viernes, mayo 23, 2025

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Cannes 2025: “Splitsville”: la comedia de ruptura más entrañable y absurda del año.

En un rincón inesperado del Festival de Cannes, fuera de competencia pero con alma de protagonista, se coló Splitsville, el nuevo trabajo de Michael Angelo Covino y Kyle Marvin. Tras el éxito indie de The Climb, ambos regresan con una producción más vistosa, un reparto más glamoroso y una premisa que se despliega entre la sátira relacional, la comedia física, y la melancolía de las expectativas truncadas.

Lo que parece una “dramedia” sobre las complejidades del matrimonio moderno toma vuelo desde su primera gran secuencia: una pelea doméstica convertida en espectáculo de destrucción cómica. Covino y Marvin, quienes además de escribir e interpretar también dirigen y producen, se entregan a un combate tan hilarante como coreografiado, lanzando sus cuerpos contra muebles, paredes y egos. Todo ocurre dentro de una lujosa casa en los Hamptons, símbolo de una estabilidad que poco a poco se desmorona.

Pero Splitsville no se conforma con golpes y gags. Es, en el fondo, una reflexión disfrazada de comedia sobre las relaciones abiertas y la fragilidad de los acuerdos afectivos contemporáneos. Carey (Kyle Marvin), un profesor de gimnasia dulcemente torpe, llega junto a su esposa Ashley (Adria Arjona) a la casa de sus amigos Paul (Michael Angelo Covino) y Julie (Dakota Johnson), una pareja aparentemente moderna y feliz, pero en el fondo plagada de contradicciones.

El detonante es una escena de carretera absurda y trágica que desemboca en una decisión inesperada: Ashley quiere el divorcio. De ahí en adelante, Carey —un hombre afable y perdido— inicia una especie de viaje sentimental que lo lleva de regreso a la ciudad, mientras su exesposa explora nuevas identidades y amantes. Él, en cambio, comienza a formar vínculos con cada uno de esos pretendientes, en una dinámica tan patética como entrañable.

El guion no siempre desarrolla con justicia los conflictos de todos sus personajes —el arco de Ashley, por ejemplo, se siente relegado tras su decisión de separarse— pero la película se sostiene gracias al ritmo de su humor, su timing perfecto y su capacidad para sorprender con escenas inesperadas. Una proyección de Lorenzo’s Oil, una escena mentalista con Nicholas Braun, e incluso una broma inesperada sobre Vanilla Sky arrancan carcajadas sinceras, sin subestimar la inteligencia del espectador.

En términos interpretativos, Marvin encarna con dulzura a ese “buen tipo” que resulta irresistible pese a sus defectos. Su personaje está tan bien construido que no resulta inverosímil que tanto Ashley como Julie —dos mujeres brillantes y guapas— se sientan atraídas por él. Covino, por su parte, se entrega a una versión odiosa y pasivo-agresiva del marido moderno, cuya masculinidad se tambalea ante cualquier desafío.

Dakota Johnson, siempre magnética, brilla con una interpretación irónica y contenida. Su Julie es una mujer atrapada entre el confort de una vida resuelta y la decepción de una pareja ausente. Adria Arjona, en cambio, adopta un registro más histriónico que encaja bien con el tono de la cinta, aunque el guion le da menos espacio para profundizar en sus motivaciones.

La dirección de Covino, acompañada por la vibrante fotografía de Adam Newport-Berra, transforma problemas domésticos en episodios cinematográficos llenos de movimiento y creatividad visual. Es cine ligero, sí, pero no superficial. Es cine que celebra el caos emocional y el absurdo cotidiano con honestidad, sin pretensiones de grandeza.

Splitsville no pretende resolver el debate sobre las relaciones abiertas. Tampoco busca moralizar. Su fuerza está en el cariño con que observa a sus personajes, en su humor constante y en su capacidad para convertir el desastre emocional en un espectáculo entrañable. Como una buena canción pop sobre el desamor, nos hace bailar mientras nos rompe el corazón con una sonrisa.

Ruben Peralta Rigaud
Ruben Peralta Rigaudhttps://cocalecas.net
Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.

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