Los suscriptores de Star+ ya pueden disfrutar de El grito de las mariposas, la nueva serie exclusiva del servicio de streaming que, en clave de drama histórico e inspirada en hechos reales, retrata la vida de Minerva Mirabal, interpretada por la actriz dominicana Sandy Hernández, la reconocida activista que enfrentó al régimen tiránico del dictador Rafael Leónidas Trujillo, interpretado por el actor cubano Luis Alberto García, en República Dominicana y se convirtió en símbolo de la lucha contra la violencia de género a nivel mundial.
Íntegramente realizada en Iberoamérica, y estrenada en el Día Internacional de la Mujer, la nueva producción echa luz sobre la heroica vida y la trágica muerte de Mirabal, asesinada junto a dos de sus tres hermanas a manos de la tiranía trujillista el 25 de noviembre de 1960. En su movimiento de resistencia, la icónica activista y sus hermanas recibieron el apodo de “las mariposas”, inmortalizando así su incansable lucha y oposición al régimen. 39 años después de la muerte de las Mirabal, en conmemoración de su activismo, la ONU declaró el 25 de noviembre el “Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer”.
El grito de las mariposas cuenta esta historia que visibiliza una problemática de relevancia para la región, y busca iniciar nuevas conversaciones en pos de sociedades más igualitarias, respetuosas e inclusivas. En este marco, Juan Pablo Buscarini, creador y showrunner de la serie, y Ricardo Rodríguez, coguionista, comparten sus impresiones acerca de la selección de la historia a contar, el compromiso con los sucesos en la realización y el impacto que puede tener en las audiencias el abordaje de temáticas sociales a través de la ficción.
LA HISTORIA DE UNA MUJER, LA HISTORIA DE UN CONTINENTE
El equipo creativo detrás de El grito de las mariposas encontró en la historia de vida de Minerva Mirabal, la historia de todo un continente. En la selección de este relato, y en la exploración desde la ficción del lugar que ocupaba la mujer durante el régimen de Trujillo, los realizadores identificaron un vehículo narrativo potente para contar la historia de la violencia de género en toda Latinoamérica, atravesada por patrones culturales y acontecimientos políticos similares.
Visibilizada como nunca antes a través de la proclamación de la ONU, Minerva se convirtió en un símbolo y una figura de referencia. “A partir de esa visibilidad del caso de las hermanas Mirabal, las mujeres latinoamericanas comprometidas con la cuestión de género empiezan a encontrar un icono, un referente, alguien cercano que pertenece al mismo continente, que hablaba su mismo idioma, que padeció los mismos problemas… porque las dictaduras, las tiranías y el destrato de la mujer son característicos de toda Latinoamérica”, comenta Buscarini.
Desde su incipiente disconformidad con el régimen hasta su consolidación como líder de un movimiento de resistencia a la dictadura de Trujillo, Minerva transitó un camino de violencia, injusticia, y reivindicación, marcado por sus profundas convicciones y admirable valentía. Más de sesenta años después de su trágica muerte, las causas por las que luchó permanecen vigentes y muy presentes en la conversación social, convirtiendo a El grito de las mariposas en fuente de reflexión y poderoso disparador de nuevas discusiones en pos del cambio.
HONRAR LOS HECHOS
Al inspirarse en hechos reales para contar la historia de las Mariposas, los realizadores de la serie se sumergieron desde el comienzo en una profunda investigación de los acontecimientos transcurridos en República Dominicana durante la dictadura de Trujillo y en la vida de Minerva Mirabal. Trabajaron, a su vez, en una exhaustiva reconstrucción de época para lograr autenticidad en cada episodio.
“La prioridad es el absoluto respeto histórico por los personajes y los hechos. Eso es básico para que la representación sea valiosa, genuina”, señala Buscarini, al tiempo que agrega: “Sin embargo, al tratarse de una serie que debe mantener el interés de una audiencia actual, también es importante jugar perspicazmente con los hechos. Es decir, manejarse dentro de la primera consideración, que es el respeto histórico y la verosimilitud, pero a su vez transitar una línea de relato y de personajes que se cruza, que tenga ritmo, con las intrigas necesarias para que el resultado sea inteligente y cautive a las audiencias de hoy”.
ARANTXA: NARRANDO LA TIRANÍA DESDE ADENTRO
En El grito de las mariposas, los personajes basados en personas reales —desde las hermanas Mirabal hasta Rafael Trujillo y su hermano ‘Petán’ (Héctor Noas)— están acompañados de un puñado de personajes ficcionales, entre los que se destaca Arantxa Oyamburu (Susana Abaitua). La historia sigue la amistad entre Minerva y Arantxa, quienes se conocieron durante la infancia en la finca de los Mirabal cuando Arantxa se mudó junto a su padre a República Dominicana, desde su España natal. En la adultez, la joven española se instala en la capital, donde su vida toma un camino opuesto al de su amiga. Allí conoce a ‘Petan’ Trujillo, jefe de la radio dominicana y del club nocturno del régimen, y luego a su hermano, el presidente del país, quienes le facilitan el ingreso al mundo del espectáculo.
A diferencia de Minerva —quien se opone fervientemente a Trujillo y padece su persecución junto a su familia, pero sin entrar en el juego del dictador— la creación del personaje de Arantxa fue la herramienta narrativa de la que se valieron los realizadores para adentrarse de lleno en la intimidad de la violencia de género del régimen y acercarse a la perversidad de Trujillo. “Esta serie habla sobre la violencia contra la mujer en un país donde se ejerció una violencia terrorífica en todos los niveles. Arantxa nos permite mostrar esa violencia en un ambiente cotidiano, lejos del entorno revolucionario o de pelea política”, explica Rodríguez, y agrega: “Nuestra historia muestra a un grupo de mujeres torturadas porque no piensan como el régimen, pero también una mujer golpeada de la forma más cruel porque se acuesta con un hombre. Arantxa tiene ese valor y complementa el relato”.
Recorriendo la historia dominicana, el equipo detrás de la serie se interesó especialmente por la inmigración española a la isla, expulsada de su país de origen por la Guerra Civil y por Franco. “Si bien es un personaje de ficción, la figura de Arantxa es la conjunción de patrones y en ella vive una suma de personajes reales que existieron y que encontramos en los libros”, cuenta Buscarini.
Así, a través de la historia de Arantxa se cuenta la historia de miles de mujeres que soportaron la forma de vida que imponía el trujillismo.
UN GRITO QUE HACE ECO
Con una historia trágica pero inspiradora, El grito de las mariposas alza la voz con un mensaje vigente y urgente que, según Buscarini, responde a tres condiciones esenciales: la honestidad y potencia narrativa de la serie, su alcance global y un momento social apto para recibir la historia y hacerse eco de ella.
“En el mundo actual del streaming, la posibilidad de que un contenido audiovisual genuino y de calidad trascienda fronteras a través de plataformas nos permite soñar. Que la sociedad se haga eco de nuestra historia es una ilusión desde el comienzo del proyecto”, confiesa el showrunner, quien además asegura que las condiciones para esa repercusión están dadas: “Afortunadamente, en las últimas décadas la atención sobre la problemática de la violencia de género está primera en la agenda de interés en los sistemas educativos y en los debates políticos. Las condiciones están dadas para que la sociedad puede reaccionar y cambiar su mirada sobre el tema”.