Críticas de Cine y Artículos

Tenet (2020) de Christopher Nolan

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Christopher Nolan es el gran autor-entretenedor del Cine Hollywoodense del Siglo XXI. Es el digno heredero de lo que fue Alfred Hitchcock en los años 50s y 60s, y Steven Spielberg a partir de que estrenara Jaws allá por el año 1975. De todas maneras, poco o nada de sus inicios nos podían anticipar eso. La primera película del bueno de Christopher data de 1998 y se llama Following. En ella ya podemos ver varias de las señas de identidad que el cineasta: una narrativa ambiciosa y no siempre lineal, un desarrollo casi detectivesco y muy deudor del film noir, y un desenlace ambiguo que deja al espectador lleno de preguntas y cuestionamientos. Lo destacado de la opera prima, de todas maneras, es su escaso presupuesto (6000 dólares) y la polifuncionalidad del propio Nolan que, además de ocupar sus usuales tareas de escribir, producir y dirigir, también se encargó de la fotografía y el montaje de la película, lo que le daría, creo yo, un plus para entender la importancia de lo técnico pensando para cuando pudiera disponer de un presupuesto más generoso. Más tarde, en el Festival de Venecia de 2000, llegaría la película que lo puso en el mapa, y la que todavía considero su mejor obra: Memento, la cual no sería vista en el resto del mundo hasta 2001. La historia de búsqueda de venganza por parte de un hombre sin memoria de corto plazo, narrada parcialmente en reversa, presentó al mundo un cineasta con gran inventiva y ambición que muchos, en su momento, vieron como un posible “nuevo Tarantino”, sin saber que estábamos en presencia de alguien que se crearía un nombre propio dentro de la cultura popular. Luego de dirigir con gran oficio el encargo de rehacer Insomnia, Warner Brothers contrataba a Nolan para uno de sus proyectos y tareas más importantes de principios de Siglo: revivir a Batman, como fuera, tras los fracasos de Joel Schumacher en los 90s. Misión nada fácil, pero que el cineasta británico aceptó y cumplió con creces, creando una de las cimas del blockbuster moderno.

Los Batman de Nolan son propios de un mundo post 9/11, donde los villanos ya no son solo psicóticos disfrazados con planes estrambóticos, sino que son más similares a los terroristas fundamentalistas que tanto miedo acechan sobre occidente en los últimos 20 años. Tan deudor de James Bond como de los cómics de DC, el Dark Knight de Nolan lo posicionó en un lugar que nadie, desde James Cameron quizá, tenía en el Hollywood moderno: el de ser un autor personal, cerebral y hasta casi intelectual trabajando desde el Cine más aparatoso, caro y ambicioso que los millones podían comprar. En el medio de sus aventuras en el cómic, dos películas muy personales: The Prestige e Inception. La primera es, en mi opinión, una joya olvidada dentro de la filmografía del cineasta, además de una de sus mejores películas, dónde el británico nos muestra todos sus intereses cinematográficos: el siempre tener un truco nuevo, el jugar con la ingenuidad de los espectadores, el esconder todo a plena vista. La segunda, otro fenómeno pop que marcó a los espectadores en 2010, y que, si bien valoro, siempre me ha parecido muy deudora de Paprika de Satoshi Kon y la Saga The Matrix de Las Hermanas Wachowski. Después llegaría Interstellar, una especie de intento de aunar la grandeza cósmica de 2001: A Space Odissey con el humanismo de Close Encounters of the Third Kind, pero la prueba fue muy compleja y Nolan casi es devorado por el agujero negro. Para su suerte (y la mía), el cineasta volvió con todo su potencial en Dunkirk, film bélico sobre la hazaña británica en la Segunda Guerra Mundial y, en mi opinión, no solo la mejor película de guerra de lo que llevamos de Siglo, si no también una de las mejores cintas (a secas) de la última década.

Y así...es que llegamos a Tenet. Me enteré de su concepción a principios de 2019. Warner había marcado una nueva "película evento" de Christopher Nolan en Julio de 2020 con un joven trío protagonista en John David Washington (hijo de Denzel), Robert Pattinson y Elizabeth Debicki. Pronto supe que el presupuesto era mayor que 200 millones de dólares y más tarde leí que Nolan la había marcado como su "obra más grande y ambiciosa". Con la espera por las nubes y la llegada global del Coronavirus, parecía que no veríamos la película en 2020, pero Nolan, contra viento, marea y COVID, logró estrenarla...pero lamentablemente, la película es su creación más floja dentro de toda su rica filmografía. Vamos por partes. Decir que Tenet es el Bond Nolanesco parecería repetitivo. Después de todo, estamos hablando de un cineasta que tomó varios elementos de la Saga del Agente 007 para crear sus dos obras más icónicas en la cultura popular: la Trilogía del Dark Knight e Inception. Pero Tenet parecería ser el argumento definitivo que Bond no está en los planes del realizador, ya que la Saga ya es parte de Nolan, y este la usa para mezclarla con sus intereses, en este caso, una nueva lección en la manipulación del tiempo. El villano que interpreta un entregado Kenneth Branagh no desentonaría en ninguna película del Agente 007, con toda su megalomanía y ridiculez, y la facultad de "trotamundos" propia de la franquicia británica es algo que le queda chico a Tenet, que sacando Oceanía y la Antártida, se encarga de visitar todos los continentes. Ahora, la gran virtud de Tenet, es ser un "Bond aumentado"...hasta la hora de metraje, aproximadamente, cuando la pseudo-ciencia de Nolan empieza a invertir el tiempo y la realidad y el espectador se pierde en una cacofonía de imágenes y sonidos que aturden y, finalmente, me aburren, para ser honesto. Así mismo, se extraña cierto elemento emocional que si aparecía en varios de los otros largometrajes del director, ya que nunca se logra conectar con ninguno de los personajes, más allá del intento por hacer de Elizabeth Debicki (tan alta) el corazón de la película. John David Washington (competente) y Robert Pattinson (cada vez mejor actor) dotan de carisma y estilo a sus roles, pero en ningún momento sentimos que nos interesen particularmente. El que se salva, porque supongo que entendió perfectamente el tipo de performance que Nolan necesitaba es el ya mencionado Branagh. En fin, es una pena que Nolan entregue su primer gran tropiezo en "la película que iba a salvar a los cines de la catástrofe", ya que lamentablemente se olvida de los dos elementos fundamentales en el Cine: contar una historia...y las personas, ya que sea en un desastre, en la vida o en las películas...lo que importan...son las personas.

Acerca del Autor

Juan Manuel Fábregas

Uruguayo. Gran creyente de la Iglesia de Paul Thomas Anderson. Crítico de Cine y Realizador desde 2013, escribiendo para publicaciones y revistas como RouMovie.com, Cartelera.com.uy y Gorosito.Tv.

Email: fabregasmendiburu@gmail.com
Tel: +598 91 311 263