Es cierto que el cine de terror ha decaído bastante en los últimos años. Se pueden encontrar joyas pero es más fácil toparse con verdaderas tomaduras de pelo de tal nivel, que dudamos estar viendo algo terrorífico y pensamos que es comedia.
Porque el terror, o el horror no son solo “sustos” si no mas bien, la sensación de miedo intenso o de inquietud constante. Dicho esto, “La Maldición de Hill House”, la última serie de la factoría Netflix es una verdadera mini serie de horror que escala en el terror, mientras más capítulos llevamos.
La serie nos presenta a los Crain, una familia que se instala en la tétrica mansión Hill House para restaurarla y poder venderla al mejor postor. Deberían estar allí solo unas semanas, pero pronto comienzan a suceder cosas extrañas que ponen a prueba la cordura del matrimonio y sus cinco hijos.
Con un total de 10 episodios, la serie se dividirá en dos líneas temporales. La primera donde explicaran en modo flashback la tortura que pasaba la familia en la casa mientras iban reparándola y en el modo actual, que explicaran las consecuencias de dichas torturas, porque una maldición, es, por definición, algo heredado, algo que nunca se ha ido. Porque da igual que se trate de la sombra de una enfermedad, una cobardía incrustada o un trauma.
Capturando la esencia de la palabra, esto no es un terror convencional. Es un silencio que ha ido en aumento y que poco a poco aísla a todos los involucrados. Al inicio me vi desesperado por escenas en que los personajes no digan absolutamente nada de lo que han visto o sentido, pero luego de unas horas en frio analizando, me di cuenta de que es lo que se buscaba. Es un miedo, una carga que ellos han traído desde hace mucho tiempo y que es mejor ignorar a enfrentarla. Es un dolor por no saber o entender algo.
“Estaba justo ahí y nadie me veía” dice Nell Crain interpretada por una Victoria Pedretti totalmente desconocida y de forma impecable. Frase que no será en balde ya que se repetirá durante toda su vida y que abrirá la puerta a uno de los mejores giros de trama que tiene la serie. Luego tenemos a una Carla Gugino, Timothy Hutton y Henry Thomas (estos dos últimos en dos líneas temporales distintas) como los padres de esta familia que no podían estar de mejor manera. Michiel Huisman que no despertó mucho interés como el mercenario de la Reina de Dragones en “Juego de Tronos” pero que aquí está en estado de gracia, con una interpretación impecable. Oliver Jackson Cohen como el hermano gemelo de Nell, Kate Siegel (Hush) como la hermana del medio y Elizabeth Reaser (The Good Wife) como la hermana mayor, completan la familia con unas actuaciones bien interesantes.
Al principio los carteles que nos muestran para hacernos entender que están en época actual o época pasada, pueden hacernos confundir pero luego de un capitulo y medio es difícil no entenderlo, por lo cual el espectador necesita ir atento al inicio para no perder el hilo. Tal vez este sea el mayor defecto de la serie, porque habrá espectadores que puedan aburrirse fácilmente y perder el interés de la serie completa. Sin embargo después de lograr entender las líneas temporales, podemos sentir afinidad rápidamente con cada personaje (aunque alguno se presente como irritable) porque sus miedos, sus dolores o sus traumas, son tan humanos que es difícil no rendirse ante ellos.
Y es que en esos momentos de dificultad como la parálisis del sueño, el miedo a la oscuridad, o el desconocimiento por parte de seres queridos ante una situación trágica y de paso, el silencio ante eso, hace que podamos entenderlos completamente.
Ahora bien, la personalidad de la serie se nota mucho de la mano de Mike Flannagan, director de todos los capítulos. Y sorprende mucho porque este señor había venido de unos proyectos que no terminaron de caer bien en el publico y la crítica, como son “Ouija: El Origen del Mal” y “El Juego de Gerald”. Flannagan ha demostrado un talento para construir la historia de forma peculiar a base de líneas temporales, ángulos de cámara bien medidas y una planificación espectacular. Pero la joya de la corona de esta serie se lo lleva el capitulo “Dos Tormentas”, el cual se construye a base de 6 planos secuencia. En estos planos los actores entran y salen de un cuadro a otro, hay cambios radicales de escenarios, hay sustos y una cámara, que, a base de steadycam vuela por uno de los escenarios.
Sin duda, un ejercicio de planificación que podría enseñarse en cualquier escuela de cine.
Esta mini serie esta entre lo mejor que podemos encontrar en el catalogo de Netflix, y sin mucho esfuerzo puede perfilarse como una de las mejores series del 2018. Todo esta perfectamente construido, los misterios quedan bien conectados, los personajes son profundos y bien desarrollados, la puesta en escena es espectacular. Esta es una historia de terror, si, pero también de redención. Una historia de redención por parte de unos personajes que buscan dejar atrás la Mansión de Hill House.