Cuando la locomotora de vapor vaticinaba la supremacía del Capitalismo, el siglo XIX comenzaba a dar frutos grandiosos para la humanidad. Dicho invento provocó un efecto dominó en temas de ciencia y cambios ideológicos; parecía que la sociedad se acercaba a un nuevo orden mundial: cambios radicales y muy rápidos pero, sobre todo, llenos de magia, misma que el cine provocó también con su llegada.
Terminaba el siglo y los hermanos Lumière, influenciados por el ambiente de la época, vieron en la fotografía la oportunidad de revolucionar el entretenimiento; dándole un giro e innovando a partir de ésta, crearon un universo nuevo y escalofriante a la vez, tanto que cuando mostraron la primera proyección la gente salió despavorida, pues creían que la locomotora de vapor en la pantalla iba a arrollarlos.
Así fue el primer contacto humano con el séptimo arte. Las décadas pasaron y el público se fue habituando a las pantallas en movimiento, se crearon grandes clásicos y muchas frases quedaron para la posteridad; algunas de ellas nos marcaron tanto que hemos adoptado palabras que nuestros personajes favoritos dijeron por primera vez frente a una cámara.
A continuación te presentamos algunas frases icónicas que seguimos diciendo en algún momento de reflexión, cuando estamos en la fiesta o cuando queremos darle aliento a alguien más, sin olvidar el toque dramático:
"Después de todo, mañana será otro día”, Lo que el viento se llevó (1939)
Dirigida por Victor Fleming, esta película cuenta la historia de una chica que lo tiene todo: dinero, estatus y hasta esclavos, lo único que no puede conseguir es el amor de Ashley Wilkes (Leslie Howard). La vida de Scarlett O´Hara atraviesa por grandes vicisitudes y dolorosas pruebas antes de darse cuenta que el valor monetario no es tan importante como el interior. Cuando menciona esta frase, en medio de la devastación, podemos ver su desesperación pero también la esperanza al saber que al otro día habrá nuevos planes, vivencias y un nuevo rumbo.
“El dinero nunca duerme”, Wall Street (1987)
No se dijo por primera vez en el cine pero el personaje que la inmortalizó fue Gordon Gekko (Michael Douglas) en “Wall Street” . Los 80 no serían lo mismo para los magnates, millonarios y todo aquel que quería ascender en el más oscuro mundo de los negocios si no hubieran tenido en su mente esta frase. Hoy la hemos usado prácticamente todos por lo menos una vez en la vida: empresarios, banqueros, emprendedores, oficinistas, etc. Nadie se salva.
“Soy el rey del mundo”, Titanic (1997)
Para James Cameron quizá significaba ser el mandamás de los premios Oscar en 1998 –se llevó 11 estatuillas en total–, pero para el personaje de Jack Dawson (Leonardo Dicarprio) significó ser el portavoz de una de la escenas más recordadas de la película. Es aplicable para todo momento de romance, gloria, felicidad o incluso fanfarronería. Siempre es bueno sentirse el rey del mundo.
“Hay tres maneras de hacer las cosas: La correcta, la incorrecta y la mía”, Casino (1995)
Para resolver sus problemas con la mafia, el magnate de los casinos Sam Rothstein (Robert De Niro) sólo conocía esas tres maneras… y los fans de esta película lo saben.
Esta es una de las tantas frases que las películas de Martin Scorsese nos ha heredado; por supuesto no somos narcos, ni pertenecemos a la Cosa Nostra, tampoco tenemos un casino, pero aplica para cualquier situación.
“Hoy es el primer día del resto de mi vida”, Belleza Americana (1999)
La frase está presente cada vez que una persona piensa en metas, ilusiones y nuevas experiencias. Lester Burnham (Kevin Spacey) le dio sentido a estas palabras en “Belleza Americana” y no cabe duda que en algún momento la utilizamos para darnos, o darle ánimo a alguien más.
“Puede que nos quiten la vida, pero jamás nuestra libertad”, Corazón Valiente (1995)
William Wallace (Mel Gibson) era un campirano honesto y sin malicia que sólo tenía un propósito en la vida: amar a Murron MacClannough (Catherine McCormack). Pero después del asesinato de la mujer de su vida, el hijo del campo, obediente siervo de escocia, tuvo una revelación: debía luchar por la libertad de su patria y la de sus amigos. De ahí la frase que nos recuerda una vez más que este mundo no vale nada si no hay justicia.
“Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca”, El Padrino (1972)
“El Padrino” de Francis Ford Coppola es, quizá, la mejor película de mafiosos de toda la historia –a reserva de otra opinión–; este filme es referente en materia cinematográfica por su técnica, actuación, musicalización y, por supuesto, guión, del cual se desprenden muchas frases que han marcado a diversas generaciones que se dejan atrapar por el extraño encanto de Vito Corleone (Marlon Brando) y sus palabras que fungen como toda una enseñanza de vida. Aquel que no ha utilizado la que encabeza esta descripción como estrategia de venganza o conveniencia en la oficina o escuela, que arroje la primera piedra.
“La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar”, Forrest Gump (1994)
Tom Hanks encarnó a Forest, un joven de Alabama de alma noble que nunca vio la violencia, desidia y doble moral que había a su alrededor; él vino al mundo a vivir como las enseñanzas de su madre lo distaban, y en su corazón sólo existía Jenny. Esta frase sirve para recordarnos que debemos apreciar a las personas y el mundo en el que nos tocó vivir, preparándonos siempre sin importar lo que pase, ya que nunca sabemos qué tan bien o mal podrían ponerse las cosas.
“Saluda a mi pequeño amigo” Scarface (1983)
Esta frase, traducida del inglés: “Say hello to my little friend”, salió de la boca de otro personaje icónico del cine norteamericano que revolucionó la manera de retratar a un hombre inmerso en la locura, poder y vicios. Aunque tal vez no la usamos tan frecuentemente durante una conversación cotidiana, “Scarface” es una película tan importante y parte de la memoria colectiva, que la repetimos en reiteradas ocasiones para recordar la escena donde abre fuego a diestra y siniestra, al saberse rodeado.
“No quiero necesitarte… porque puedo perderte” Los Puentes de Madison (1995)
Ella es una ama de casa aburrida, inmersa en un ambiente predecible y sin emociones que se encuentra sola en su hogar durante varias semanas; él, más que un turista, es un fotógrafo aventurero en busca de nuevas vivencias: los dos, un par de enamorados conscientes de la imposibilidad de su amor. Esta frase encaja perfecto en aquellos momentos románticos, de conquista o de un adiós.
“Hasta la vista, baby”, Terminator 2 (1991)
Cara a cara: dos máquinas sin sentimientos; uno está inmovilizado y el otro sostiene un arma; Schwarzenegger menciona cuatro palabras que son todo un hito de los años 90: “Hasta la vista, baby”… suelta el disparo y hace pedazos a su rival. Utilizada mayormente para fanfarronear, todo un clásico.
“No hay lugar como el hogar”, El Mago de Oz (1939)
“El Mago de Oz” es otra de las películas que han marcado a muchos niños que, al convertirse en adultos, comprenden mejor las aventuras de la pequeña Dorothy Gale (Judy Garland) y sus particulares amigos. Todos sabemos que “no hay lugar como el hogar”, y probablemente hacemos consciencia de este hecho cuando hay dificultades, puede ser algo realmente importante o estar atorados en el tránsito.
“Carpe Diem. Aprovechen el día. Hagan sus vidas extraordinarias”, La Sociedad de los Poetas Muertos (1989)
Comúnmente sólo utilizamos Carpe Diem, y quien ha visto “La Sociedad de los Poetas Muertos” sabe que esto significa: “Toma el día”. Robin William dio vida a John Keating, un profesor de inglés que motiva, alienta e invita a apreciar la vida a través de la poesía. Lamentablemente es derrotado por el sistema escolar –como todo lo grandioso en la vida– pero impacta de sobremanera no sólo a sus alumnos sino a todo espectador. ¿Quién no quiere gritar a los cielos Carpe Diem durante la universidad?
“Siempre tendremos París”, Casablanca (1942)
El guión fue realizado por Howard Koch, Julius J. Epstein, Casey Robinson, Philip H. Epstein, y los encuadres para darle emoción y ambiente estuvieron cargo de Michael Curtiz; todos ellos, en conjunto, fueron los genios detrás de tal frase. ¿Cuántos momentos románticos, nostálgicos y emotivos no se han dado con la reproducción de estas palabras?
“Que la fuerza te acompañe” Star Wars Episode IV: A New Hope (1977)
No importa si eres Geek, super fan de Star Wars o alguien que sólo ha visto una de las siete películas de la saga; esta frase se menciona en todas y siempre es genial. Han Solo (Harrison Ford) fue el personaje que patentó la frase y desde ese momento el mundo no es el mismo –ni la galaxia–. Para cualquier momento o circunstancia, despedida o buenos deseos siempre es bueno decirle a tu amigo, amante o familiar: “Que la fuerza te acompañe”.
Una película siempre necesita de un guión pulcro y estético, pero también debe tener una o más frases que la hagan memorable, así el largometraje no quedará a la deriva u olvidado entre miles de proyectos, sino que seguirá en la vida de aquellos a quienes marcó.
Fuente: Cultura Colectiva
