Ménage a Tie-Break
Bueno, lo primero que hay que decir sobre Challengers, la nueva película del cineasta Luca Guadagnino, es que no es una película sobre tenis. Hay mucho del deporte (y excelentemente filmado), pero no es una película que vaya de tenis. Tampoco va sobre un triángulo amoroso, como hacía pensar el material promocional, aunque algo de eso hay. Supongo que la pregunta es...¿y de qué va? La respuesta, tan sencilla como compleja, es la siguiente: SEXO. Antes de que dejen de leer o perder el total interés sobre la película, déjenme decirles que no hay ninguna secuencia sexual en el total del metraje (si un par de penes al descubierto en una escena de vestuario), para la alegría de las abuelas de todo el mundo. Pero cuando un cineasta tan sensual como Guadagnino está detrás de cámara, créanme que el sexo está presente en cada fotograma.
Art (Mike Faist) y Patrick (Josh O'Connor) son tenistas y mejores amigos. Son excelentes jugando como una dupla y se los conoce como Hielo y Fuego. Su amistad casi fraterna se irá rompiendo poco a poco cuando entra en sus vidas Tashi (Zendaya), una prodigio del tenis que es tan feroz con la raqueta como lo era Michael Jordan en el parqué. La tensión sexual en el trío es imposible de obviar, así que Tashi toma una decisión sencilla: el que gane un partido entre ambos, se queda con su número...y todo lo que viene con él. Los tres protagonistas están fantásticos. Zendaya nunca estuvo tan eléctrica como aquí. Su Tashi es una bestia competitiva que, cuando su cuerpo le falla para seguir ganando, se tiene que alimentar de la victoria a través de sus pretendientes. La actriz del momento, después de lo que también había hecho en Dune: Part Two. A Josh O'Connor, por su parte, le toca el papel más fascinante de los tres. Un "loco lindo", como diríamos en el Río de la Plata. Uno de esos perdedores llenos de encanto, que uno no puede evitar dejar de amar y querer lo mejor para ellos, más allá de sus travesuras y pecadillos. Si O'Connor es el nuevo James Bond, no me quejo...me ganó con este rol. No menor es lo que logra Mike Faist, ya que tiene el personaje menos interesante y más opaco de los tres. Art no es más que un sumiso y envidioso, pero que está tan enamorado de Tashi, que se convierte en uno de los tenistas más grandes del mundo con la sola inspiración de tener el "amor" de Zendaya. Faist confirma lo que habíamos visto en West Side Story en 2021. El montaje y la música (de Trent Reznor y Atticus Ross) también son de gran destaque en Challengers, y le imprimen un ritmo fantástico a la película que nunca decae, y siempre tiene la total atención del espectador.
Para finalizar, no sé si esta es la mejor película de Guadagnino (Call Me by Your Name sigue siendo un muy lindo retrato del primer amor...y desamor), pero sin duda es una de las grandes victorias del italiano en lo que lleva de carrera.
Un Grand Slam.