Festival de Cine en Guadalajara 2025: Cine dominicano brilla en la apertura del FICG40
Guadalajara ha vuelto a convertirse en la capital cultural del cine iberoamericano. Con la apertura de su 40ª edición, el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) reafirma su estatus como uno de los encuentros cinematográficos más relevantes de América Latina. Esta edición, que se celebra del 6 al 14 de junio de 2025, no solo marca un hito histórico por su aniversario, sino también por la profundidad y diversidad de su programación, donde el cine dominicano se abre paso con una fuerza notable, sumándose al diálogo creativo entre naciones hermanas.
Una apertura con alma festiva
La ceremonia inaugural del FICG40 fue una celebración tanto de la trayectoria como de la renovación. Entre aplausos, luces y momentos de emotividad, se rindió homenaje a dos figuras esenciales del cine iberoamericano: el director español Juan Antonio Bayona y la actriz mexicana Dolores Heredia. Bayona, cuya cinta «La sociedad de la nieve» fue nominada al Oscar y premiada en múltiples festivales, recibió el Premio Mayahuel Internacional como reconocimiento a su impactante obra, que incluye títulos como El orfanato, Lo imposible y Jurassic World: El reino caído.
En un gesto emotivo y lleno de humor, Bayona recordó su conexión con México, donde estrenó su primer cortometraje y conoció a Guillermo del Toro: “Sin él no habría sido posible hacer El orfanato, así que gracias a él estoy aquí y me declaro el hijo bastardo de Guadalajara”, dijo entre risas, provocando una ovación del público.
Por su parte, Dolores Heredia recibió el Mayahuel de Plata por sus 40 años de carrera, en los que ha participado en más de 60 películas. Heredia destacó el compromiso del gremio cinematográfico en tiempos difíciles: “Eso es una revolución, es resistencia, seguir haciendo cine donde el mundo nos obliga a hacer otra cosa… estamos aquí celebrando el poder de contar historias”.
Una apertura animada: Soy Frankelda
Uno de los grandes momentos de la noche fue la proyección de Soy Frankelda, el primer largometraje mexicano en stop-motion, realizado por los hermanos Roy y Arturo Ambriz y respaldado por Guillermo del Toro. La cinta cuenta la historia de una joven escritora del siglo XIX que viaja como fantasma a un reino de su imaginación poblado por seres creados en sus cuentos de terror. Su presentación mundial en Guadalajara coincidió con su estreno internacional en Annecy, el festival de animación más prestigioso del mundo. Esta doble plataforma representa el nivel de excelencia que busca el FICG en su programación.
Portugal: invitado de honor
Como país invitado de honor, Portugal ha traído consigo 13 películas en competencia, con títulos como A Herdade, Variações y O Filme do Desassossego. Además, se organizarán mesas redondas y encuentros entre cineastas portugueses y mexicanos para promover la colaboración entre industrias. La representación lusa añade una dimensión europea al festival y recuerda los vínculos históricos y culturales que unen a los países iberoamericanos.
La voz dominicana en Guadalajara
Una de las sorpresas más gratas del FICG40 es la sólida representación del cine dominicano, que no solo participa, sino que compite de tú a tú con producciones de otras naciones. La selección oficial incluye dos largometrajes dominicanos que evidencian la madurez y el dinamismo de esta cinematografía emergente:
- “Tiguere” de José María Cabral: Seleccionada en la categoría de Largometraje Iberoamericano de Ficción, esta cinta promete consolidar aún más el prestigio de Cabral, quien ha demostrado una capacidad excepcional para retratar la realidad social dominicana con una mirada crítica y estilística. Su cine ha recorrido Cannes, Berlín y ahora llega a Guadalajara como una propuesta sólida en temática, narrativa y producción.
- “Olivia y las nubes” de Tomás Pichardo Espaillat: Esta obra compite en la sección de Largometraje Internacional de Animación, un terreno poco explorado por el cine caribeño. Con una propuesta visual onírica y una historia sobre identidad y pertenencia, Olivia y las nubes ya ha pasado por festivales como Annecy y Locarno, lo que reafirma su relevancia internacional.
A estos títulos se suma el documental “Ramona”, que aborda el embarazo adolescente en contextos vulnerables. La cinta se proyecta en una de las secciones temáticas del festival, ampliando la mirada hacia los desafíos sociales contemporáneos desde una perspectiva dominicana.
La presencia de estos títulos no solo resalta la calidad del cine dominicano, sino también el papel de sus creadores como cronistas de una realidad cambiante. Ya no se trata de una cinematografía periférica, sino de una voz con peso propio dentro del cine iberoamericano.
Voces diversas, premios diversos
La diversidad de voces ha sido uno de los sellos del FICG. Este año se entregarán premios como el Maguey Queer Icon a la actriz chilena Daniela Vega, reconocida por Una mujer fantástica, y a Denisse Guerrero, vocalista de Belanova, por su activismo en la comunidad LGBTQ+. Guerrero también es protagonista del documental Murió la fantasía, una obra introspectiva sobre la recuperación de su identidad artística.
Además, la productora mexicana Mónica Lozano será homenajeada por su trayectoria en la industria. Lozano, artífice de películas como Amores perros, ha sido clave en la construcción de un cine mexicano de proyección internacional.
Un cruce entre tradición y futuro
El FICG40 también da espacio a las nuevas narrativas. Por segundo año consecutivo, el certamen abre sus puertas al universo de los videojuegos y las experiencias inmersivas con FICG Games, una sección que celebra la expansión del lenguaje audiovisual a otros formatos.
En palabras de la directora del festival, Estrella Araiza: “No podemos estar peleados con las nuevas formas de hacer y consumir cine. Hay puristas dentro del festival, claro, pero también hay una necesidad de adaptarse. Guadalajara es una capital en la producción de videojuegos, y eso no lo podemos ignorar”.
Top 10 de películas imperdibles del FICG40
- Soy Frankelda – La animación stop-motion mexicana que abre el festival con una historia oscura y fantástica.
- Tiguere – Una poderosa radiografía social desde República Dominicana, dirigida por José María Cabral.
- Olivia y las nubes – Una joya animada dominicana que mezcla poesía visual con reflexión existencial.
- Murió la fantasía – Documental sobre Denisse Guerrero, ícono del electropop mexicano.
- La sociedad de la nieve – Aunque no en competencia, el filme de Bayona será parte de una master class inolvidable.
- Leonora – Biopic sobre la artista surrealista Leonora Carrington, basada en la novela de Elena Poniatowska.
- Autos, mota y rocanrol – Comedia sobre el nacimiento del festival musical más grande de México.
- La guitarra flamenca de Yerai Cortés – Documental dirigido por C. Tangana sobre uno de los nuevos talentos del flamenco.
- Los inocentes – Una propuesta provocadora que compite por el Premio Maguey.
- Cuerpo celeste – Coproducción chileno-italiana que aborda la soledad femenina desde una óptica contemplativa.
Un espacio de formación e industria
Además de las proyecciones, el FICG cuenta con una oferta robusta de clases magistrales, talleres y encuentros de industria. Bayona, Heredia, Michel Franco, Maria de Medeiros y Mónica Lozano serán algunos de los protagonistas de las charlas que buscan formar a las nuevas generaciones de cineastas.
También se ofrecerán galas benéficas, mesas de coproducción y espacios de networking para fortalecer vínculos entre profesionales del cine iberoamericano.
El compromiso de seguir contando historias
A sus 40 años, el Festival Internacional de Cine en Guadalajara no se conforma con celebrar el pasado. Este aniversario es una declaración de principios: el cine iberoamericano está más vivo que nunca, y su diversidad —lingüística, estética, temática— es su mayor fortaleza.
Para el cine dominicano, esta edición representa una consolidación. Sus propuestas no son anécdotas ni invitaciones exóticas. Son parte fundamental del diálogo narrativo que se teje en América Latina. Su presencia en las secciones oficiales del FICG es un testimonio de que la cinematografía caribeña ha madurado, y su voz resuena con fuerza en los grandes escenarios del cine regional.
Mientras las luces de las salas se apagan y las historias comienzan a proyectarse, el FICG40 nos recuerda que, incluso en tiempos de incertidumbre, el cine sigue siendo una herramienta de resistencia, de identidad y, sobre todo, de encuentro.