Siempre he sido un gran fanático de la idea de los viajes en el tiempo, no solo al concepto sino a quienes se aventuran en estos con un objetivo establecido. Desde Marty McFly en la saga de Volver al Futuro (Robert Zemeckis), a Hiro Nakamura en la serie Héroes (Tim Kring). La propuesta y el recurso de los viajes en el tiempo como elementos centrales en una historia siempre han estado ahí, y no es de extrañarse que importantes sagas cinematográficas como Avengers, X-Men o Harry Potter hayan introducido estos viajes en un momento u otro de su argumento.
Pero esto nunca pasa de el marco ficcional, independientemente del medio ¿no? De ser así, el director Zack Snyder ha sido uno de las primeras personas en lograr viajar en el tiempo con la intención de restaurar La Liga de la Justicia (Joss Whedon, Zack Snyder, 2017). Luego volveré sobre el asunto de los viajes en el tiempo de una manera que parecerá más coherente, pero antes es necesario contextualizar al espectador poco familiarizado con el DCEU (Universo Extendido de DC Comics).
En el año 2013, DC Entertainment (la división de Warner Bros. para películas basadas en los personajes de DC Comics), estrenaba El Hombre de Acero, la película estaba dirigida por Zack Snyder, quien contaba con experiencia previa adaptando comics al cine como 300 (2007) o Watchmen (2009). La película protagonizada por El Hombre de Acero, como Superman buscaba ser la primera de una saga que conglomerara al resto de los héroes de DC, intentando de cierta manera, emular el éxito ya obtenido por el Universo Cinematográfico de Marvel. El éxito de la película fue relativo, pero eso no quitó que para 2014 se confirmara las intenciones por producir La Liga de la Justicia. Esto parecía una decisión apresurada, pero previo a la llegada de la gran reunión de superhéroes, Warner Bros. estrenaría Batman vs Superman: El Origen de la Justicia (Zack Snyder, 2016), Escuadrón Suicida (David Ayer, 2016) y Mujer Maravilla (Patty Jenkins, 2017). Las películas que presentarían a los nuevos personajes llegaron, y la única que logró destacar narrativa y audiovisualmente, aparte de recibir una buena recepción por parte de la crítica y los fans, fue la película en solitario de Mujer Maravilla, el resto, pasaban forzosamente al olvido. Pero la subsidiaria de Warner Bros. parecía no obedecer el sentido común de que, aunque un tropezón no sea caída, la cantidad de tropezones que llevaban en tan poco tiempo no era un buen indicador. Pero ¿dónde estaba el problema?
El que se trate de producciones tan grandes hace imposible e innecesario buscar un culpable. Los ejecutivos se habían apresurado en la construcción de una maquina de dinero. Los productores habían dado luz verde a guiones inconsistentes y de mala calidad. Y los directores (dentro de los cuales ya se repetía dos veces la acreditación a Snyder) no eran capaces de hacerse cargo de lo anterior y contar una historia sólida con aspiraciones a más. Sin embargo, el momento de la gran película que podría enmendar todo llegó. Era 2016 y La Liga de la Justicia culminaba su rodaje, la producción había pasado ya por varios inconvenientes y Joss Whedon (The Avengers, Avengers: Era de Ultrón, Buffy, la Cazavampiros) había sido contratado para reescribir ciertas escenas y cambiarle el tono a la franquicia por uno más cómico.
Pero la gota que termino derramando ese vaso con agua turbia que estábamos a punto de tomar, fue la decisión de Snyder por abandonar el proyecto en etapa de postproducción para poder lidiar con el trágico fallecimiento de su hija Autumn. Snyder tomo la única decisión que tenía, priorizar a su familia y no a su trabajo. Y por más apoyo que el estudio pudiera darle, la empatía por su director no era una prioridad para una empresa cuyo único fin era hacer dinero, y hacerlo rápido. Con Joss Whedon ya dentro del proyecto, se le encargó la finalización del mismo. Pero Whedon, cuyo único trabajo era terminar de editar un proyecto que, (independientemente de su calidad), ya estaba redondeado, tomó un camino distinto y decidió continuar reescribiendo y re filmando escenas, acortando el metraje final de la película y eliminando material que resultaba crucial para la visión de Snyder (todo esto abalado o a pedido de ejecutivos, productores y el estudio, claro). El resultado fue pésimo. Un monstruo de Frankenstein sin hilo conductor, un uso cohesivo de la narrativa audiovisual, personajes forzados, confusos e innecesarios, un tono cómico absurdo (y no del bueno) que se alternaba con un intento por ser serio y que aparte de todo, visualmente dejaba mucho que desear y escondía el presupuesto de cientos de millones de dólares con el que se había realizado.
La recepción tanto de la crítica como de los fanáticos (de DC y de Snyder) fue paupérrima. Y faltó muy poco para que el poder del internet se combinara con el rechazo y la frustración del fandom (en el cual muchos de sus integrantes miraban con envidia al Universo Cinematográfico de Marvel), para que ese mismo año comenzara la campaña #releasetheSnyderCut. El hashtag comenzó a viralizarse, y Warner Bros. se negaba a cumplir los deseos de los fanáticos y se concentraba en estrenar nuevas producciones como Aquaman (James Wan, 2018) o ¡Shazam! (David F. Sandberg, 2019), las cuales mejoraban notoriamente y asemejaban su calidad a la de Mujer Maravilla.
Pero llegó el 2020. La pandemia arrasó con la industria cinematográfica y los estudios trasladaban la exhibición de sus películas a las nuevas plataformas de streaming. En el caso de Warner Bros. la plataforma para estrenar sus películas sería HBO Max. Pero a pesar de que el estudio y la cadena televisiva contaban con grandes estrenos para el 2021, faltaba algo. Y finalmente, después de años de campañas virtuales, #releasetheSnyderCut dejó de ser una idea para ser un hecho, impulsado por el dinero, claro. Pero Zack Snyder estaba de vuelta para ajustar La Liga de la Justicia a su gusto, con un presupuesto para nada modesto para volver a filmar escenas y re editar la película, y aparte de todo, con el diario del lunes que facilitaría el trabajo.
Reseña a la nueva version de "La Liga de La Justicia" (2021) dirigida por Zack Snyder.
La Liga de la Justicia de Zack Snyder se estreno el 18 de marzo de 2021 en la plataforma HBO Max. Con una duración de 4 horas en total, Zack Snyder decidió fragmentar el relato en seis partes, sin contar el prólogo ni el epílogo. El motivo detrás de esta fragmentación interna en el largometraje no tiene una función narrativa en sí. Ya que no podemos hablar de que se recurre a una estructuración televisiva o de miniserie ya que no hay tal lenguaje aquí. La división parece estar ahí para que el espectador pueda pausar el visionado si así lo quisiera, e incluso por momentos lo hace sentir como un proyecto con aires de imitar la forma de emisión de comics que se van publicando progresivamente. Sea cual sea el motivo, no tiene motivo de ser, no hay un factor de expectativa y de hecho la llegada de cada intertítulo implica un bajón tensional y emocional que aplana y no favorece al relato.
La extensa duración (que duplica el metraje de la versión original), no es completamente optimizada. Si bien se aprovechan las dos horas extras para agregar información necesaria, generar un ritmo más pausado y progresivo y explorar ciertos aspectos de sus personajes, al resultado final le sigue sobrando casi una hora de acontecimientos que no van a ningún lado, personajes secundarios o una reiteración constante de los conflictos de la historia. En comparación a la versión original, esta se siente mucho más completa, sí. Pero el miedo por no dejar cabos sueltos o que el espectador olvide información a lo largo de la duración, hace que el relato pase por momentos bastante repetitivos.
Estos dos aspectos (su duración y su estructuración), hacen que esta versión abandone su carácter “frankensteiniano” pero se convierta en un hibrido que no llega a tener la capacidad narrativa de una película. Y, de hecho, La Liga de la Justicia de Zack Snyder no es una película ni nueva ni distinta. Aquí no se ha utilizado la posibilidad que presta el montaje de reescribir una historia, sino que el producto de Snyder es una versión extendida (con momentos necesarios) en la cual sus personajes y su diégesis empiezan y terminan exactamente en el mismo lugar que la versión de 2017, pasando por exactamente los mismos obstáculos. Al comparar el primer trailer de la versión original con este “nuevo” proyecto, queda claro que la visión de Snyder fue alterada de manera significativa y negativa ante su partida, pero aquí se maquilla la experiencia y la recepción del público ante la primera versión como una visión original para la que incluso se filmaron nuevas escenas.
Como he dicho, el argumento general resulta más verosímil y no tan apresurado como la versión original. Pero no abandona y hasta por momentos se evidencia de mayor manera lo simplista y conveniente de la organización de los acontecimientos. Hay muchas casualidades y piezas del DCEU ubicadas para que todo funcione para llegar al objetivo final, pero sin ningún tipo de sutileza o una noción de causa y efecto que debería someter a los hechos en la diégesis.
Independientemente de la versión, siempre quedará en evidencia cierta negligencia por parte del DCEU ante sus personajes y su construcción. Y aunque este corte intenta enmendar ciertas cicatrices de nuestros héroes, a veces llega a buen puerto y otras no. Batman (Ben Affleck) sigue pareciendo un personaje secundario, sin ninguna capacidad de liderazgo y de hecho se siente diminuto en comparación a sus colegas (el efecto Hawkeye); Mujer Maravilla (Gal Gadot) intenta ser modernizada y empatada con la visión de Patty Jenkins, pero protagoniza algunos de los momentos más innecesarios de la película (tomando en cuenta que es el personaje que menos trabajo de construcción necesitaba gracias al buen trabajo previo de Jenkins); Aquaman, interpretado por un Jason Momoa que desestima su talento reciclando constantemente sus papeles, es introducido con una mayor funcionalidad (hay que recordar que esta película supone ser antes de su película en solitario); Cyborg (Ray Fisher) es probablemente el personaje que se construye con mayor profundidad y a su vez el que menos destaque tenia en la versión original. En este caso, Cyborg pasa a ser un protagonista con un trasfondo y una motivación (dentro de su naturaleza de ser la presentación PPT del grupo y una herramienta para hacer avanzar la trama); Y por último tenemos a Flash (Ezra Miller), quien no deja ni por un segundo de ser el alivio cómico y absurdo del equipo, aparte de protagonizar la escena más innecesaria de toda la película en un intento por hacernos, quizás, empatizar con un personaje que en teoría acabamos de conocer. Sin embargo, se le da un giro interesante a sus habilidades que de ser bien utilizadas podría salvar el futuro del DCEU. Aparte se proponen una cantidad mucho mayor de personajes secundarios que terminan siendo desaprovechados por aspirar a ser un guiño para un futuro que nunca fue, y probablemente nunca será.
Mucho se ha hablado de que esta versión cuenta con un villano mucho más completo; pero en verdad, la única decisión acertada respecto a Steppenwolf, es que se explicita su motivación y su ubicación jerárquica dentro de los villanos del DCEU. Pero lo insignificante que termina siendo sigue resaltando y es el conocer su pasado lo que de hecho nos hace hasta sentir lastima por el en ciertos momentos, todo muy confuso.
Obviamente la película cuenta con los recursos audiovisuales intrínsecos de Zack Snyder como la ralentización en las secuencias de acción, lo cual al margen de su funcionalidad o no, puede tomarse como una marca autoral de la cual nada se puede decir. Hay un cambio en la relación de aspecto de la imagen a un formato 4:3, lo cual supone ser para “preservar la visión original y la intención de proyectarla en IMAX”, pero en mi opinión personal, esto termina siendo inadmisible cuando la película es estrenada para su exhibición doméstica. Los efectos visuales mejoran, pero no de manera notoria, son quizás en el nuevo diseño de sus villanos y un Henry Cavill sin un bigote borrado digitalmente los únicos cambios que logran verse. También se cambia la paleta de colores y las tonalidades en la imagen para algo mucho más armónico y no tan artificial. Y por último no puedo cerrar la crítica sin mencionar los molestos cambios en la banda sonora, donde se sustituye el leitmotiv de Mujer Maravilla por cantos amazónicos que suenan cada vez que el personaje aparece, o una secuencia innecesaria e incómoda de un canto a Arthur Curry (Aquaman) por parte de los residentes de un pueblo pesquero. Y si bien el soundtrack de la película termina teniendo momentos interesantes que seguramente Snyder eligió personalmente para ilustrar la idea de la pérdida, parecen un poco fuera de lugar narrativamente.
El último episodio de la serie WandaVision hablaba de la paradoja de Teseo, la cual se cuestiona si cuando a un objeto se le sustituyen todas sus partes, éste sigue siendo el mismo. Esto es lo que sucede con esta película, y es que por más que se intente sustituirle todas las piezas a La Liga de la Justicia, la película terminará siendo la misma. La Liga de la Justicia de Zack Snyder es sin dudas una versión mejor organizada, más completa y más ajustada a la visión original de su director. Pero no es precisamente una buena película. Lo cual no debe confundirse con faltarle el respeto a su director de la manera que el estudio lo hizo al estrenar la versión del 2017. El principal problema de DC y su universo cinematográfico es un problema nativo y endémico, que no se solucionará hasta que alguien tome la decisión de hacer un reinicio, manteniendo las piezas funcionales, y dejando de lado a las que alguna vez se pensó que serían útiles, pero que terminaron demostrando lo contario. Y es aquí donde, si Warner Bros. y DC no quieren tirar todo por la borda, deben entender que Zack Snyder les acaba de dar la herramienta perfecta para no tirar todo a la basura a través de las habilidades de Flash de retroceder el tiempo.
La Liga de la Justicia de Zack Snyder dejó, para mí, mucho que desear. Pero también me deja un enorme respeto como crítico y como realizador, por un director comprometido, decidido y que regaló a sus fanáticos algo que ningún otro director había hecho. En una industria que muchas veces ubica a sus fanáticos en el lugar de un simple cliente, Zack Snyder logró agradecerles por su apoyo de la mejor manera que podía hacerlo. Generando un fenómeno que puede ser mejor o peor, pero para el cual realmente dio todo de si mismo.
«La Liga de la Justicia de Zack Snyder» (Zack Snyder's Justice League, 2021) Director: Zack Snyder. Reparto: Ben Affleck, Henry Cavill, Gal Gadot, Jason Momoa, Ezra Miller, Ray Fisher, Amy Adams, Jeremy Irons, Willem Defoe, J.K Simmons, Amber Heard. Guion: Chris Terrio. Banda Sonora: Junkie XL. Fotografía: Fabian Wagner. Producción: Deborah Snyder, Charles Roven. Producción Ejecutiva: Ben Affleck, Chris Terrio, Christopher Nolan, Jim Rowe, Emma Thomas, Wesley Coller, Kurt Kanemoto. Productoras: DC Films, Atlas Entertainment, The Stone Quarry, Warner Bros. Distribuye: HBO Max. Duración: 242 minutos Estreno: 18/03/2021
(Original para COCALECAS, 24/03/2021)
The movie will make us connected with Victor Stone and Clark Kent very deeply. I felt goosebumps and even got a bit emotional at a few points. It’s a must watch for all superhero movie lovers. The release of this movie read about on PortalulTauTV.net is revolutionary and hats off to Zack Snyder. Now I’m eagerly waiting for the Synderverse to be restored,