2015), El Libro de la Selva (2016), La Bella y la Bestia (2017), Aladdin (2019), El Rey León (2019) o Mulán (2020).
Y cuando en 2016 se anunció que Cruella sería protagonizada por Emma Stone, cuya carrera no ha hecho más que crecer desde entonces, condecorándola incluso con un premio Oscar a Mejor Actriz por su papel en La La Land: Una Historia de Amor (Damien Chazelle, 2016), el entusiasmo de los fanáticos por su llegada no hizo más que incrementar más y más.
En Londres en los años 70, Estella (Emma Stone), una joven brillante y creativa se gana la vida como ladrona y estafadora junto con sus amigos Jasper (Joel Fry) y Horace (Paul Walter Hauser). Apasionada desde pequeña por el diseño de modas, Estella termina por llamar la atención de la Baronesa von Hellman (Emma Thompson), la figura más importante en la industria de la moda, pero ciertos eventos en la relación de Estella y la Baronesa abrirán lugar para el lago perverso de Estella oculto desde su infancia: Cruella.
El argumento de la película dirigida por Craig Gillespie funciona como una historia de origen, no precisamente de la Cruella que conocemos como la encarnación del mal. Sino a una versión joven que da sus primeros pasos hacia el lado villanesco del universo Disney. Pero hay un dilema claro al intentar retomar e intentar actualizar personajes icónicos originales de hace más de 60 años, y es que inevitablemente serán hijos de sus tiempos.
Y es quizás, justamente en este aspecto que la película intenta despojarse del material original o previo en mayor medida, en sus personajes, los cuales, a pesar de aspirar a mantener su esencia, pasan por cambios sustanciales que los vuelven personajes contemporáneos que apuntan a un público moderno.
Estella (Cruella) interpretada por Stone de manera excelente, logra hacer un buen balance entre una joven con actitud pseudo punk en el que opera constantemente y la versión vieja y conocida de Cruella con frases, sus expresiones, tonalidad, cadencia en el habla y hasta en su lenguaje corporal. Por otro lado, tenemos a la Baronesa (Emma Thompson), un personaje que resultará mucho más similar a la antigua y a su vez futura versión de Cruella. Es el personaje de la Baronesa quien termina siendo no solo la mayor competencia para Cruella, sino que también para Stone. Dado que, por como esta construida la historia, hay cierto puje por protagonismo que opera tanto de manera diegética como extra diegéticamente. Algo que, aunque no debería suceder (la película debería en todo momento estar liderada por Cruella), es de esperarse por la basta experiencia de Thompson y por una Stone en sus años de gloria. Lo cual, aunque puede funcionar de manera pendular, termina por sacar lo mejor de ambas actrices.
También se nos introduce al origen de otros personajes conocidos, principalmente a Jasper y Horace quienes en esta versión no ocupan el lugar estricto de empleados o patiños de Cruella, sino de amigos de la infancia y compañeros. Aparte de, por supuesto, guiños y pequeños papeles secundarios a quienes en la cronología del universo de Los 101 Dálmatas continuarían con la historia.
En este punto puede parecer inevitable comparar Cruella con las películas anteriores. Sobre todo, en cuestión de personajes. Las escenas de Jasper y Horace en la versión de 1961 no solo ocupaban gran parte de la película, sino que terminaban resultando en las más divertidas. Y en 1996, el regocijo ante el sufrimiento de Hugh Laurie (Jasper) y Mark Williams (Horace), que evidenciaba claramente la presencia de John Hughes, escritor de Mi Pobre Angelito (Chris Columbus, 1990) como guionista de la cinta, nos compraban con risas ante los golpes ajenos, formula que en Cruella no acompañaría ni al clima ni lo que esperamos de los personajes. Y por supuesto, comparar a Glenn Close con Emma Stone, sería contraproducente, ya que, para el final de la película, resulta evidente que, Close representa a una Cruella despreciable, despiadada y malévola, que recuerdan a la versión cadavérica y siniestra de 1961, y el arco del personaje de Stone va por un lugar completamente distinto.
Todo esto se presenta en pantalla durante 2 horas y 14 minutos de duración, las cuales, aunque no necesariamente sea hacen difíciles de llevar, resultan innecesarias por lo repetitivo de ciertas secuencias. Y esta idea de repetición se enfatiza aún más con la extensa lista de canciones icónicas de artistas variados dentro de los cuales se encuentran The Doors, Nina Simone, Queen, Blondie y The Clash que buscan sonorizar la idea de Cruella más como disruptora cultural y no con aquella versión animada que nos dejaba frases aterrorizantes como “Envenénenlos, ahóguenlos, péguenles en la cabeza”, hablando de los cachorros dálmatas, por supuesto.
Esta sonorización aparte de ser uno de los elementos más ambiciosos de la película, guía el ritmo de la película en el montaje, la fotografía y la esencia de su protagonista, y aunque termina por dejar pasajes atractivos e interesantes, termina opacando el gran trabajo de diseño de producción, vestuario, maquillaje, etc. mientras esperamos la llega de la próxima gran secuencia con la próxima gran canción.
Así como para 1961 La Noche de las Narices Frías fue un punto clave para la historia de la animación por las innovaciones técnicas que se necesitaron para poder llevar a cabo su realización, Cruella innova al actualizar, construir y profundizar en un universo ficcional el cual conocimos durante más de 60 años, pero conocíamos muy poco.
Mucho se ha hablado desde el estreno de su primer trailer de Cruella, a raíz seguramente de una serie de comentarios en Youtube, de “una combinación de Guasón (Todd Phillips, 2019) y El Diablo Viste a la Moda (David Frankel, 2006)”. Una interpretación injusta hacia la película y totalmente injustificada. No solo por una cuestión narrativa, de uso del dispositivo fílmico, manejo del relato y por sobre todo por que a pesar de lo reiterativo que pueda resultar por momentos y de su larga duración la película funciona por cuenta propia sin depender del material de origen.
Cruella una experiencia atrapante y entretenida para las nuevas audiencias, pero que no deja de lado al público familiarizado con las aventuras de Cruella y los dálmatas quienes encontrarán incontables detalles que intentarán ubicar como piezas en un rompecabezas incompleto. Acompañarla con un visionado de las películas anteriores (sobre todo las adaptaciones de Los 101 Dálmatas de 1961 y 1996) refrescará nuestra memoria y nos hará disfrutar los guiños, referencias y captará nuestra atención de una manera totalmente distinta, en el buen sentido.
Cruella estrena el Viernes 28 de mayo, estreno en simultáneo en salas de cine disponibles y en Disney+ a través de Premier Access. A través de la plataforma Disney + también se pueden encontrar todos los títulos anteriores de 101 Dálmatas bajo una colección homónima que incluye material extra y pequeños documentales.
«Cruella» (Cruella, 2021). Director: Craig Gillespie. Reparto: Emma Stone, Emma Thompson, Joel Fry, Paul Walter Hauser, John McCrea y Mark Strong. Guion: Dana Fox y Tony McNamara. Historia: Aline Brosh McKenna, Kelly Marcel y Steve Zissis. Basada en: “101 Dálmatas” de Dodie Smith. Fotografía: Nicolas Karakatsanis. Banda Sonora: Nicholas Britell. Producción Ejecutiva: Emma Stone, Glenn Close, Michelle Wright, Jared LeBoff, Aline Brosh McKenna y Jessica Virtue. Productoras Walt Disney Pictures, Gunn Films, Marc Platt Productions & TSG Entertainment. Distribuye: Disney + y Walt Disney Studios Motion Pictures. Duración: 134 minutos. Estreno: 28/05/2021.
Nicolás Medina (Original para COCALECAS.NET, 26/05/2021)