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Cannes 2023: Critica a «Tiger Stripes» (2023) de Amanda Nell Eu

Reseña a "Tiger Stripes" de Amanda Nell Eu, participando en Cannes 2026 dentro de la Semana de Realizadores.

Nacida en Kuala Lumpur, Amanda Nell Eu consumió toneladas de películas de terror más allá de lo razonable, lo que la ayudó a atravesar una adolescencia complicada donde, cambiando físicamente, se amaba poco a sí misma y tenía, dice, la sensación de convertirse en un monstruo. Tiger Stripes es precisamente la evocación de la pubertad rebelde de Zaffan la que, más desalada que sus amigas, las provoca, las incita a cometer estupideces en un ambiente donde a las chicas, todas veladas, se les anima a mantener el sentido de la mesura y el esfuerzo obediente. Zaffan se convierte gradualmente en el chivo expiatorio de la comunidad de la aldea y la escuela secundaria y su cuerpo está veteado de rojo, su aliento se hunde en el bajo de un gruñido animal, al igual que su olor corporal repele a sus camaradas.

Con Vinegar Baths, la directora hizo una película de aprendizaje en la que exploró la búsqueda de uno mismo mientras atacaba los imperativos de una feminidad dictada por una sociedad patriarcal. Pero más aún, también era una fábula caníbal, un cuento iniciático, una película de terror o incluso una película adolescente. Y es emocionante y reconfortante ver que este tipo de película también puede existir del lado de Malasia. En efecto, Amanda Nell Eu trata aquí de la pubertad femenina y, en particular, de la mirada de los otros en el momento de este trastorno. Nada particularmente innovador sobre el papel, excepto que el guionista inevitablemente lo aborda sobre la base del género.

Mirando inicialmente la tierra del horror corporal (uñas rotas, pelo caprichoso, rojeces muy irritantes...), la película ofrece un espectáculo monstruoso que engancha bastante. Viviendo su primer período como una pesadilla, la joven heroína cambia a otro territorio que la llevará a impulsos inesperados. Una forma en la que la cineasta se sumerge en la mitología malaya. Sí bien nunca llega a  Vinegar Baths en el nivel terrorífico, tomando prestado del cine de terror malasio y de la famosa House de Nobuhiko Ôbayashi, Tiger Stripes  prefiere hundirse poco a poco en lo fantástico.

El resultado es una propuesta electrizante ayudada en gran parte por la belleza estética del conjunto (esos juegos de luces, estas numerosas secuencias nocturnas...) y en particular las transformaciones físicas de la adolescente (haciéndose eco de un tigre cazado y espiado antes, literalmente) . Al representar la transición violenta del cuerpo de una niña al de una mujer joven, ofrece un paseo que mezcla fantasmas, criaturas y espíritus y una verdadera película mágica sobre la emancipación femenina (aunque a veces carece de sutileza).

Mamá y papá no son de mucha ayuda; de hecho, Munah (Jun Lojong) reacciona agresivamente a este desarrollo, una respuesta desconocida por parte de algunas madres al cambio en sus hijas. Los maestros son tremendamente antipáticos (la escuela misma es un mundo entero de idiotez de educación religiosa mordazmente bien observada). Y todo cambia para Zaffan. Las reacciones infantiles ahora se descartan como una pesadilla adolescente. Farah pone a todos sus compañeros de clase en su contra, alegando que apesta. Su cuerpo se siente como si se estuviera pudriendo, y pronto lo hace. 

Hay partes de Tiger Stripes que se sienten poco sofisticadas, pero eso se debe principalmente a la ejecución de algunos cambios tonales difíciles, con la  figura del  exorcista toscamente tocada a medias por sonrisas. Hay otros elementos que se sienten excepcionalmente bien realizados: la dinámica entre la pandilla de chicas de Zaffan, su alienación total y la sofisticación del mundo natural que Eu ha capturado con su equipo técnico. Cualesquiera que sean las limitaciones bajo las que la directora estaba trabajando aquí, y eso incluye la pandemia junto con la financiación y numerosos elementos de coproducción, parece poco probable que se repitan a medida que avanza con una carrera que debería ser tan sorprendente como su debut.

Siguiendo el deseo imparable de su heroína, decidida a nunca negar su verdadera identidad, Amanda Nell Eu erige un tótem feminista galvanizador (porque, ¿qué podría ser más aterrador que una mujer joven que no obedece las órdenes patriarcales para algunos?). Con una energía ilimitada (la extraordinaria Zafreen Zairizal), Tiger Stripes viene a darle un buen golpe a los requisitos previos de la sociedad de Malasia. Lejos de ceder a los caprichos de una sociedad que viene a señalar las marginalidades de cada uno (y en especial de las mujeres), la película viene a destruirlas para reafirmar mejor la importancia de la libertad de expresión del propio cuerpo, la belleza y la rabia de sí mismo.

 

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.