Una conversación con la actriz que promete robarse escenas en la secuela más elegante del año.
Desde que A Simple Favor se estrenó en 2018, el público quedó atrapado en ese universo en donde el crimen se viste de alta costura, las madres blogueras se convierten en detectives, y cada sonrisa esconde una traición. Ahora, con Another Simple Favor, Paul Feig nos invita de nuevo a ese cóctel de secretos, sátira y glamour letal. Pero esta vez, hay nuevas caras. Una de ellas es Taylor Ortega, actriz y comediante conocida por su agudeza interpretativa y su talento para habitar personajes que oscilan entre la ironía y la intensidad.
En esta entrevista exclusiva, Ortega nos habla sobre lo que representa unirse a esta saga que desafía las convenciones del thriller tradicional. Sin revelar demasiado, nos adelanta que su personaje aporta una nueva capa de tensión —y mucho humor negro— a una historia que se despliega entre la sofisticación europea y el caos emocional. “Esta película tiene algo de Agatha Christie con tequila y lentejuelas”, dice entre risas, resumiendo con precisión el espíritu del filme.
Un regreso estilizado y más venenoso que nunca
Si A Simple Favor fue una elegante sátira sobre las apariencias, Another Simple Favor es su versión más grande, más ambiciosa y aún más autoconsciente. La historia nos transporta a una boda de alto perfil en una isla europea, donde el reencuentro entre Stephanie (Anna Kendrick) y Emily (Blake Lively) desencadena una nueva serie de desapariciones, manipulaciones y muertes inesperadas. Ortega interpreta a un personaje ligado al nuevo entorno de Emily, alguien que, según sus palabras, “sabe más de lo que aparenta, pero también se divierte demasiado viéndolo todo desmoronarse”.
Para Ortega, el tono híbrido de la película fue una de las razones principales para sumarse. “Es raro encontrar historias que mezclen misterio, sátira social y estética de revista de moda sin perder su ritmo”, comenta. Y tiene razón. Feig no solo repite su fórmula de éxito, sino que la amplifica, apostando por un casting aún más ecléctico, locaciones que parecen salidas de un editorial de lujo, y un guion que no le teme a los giros en espiral.
Entre la comedia y el crimen
Taylor Ortega viene del mundo de la comedia, pero no se limita a él. Su trabajo en series como Kim Possible (donde interpretó a Shego) o en sketches virales le ha dado un timing perfecto para lo inesperado. En Another Simple Favor, utiliza esa cualidad a su favor: “Cuando todo parece controlado y elegante, mi personaje aparece para agitar las aguas. A veces de forma sutil, a veces no tanto”.
La película le permite jugar en un registro que mezcla lo extravagante con lo inquietante, en línea con el espíritu de Feig, quien ha hecho de esta franquicia una oportunidad para que las mujeres brillen, no solo como protagonistas, sino como fuerzas narrativas activas, contradictorias y peligrosamente carismáticas.
“Me encanta que no tengamos que ‘explicar’ a estas mujeres”, dice Ortega. “No están pidiendo permiso para ser como son. Simplemente existen, y el caos se adapta a ellas”.
Another Simple Favor no es una película sutil. Tampoco quiere serlo. Es excesiva, elegante, cínica y muy consciente de su condición de entretenimiento estilizado. Pero detrás del vestuario llamativo y los martinis venenosos, hay una crítica velada a la imagen pública, a la superficialidad con la que construimos nuestras vidas (reales o digitales), y a cómo, muchas veces, lo más retorcido se esconde detrás de la sonrisa más perfecta.
Ortega lo resume de forma elocuente: “Todo en esta película es hermoso por fuera, pero hay grietas por todos lados. Y esas grietas son, para mí, lo más divertido de explorar como actriz”.