Barry Jenkins no llegó a pronunciar el discurso que quería dar en los Oscar el año pasado. Es fácil entender por qué: "Moonlight" no se anunció inicialmente como el ganador de la Mejor Película, por lo que cuando subió al escenario por segunda vez esa noche, estaba demasiado nervioso para leer sus comentarios preparados.
En South by Southwest, Jenkins finalmente rectificó eso.
"Tarell [Alvin McCraney, coguionista] y yo somos Quirón. Somos ese chico. Y cuando ves 'Moonlight', no asumes que un niño que creció cómo y dónde crecimos nosotros, podriamos fabricar una obra de arte que gane un Premio de la Academia, ciertamente no crees que creceras para ganar el premio ", dijo al entregar un Keynote en SXSW. "He dicho eso mucho y lo que tengo que admitir que me puse esas limitaciones. Me negué a mí mismo ese sueño. No tú, nadie más, yo. Y así, para cualquiera que mire a este que se ve a sí mismo en nosotros, que esto sea un símbolo, un reflejo que lo lleve a amarse a sí mismo. Porque hacerlo puede ser la diferencia entre soñar y de alguna manera, a través de la gracia de la Academia, realizar sueños que nunca te permitiste tener
Jenkins cubrió un montón de terreno durante su discurso de una hora, comenzando la historia de su viaje cinematográfico con su amor por "Die Hard" ("la mejor película navideña jamás realizada") y las preguntas que tuvo a medida que avanzaban los créditos: "¿Qué es un agarre (grip)? ? "Finalmente se dio cuenta de que quería ser uno de esos nombres, por lo que pasó de estudiar escritura creativa a estudiar cine en la Universidad Estatal de Florida. Fue allí donde Jenkins dirigió "My Josephine", un ambicioso corto de ocho minutos que tocó varias veces a lo largo de su Keynote y alentó a todos a escuchar si aún no lo hubieran hecho:
El discurso de Jenkins terminó de manera similar a como comenzó, con una anécdota sobre hacer "Moonlight" que dijo que lo "derribó". Mientras filmaba la película en un lugar de Miami un día, notó que algunos de los jóvenes actores negros miraban los monitores y usaban sus auriculares para ver las imágenes que habían sido filmadas. Algo había cambiado: ahora, tal vez, podrían imaginarse haciendo una película cuyo éxito supere sus sueños más grandes.
