Críticas de Cine y Artículos

El cine español que viene: Madres Paralelas

Escrito por Marivi Aguado

Reseña a «Madres Paralelas» de Pedro Almodóvar con Penelope Cruz, Julieta Serrano, Agustín Almodóvar,  Adelfa Calvo y Daniela Santiago.

Antes de comentar la película quiero hacer dos apuntes, uno: admiro mucho a Pedro Almodóvar, mucho, con la fuerza de los mares; dos: espero siempre sus películas como quien espera a los Reyes Magos y yo sé que éstos existen.

La película es abrumadora, no se me ocurre otro adjetivo, hay en ella un torrente de historias reales, que no por conocidas, dejan de impactar menos. Quizás es la película más rebelde del director manchego, que en sus inicios era más provocador y subversivo y que después de la honesta y brillante, Dolor y gloria, se atreve a ser valiente.

Madres paralelas es muchas películas en una, o eso podría parecer; es difícil resumir el argumento de esta historia, diremos que dos mujeres solteras, de muy distintas edades, educación y clase social, se conocen en un hospital al dar a luz y ese encuentro las une para siempre en la vida, desatando y desenterrando vidas paralelas, o no. 

A partir de este encuentro, Almodóvar nos va narrando cómo ambas han llegado hasta aquí; para mostrarnos el camino, en la película nos cuentan acontecimientos que ocurren en la España actual. El tema siempre candente de las fosas comunes de la guerra civil (recordemos que la productora El Deseo hizo posible el documental el silencio de los otros), el feminismo, la maternidad deseada o no, las violaciones grupales, la precariedad laboral, la identidad sexual; todo esto está presente y es Madres paralelas.

 De esta manera encontramos a la estupenda Penélope Cruz, una mujer libre que decide ser madre aún sin pareja y que no exige nada al padre de su hija; a una Milena Smit (la gran revelación), en una adolescente menor de edad, que también decide serlo a pesar de todo (tienen que verla para entender); la gran Aitana Sánchez Gijón convertida en una mujer que se convierte en abuela incluso cuando no quiso ser madre, ni ejerció de ello; a Rossy de Palma (que merece más) como una empresaria de éxito con mucha tristeza y un convincente Israel Elejalde en un  hombre al que la doble vida le aterra y confiesa la verdad a su mujer.

Aparecen también Julieta Serrano, Agustín Almodóvar,  Adelfa Calvo, Daniela Santiago y hasta la campeona olímpica Ana Peleteiro.

Al principio el guion puede parecer deslavazado, luego la historia te arrolla y te deja casi sin respiración y, no sólo, también deja un poso que hace que vuelvas a ella muchos días y que cuando la comentas con otras personas que la han visto, te enriquece saber como cada quien la percibe; quizás es lo que el director pretendía, él mismo ha declarado que se concentró en escribir la versión definitiva durante el confinamiento y eso se nota en la contención antes de romper amarras la historia.

Madres paralelas es una película de mujeres libres o que aspiran a serlo,  que se lo echan todo a la espalda, trabajan, paren, se divierten, viven, una película de mujeres que no odian a los hombres y que tampoco se ven obligadas a ser complacientes con ellos para salir adelante; una película de mujeres que forman una familia sin que nadie cuestione el modelo. Una película de mujeres que se apoyan, se cuestionan, se cuidan y cuidad, se sostienen, se pelean, se quieren. La sororidad está presente en todo momento, y qué alegría.

Hay mucha emoción en esta película, aunque no desde el inicio, yo empecé a encajar las piezas del puzle hacia la mitad, cuando me iba reconociendo en ella, cuando lo que iba viendo y escuchando me iba llegando al corazón, cuando las lágrimas iban llenando mis ojos, en un llanto calmado, por un pasado que aún no ha sido desenterrado, un presente que a veces duele y un futuro de esperanza.  Cuando la realidad y la verdad empieza a ser visible. En Mujeres paralelas hay calor y color.

En uno de los pases de estos días, al finalizar la película, mi hermana vio a una chica que estaba sola en la sala llorando, le preguntó que le pasaba, ella respondió diciéndole que en su familia aún no saben dónde está enterrado su abuelo y que se alegra que Madres paralelas cuente esta historia y  hable de la justicia, la verdad y la reparación que ella y muchas otras familias esperan, esperamos. Sólo por eso la película justifica su existencia.

Cuando vi Dolor y gloria sentí que Pedro Almodóvar hizo un ejercicio de honestidad y, quizás, de disculpa (es legendaria la mala fama injusta que se le atribuye de poco amable y no es cierto, es más bien tímido). Con Madres paralelas he sentido que habla de amor, de muchas formas de amor. Y todas válidas.

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Marivi Aguado