Das Vorspiel, película alemana de 2019 dirigida por Ina Weisse, es la película que Michael Haneke hubiera hecho con La Pianiste si hubiera decidido que las cosas no fueran tan perversas. Nina Hoss (la fantástica protagonista de Phoenix, aquella brillante película de Christian Petzold) interpreta a Anna (nombre Hanekiano por antonomasia), una obsesiva (y compulsiva, como lo demuestra una temprana escena en un restaurante) profesora de violín, cuya psique tanto mental como doméstica empieza a desmoronarse tras conocer a un joven y talentoso estudiante.
Su nuevo prodigio se llama Alexander, y la presión por hacer explotar todo su potencial suma otra carga en la ansiedad que sufre Anna en su cotidianidad, así como empeora la relación con su marido francés Philippe, y especialmente, su hijo y también músico, Jonas. Das Vorspiel es una película lenta. Sabemos que algo terrible va a suceder con la relación Anna-Alexander, pero el suceso tarda en llegar, y cuando sucede, lamentablemente se siente algo insuficiente.
Para nuestra suerte y disfrute, Nina Hoss puede hacer de cualquier gesto o mirada, una valiosísima hoja de ruta para entender a su complejo personaje, ya que, no nos engañemos, si bien Das Vorspiel puede ser mediocre como drama, es un más que interesante y funcional estudio de personaje.
Puede que su desenlace resulte insatisfactorio, pero como todo instrumento desafinado, Anna llama tu atención, y una vez que la tiene, no podrás sacar tu vista (ni tus oídos) de ella.