Director: Jonah Hill
Elenco: Sunny Suljic, Lucas Hedges, Na-kel Smith, Gio Galicia, Ryder McLaughlin, Alexa Demie, Katherine Waterston, Olan Prenatt.
No hay un lugar más sagrado y representativo en un adolescente que su habitación, nos indica sus gustos, preferencias y hobbies. Con solo dar un vistazo al cuarto de Ian (Lucas Hedges) en Mid90s (debut como director del actor Jonah Hill) es suficiente para ambientarnos en la época: en las paredes cuelga un poster de Wu-Tang Cla; vemos rondando la revista Source y la colección de CDs se amontona en una esquina; mientras el closet se desborda con Air Jordans. Esta atención al detalle y un impecable soundtrack nos sitúa en la década de los 90.
La escena de apertura nos presenta la relación entre Stevie (Sunny Suljic) y su hermano Ian, mientras este último lo persigue por todos los rincones de su modesta casa en Los Angeles. Ian abusa repetidamente de Stevie con golpizas y agresiones verbales, todo esto sucede ajeno a la atención de su ensimismada madre Dabney (Katherine Waterston). Stevie es un chico de pelo ondulado y ojos curiosos que con una sonrisa nos revela toda su inocencia. Un día observa un grupo de chicos skaters, patinetas en mano y con mucha actitud, el grupo capta la atención de Stevie, quien logra fácilmente y en poco de tiempo infiltrarse en sus aventuras. El grupo está compuesto por 4 adolescentes. Ray (Na-kel Smith), el mayor y único afro-americano del grupo que concentra su atención en lograr hacer una carrera profesional en el skateboard. Por otro lado, está “Fuckshit” (Olan Prenatt), sus amigos lo llaman así por ser la manera en que inicia cada frase. Ruben (gio galasia) quien es el más joven del grupo antes de la llegada de Stevie, y el último integrante es “Fourth Grade” (Ryder McLaughlin), apodo que supuestamente implica su capacidad intelectual. Los buenos modales de Stevie contrarrestan a los de sus nuevos amigos, sin embargo, hay un espacio para él en grupo, mientras se la pasan fumando, montando skates en las calles de LA y compartiendo anécdotas y chistes.
La historia muestra varios montajes de escenas donde posiblemente esperamos que Stevie aprenda alguna lección, más, sin embargo, nada concluye en una catarsis definitiva. Esta situación implica que la película no sabe que quiere ser, al igual que su personaje protagónico. Esta búsqueda es interesante, aunque frustrante en ocasiones. La película implica que Stevie es un visitante en el mundo de los skateboards, no un residente. Para Stevie sus nuevos amigos y su mundo son un escape de su difícil realidad, buscando en sus nuevos compañeros una camaradería que no tiene en su hermano mayor y un sentido de pertenencia que su familia ha fallado en proporciónale. Hill evita los clichés en este tipo de historia y en ningún momento Stevie logra convertirse en un tremendo skater o logra conseguir la chica de sus sueños, ni mucho menos logra obtener más confianza en sí mismo. A pesar de evitar estos caminos trillados, el guion es repetitivo, dejando muchas preguntas sin contestar y sin lograr un climax convincente.
Los elementos mejor logrados en Mid90s son su puesta en escena, su increíble soundtrack y dirección musical. Hill trabajó con los compositores Trent Reznor y Atticus Ross, quienes proporcionan una curaduría musical impecable con cortes estratégicos en cada escena. Visualmente la película busca autenticidad, y lo logra a través de una estética áspera (fue filmada en súper 16 mm) y un encuadre preciso, todo esto de la mano del cinematógrafo Christopher Blauvelt y el diseño de producción de Jahmin Assa.
Hay un momento en la película, filmado con un lente telefoto, en que los amigos patinan por el Boulevard de LA y el crepúsculo vespertino baña la escena con colores cálidos, mientras se escucha “Dedicated to the One I Love” de Morrissey. Este momento y la escena final, creada con una videocámara, cubre de nostalgia la historia; y nos recuerda que la intensión siempre fue capturar de manera fugaz un momento y una época. Mid90s, en su estilo e intención nos recuerda fácilmente obras de mejor pulcritud, específicamente Kids (1995) del aclamado director Larry Clark. Mid90s aparenta ser una versión PG de este film, pero en defensa de esta ópera prima, la película representa buen inicio para su director.