Martha (Vanessa Kirby) y Sean (Shia LaBeouf) se están preparando para el nacimiento de su primer hijo. La comadrona, Eva (Molly Parker), está ahí lista para recibirlo. La futura mamá se está preparando para el parto, después de una larga lucha, el bebé finalmente ve la luz del día, pero solo para ser sostenido brevemente en la mano de su madre antes de morir. Devastada, la pareja atraviesa su mayor pérdida, mientras intentan unir las piezas de su corazón. Uno sufre tranquilamente, otro abiertamente. Es la historia de una mujer que pierde su parte más importante, sin dejar ninguna posibilidad de que sea remendada.
Como padre, no puedo imaginarme sosteniendo el cuerpo sin vida de mi bebé y sin saber cómo reaccionar ante él. Dolor, lágrimas, confusión, es casi como si te hubieran dejado en una isla enorme y solo. La habitación que se ha preparado, el futuro que ya está todo planeado y luego, cuando llega el día más bonito, lo único que recibes es silencio. Creo que es una de las definiciones de la palabra infierno.
La película comienza con esta escena. Filmada en un maravilloso plano secuencia, marca rápidamente el tono, ya que está extremadamente cargada de intensidad y emociones. Mundruczó entrega una puesta en escena magistral que va aumentando gradualmente la intensidad hasta el momento final, en términos de escritura, montaje, secuencia, ritmo, actuación de los actores, esta escena es simplemente perfecta. El resultado de este evento es que Martha va a quedar reducida a pedazos y tendrá que vivir con este dolor, a su manera, las consecuencias son nefastas y todas sus relaciones sufrirán.
Por un lado, está su marido de apoyo inquebrantable, que hace todo lo posible para que su mujer se recupere o, en todo caso, para que se sienta mejor. El problema de Martha es que interioriza absolutamente todo, no se abre a los demás y no comunica su dolor, imagino porque no existen palabras para esto. Ella actúa como si estuviera bien pero obviamente no es así, todos lo ven, todos lo saben. Por otro lado, está su madre que también ha vivido varias tragedias, pero ella y su hija no están en la misma onda en cuanto a cómo lidiar con las emociones.
Lo que sigue es el deterioro de las relaciones y un intento de renacimiento un poco torpe y fuertemente ilustrado a través del simbolismo de la manzana, fruta prohibida y abundancia. Esta escena es también uno de los únicos cuestionamientos que se hacen en la película, su falta de delicadeza en el uso del simbolismo metafórico. Porque por lo demás, es sólida incluso muy, muy sólida.
El elenco es sorprendente y nunca falla. Primero encontramos toda una serie de brillantes papeles secundarios interpretados por Sarah Snook, Benny Safdie y la leyenda Ellen Burstyn, en cuanto a papeles más importantes, encontramos en primer lugar a Molly Parker en el papel de una partera y, a Shia LaBeouf en el de Sean, el marido de Martha.
Finalmente, hablemos de Vanessa Kirby. En su primera película en inglés, el director húngaro Kornél Mundruczó (Jupiter's Moon) seduce a Vanessa Kirby con una actuación brillante dentro de un conjunto de actores ya fuerte, también hay una escena de entrega que no requiere cortes y dura más de 20 minutos. Dolores de parto como nunca los habías visto en el cine y una sensación de tristeza que dura días, o quizá meses.