El director y crítico de cine francés Olivier Assayas retrata la historia de dos parejas, un editor y su esposa actriz, y un
autor y una asesora de un político. De este cuarteto, al menos tres están plagados de dudas mayormente en cuanto a las elecciones que hacen en sus respectivos oficios. Bajo las preocupaciones sobre la irrupción del arte digital, sobre las dudas relacionadas con las decisiones íntimas y las consecuencias de dichas elecciones, el guión de Assayas resulta extraordinario cuando habla sobre las parejas y la imperfección del ser humano.
Su última película fue hace dos años, la peculiar Personal Shopper. Para este nuevo trabajo, vuelve a llamar a Juliette Binoche, con quien ya había trabajado en Clouds of Sils Marie. Con Non Fiction está de vuelta en Francia acompañado de un muy buen elenco, compuesto por la ya mencionada actriz, Guillaume Canet, Vincent Macaigne, Nora Hamzawi y Christa Theret.
La base de su historia es la duda. Assayas se divierte filmando este constante cruce de secretos divertidos donde no sabemos quien es quien realmente o que ha estado haciendo. Y esta narrativa es lo más interesante en la película, ya que todo lo demás es bastante anecdótico o incluso catastrófico. La película no dice mucho en términos absolutos y es uno de sus mayores defectos, hasta el punto en que llegamos a preguntarnos si todo esto no es más que una excusa. Al tomar el mundo de la publicación como tema principal, Assayas es realmente crítico con el cine y el mundo cultural. Incluso se permite una pequeña pelea donde ataca directamente a la misma crítica: "Los críticos de las series siempre se las encuentran buenas".
Non Fiction es, de hecho, una comedia, un género casi completamente ajeno a las películas anteriores de Assayas. A partir del mundo editorial, el director muestra un reflejo muy ingenioso, pero no carente de humor y con una muy buena dosis de sarcasmo, utilizando la tecnología y la forma en que ha contribuido en los últimos años para transformar los canales de comunicación. De los libros a los libros electrónicos, desde cartas a Whatsapp, ahora todo el mundo parece incapaz de prescindir de los teléfonos inteligentes, computadoras y tabletas para comunicarse. Pero si la tecnología ha hecho que las interacciones sean más eficientes y rápidas, ¿cómo es que los personajes de esta película parecen hacer mucho esfuerzo para interactuar unos con otros?
Assayas intenta abordar una gran cantidad de aspectos positivos y negativos del mundo editorial. Él solo filma personas que discuten alguna situación en particular. Inevitablemente, hay un momento en el que se hace aburrido, ya que se da la vuelta en el mismo lugar y sintiendo que no hay nada más que hacer, nos hace percibir que los debates culturales en la película no tienen sentido, cuando en general si lo tienen.
Las digresiones sobre la relación con internet, el arte gratuito, la digitalización, la proliferación de opiniones personales, son bastante emocionantes y lúcidas. En cuanto a la alusión a los cinéfilos (una conversación acerca de la película "Cinta Blanca" de Michael Haneke), son bastante graciosas, si viste el filme del director austriaco. La actuación de Nora Hamzawi llama la atención, como un insensible animal político que se niega a caer en el sentimentalismo de su compañero, invirtiendo deliciosamente los papeles.
Sumándole a todos los debates culturales, tenemos dos matrimonios en crisis, el de Alain y Selena y una muy extraña y disfuncional relación entre Leonard y su novia Valerie (Hamzawi), ambos más preocupados por su trabajo que su relación.
Después de un comienzo lento, Non Fiction lentamente toma su ritmo, mostrando al espectador una estructura narrativa bastante esquemática y repetitiva. Assayas recicla casi obsesivamente los mismos conceptos, haciendo que la película sea divertida pero, sobre todo, redundante. Todos los personajes están siempre listos para esparcir pensamientos más o menos agudos sobre los problemas de comunicación de la sociedad contemporánea, pero mucho menos inclinados a enfrentar sus problemas. No hay ningún tipo de introspección y la película, aunque es capaz de arrebatarnos risas, se olvida fácilmente.
