El Horror…El Horror…
Creo que no fuimos pocos los que salimos tan aturdidos como removidos por el sonido de Civil War el año pasado. Los que la pudimos ver en salas, por supuesto. Además de una inquietante reflexión sobre las grietas políticas en Estados Unidos y el lugar del periodismo en el retrato gráfico de dichos dividendos, aquella película de Alex Garland tenía un cuidadísimo y potente diseño en el audio que hacía que uno se estremeciera en la butaca…que la cada vez menos confiable “Academia” decidió ni siquiera nominar.
Este año, y junto a la colaboración del ex marine Ray Mendoza, Garland regresa con una nueva propuesta, tan económica como visceral, donde el sonido es nuevamente aún más protagonista que las imágenes del horror bélico, porque Warfare es una película que se escucha y se siente, más de lo que se mira.
La cuestión en papel, es muy sencilla: introducir al espectador en la experiencia de un pelotón de Navy SEALs norteamericano. No como en los videojuegos que tan populares se han vuelto en los últimos 30 años, sino en las vivencias y decisiones que tienen que tomar un grupo de soldados cuando una misión de vigilancia se tuerce en territorio insurgente. Contada en tiempo real (poco más de 80 minutos) y basada en los recuerdos de quienes la vivieron. Sin patriotismos ni heroismos.
Los aficionados al género la van a encontrar similar a Black Hawk Dawn de Ridley Scott en su narrativa y puesta en escena, pero creo que la película de Garland y Mendoza termina ganando la pulseada en su simpleza, y en lo directa que es. Aquí no hay salvadas de último segundo ni excesos de testosterona. Ni siquiera hay música, más allá de una divertida introducción a los soldados en el único momento donde no los vemos “trabajando”.
Si tenemos (al igual que en la película de Scott) un muy buen elenco joven de caras conocidas donde nadie desentona: Will Poulter, Joseph Quinn, Cosmo Jarvis, Kit Connor, Noah Centineo, Charles Melton, entre otros.
Hay que aclarar de que no se trata de lo mejor de Garland. Eso sigue siendo su gran debut Ex-Machina, una de las mejores películas modernas que se hayan hecho sobre la inteligencia artificial.
Puede que no logre la popularidad ni el reconocimiento de 1917 o Im Westen nichts Neues, pero Warfare me parece un ejercicio antibélico superior a esas dos películas, ya que no creo que muchos jóvenes vean en ella un panfleto de reclutamiento, sino una inspiración para alejarse de los cuarteles militares y seguir estudiando una carrera en la que realizarse.
Lo único necesario, es tomar un par de cotonetes, y entregarse a los sonidos del horror.