EL CAMINO A CASA ES A TRAVÉS DE LA NOSTALGIA
El arranque es similar al de Avengers: Infinity War. Mientras vemos los logos de Sony y Marvel que se despliegan frente a nuestros ojos, escuchamos el voiceover donde habíamos quedado en la aventura pasada, para así retomar el camino. Así arranca Spider-Man: No Way Home, el que va a ser EL tanque de este 2021, y desde ya, en mi opinión, también su mejor entretenimiento cinematográfico.
La película de Jon Watts (tercera que dirige con Tom Holland como protagonista en esta alianza de Sony junto al MCU), comienza literalmente donde habíamos quedado en la segunda, Far From Home, de 2019. Peter Parker, nuestro héroe adolescente de todas las horas, está entre la espada y la pared. Además de ser acusado de ser el asesino de Mysterio (el villano de la entrega anterior encarnado por Jake Gyllenhaal), gracias al infame "comunicador" J. Jonah Jameson (el genial J.K. Simmons), ahora TODO EL MUNDO sabe que el "hombre" detrás de la máscara de Spider-Man es nada más y nada menos que el estudiante de secundaria Peter Parker. Su vida (y la de sus amigos y amores) es devastada por el descubrimiento, hasta el punto que llega a ser acosado por los medios de comunicación, y por la infamia del incidente, ni él ni su novia (una Zendaya más sólida y carismática que nunca) ni su amigo Ned, podrán ser aceptados en el prestigioso MIT. Pero Peter no se quedará sin tomar cartas en el asunto. Recurrirá al siempre salvador Doctor Strange (un Benedict Cumberbatch de GRAN AÑO 2021, tras The Courier y The Power of The Dog), que puede ayudarlo con un misterioso y antiguo hechizo, el cual hará olvidar a todo el mundo que el joven es Spider-Man...pero Peter no quiere eso, y el hechizo se descarrila provocando un desequilibrio en el universo, trayendo nuevas amenazas para nuestro héroe...aunque al espectador seguidor de la saga no les resultarán nuevas...
Spider-Man: No Way Home no es solo la mejor película de superhéroes desde Avengers: Infinity War, si no que es también el entretenimiento cinematográfico superior de 2021 y la mejor encarnación del trepamuros en live action desde Spider-Man 2, de Sam Raimi (Into The Spider-Verse sigue siendo una obra mayor de la animación). Aquí no solo está la interpretación más emocional de Tom Holland como Peter Parker, si no que esta es la mejor performance de toda la carrera del joven actor. Los villanos secundarios de Alfred Molina (Doc Ock) y Willem Dafoe (Green Goblin), casi 20 años después de haber interpretado sus respectivos papeles, siguen siendo fantásticos, pareciendo no haber perdido un solo día de rodaje en este hiato de casi dos décadas.
En la hora final, la nostalgia tomará las riendas de la narrativa, pero no es una nostalgia mercenaria, sino que está totalmente al servicio de la historia y es un punto clave en lo que termina siendo el centro dramático de la película: las segundas oportunidades y el hacer lo correcto, cueste lo que cueste.
En esa hora final, es la nostalgia la que nos lleva a nosotros y nuestro amistoso héroe...a CASA.
