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Critica a «Bohemian Rhapsody» (2018) de Bryan Singer

El 24 de noviembre de 1991, la vida de Farrokh Bulsara, mejor conocido como Freddie Mercury, terminó. El mundo de la música cayó en un estado de shock. El legendario cantante principal del grupo de rock Queen sucumbió a la edad de solo 45 años, por consecuencias de su infección por VIH. Pero en las más de dos décadas que Queen existió con Mercury, la banda británica creó éxitos eternos en todo el mundo. "Bohemian Rhapsody", "We Are The Champions", "Somebody To Love" y "We Will Rock You", son sus titulos mas importantes. Tan turbulenta como la vida salvaje de Mercury es la historia de producción del drama biográfico " Bohemian Rhapsody ", un tributo a todo el grupo, pero con un claro enfoque en su deslumbrante líder.

La película da inicio en 1970, cuando Freddie Mercury (Rami Malek), Brian May (Gwilym Lee), Roger Taylor (Ben Hardy) y John Deacon (Joseph Mazzello) formaron la banda “Queen”, que luego se convertiría en una de las bandas de rock más legendarias de todos los tiempos. Pero detrás de la fachada  de confianza y estilo de Mercury, se va desarrollando una inestabilidad emocional, no solo con su sexualidad, si no con su entorno por querer parecer algo que no es. Cuando su gran amor, Mary (Lucy Boynton) se separa de él, Freddie rompe el contacto con los miembros de su banda y trata de ser igual de exitoso como solista.

Aquí hubo varios problemas. Primero, Rami Malek reemplazó a la estrella de "Borat" Sacha Baron Cohen en el papel principal de Freddie Mercury; luego el director Bryan Singer (La saga X Men, The Usual Suspects), 16 días antes de culminar la filmación fue despedido y Dexter Fletcher tuvo que tomar las riendas. Todas las señales apuntan a un desastre, y desafortunadamente así ocurre.

Pero el mayor  de los problemas, no es siquiera el desastre de la producción, es la presentación suave de un personaje que a leguas tuvo una vida corta y tormentosa. Los excesos de Mercury en Bohemian Rhapsody solo se presentan por encima y los pesados últimos años del cantante están completamente obviados, creando una impresión de que se trata de un homenaje placentero y conmovedor. Los demonios de Mercury, que aunque son medianamente presentados, al final son tratados como una simple historia de superación, apoyada en una muy buena banda sonora y secuencias forzadas para gustarle al público. Es más fácil emocionarse con la extraordinaria música que sumergirse en las profundidades de su alma, porque la música y las escenas de los conciertos son realmente grandiosas y cran una extraordinaria escena atmosférica.

Aparte de estas limitaciones, Bohemian Rhapsody respira puro rock 'n' roll, incluso si falla constantemente en explicarse. Rami Malek presenta a un Freddie Mercury excesivamente sensible y complejo, su frágil personalidad brilla una y otra vez. Gwilym Lee tiene mayor éxito como Brian May, quien roba cada escena con su mera presencia una y otra vez animando la película con su encanto. Lucie Boynton presenta a Mary Austin, la leal amiga de Mercury, y la responsable de presentar el lado suave y tierno del cantante británico. Curioso es, sin embargo, el cameo de  Mike Myers como el jefe de grabación de EMI, Ray Foster. La secuencia en la que Mercury subraya la necesidad de que la extravagancia musical de la canción "Bohemian Rhapsody" sea presentada como un sencillo de seis minutos es uno de los aspectos más destacados de la película. Al mismo tiempo, ella es, un guiño a la comedia de culto " Wayne's World ", en la que Mike Myers entona la famosa canción.

Como es habitual en una película biográfica, la realidad aquí está diseñada para agilizar la acción de forma dramática. Esto no solo se aplica al principio, que de hecho ha sido algo diferente, donde en poco tiempo nos cuentan los inicios de la banda y de Mercury en ella, los años del cantante viviendo en Munich también se tocan en un nivel superficial. En cuanto a su sexualidad, Bohemian Rhapsody nunca es explícita, los directores la dejan expuesta tras un par de secuencias donde las insinuaciones son muy obvias, pero como espectador, uno puede pasarlo benévolamente como una alusión al hecho de que Mercury nunca comprometió su arte en contra de su propia homosexualidad.

El filme no aprovecha su plataforma para contar una historia, quiere abarcar tantos temas que no termina ninguno de estos y peligrosamente, roza en el morbo. Las actuaciones de la banda y sus representantes son lo más rescatable, amén de la conocida banda sonora que nos impregna el sentimiento y la razón por la que amamos la banda. Vemos un guion mediocre que no aporta ningún dialogo interesante mas se preocupa por acelerar las acciones y tan solo presentar destellos de lo que realmente esperabamos. Para los fanáticos de Freddie Mercury y Queen, la electrizante y nostálgica música será importante para ser testigos de la historia de cada éxito. El resto, es pura decepción e impotencia por lo que pudo ser y no será.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.