Críticas de Cine y Artículos Colaboradores

Sobre Sinners (2025) de Ryan Coogler

Juan Manuel Fábregas

Have You Ever Danced With the Devil in the Pale Moonlight?

Es realmente increíble que un cineasta mediocre como Ryan Coogler haya creado algo tan bueno como Sinners. La película no me llamaba mucho la atención en un principio, más allá del uso del IMAX, los 65 mm (soy un nerd de lo técnico, mea culpa) y esa estrella tan carismática como talentosa que es Michael B. Jordan, y en duplicado, todavía. «Vampiros dirigidos por Coogler» no formaban parte de lo interesante de este año, en mi humilde opinión. El director, conocido por haber revivido a la franquicia Rocky con Creed y sus dos retratos del superhéroe Black Panther (la primera ganó 3 Oscars y no estaba mal, la segunda solo tiene como destacable a una Angela Bassett con toda la garra), no me parecía mucho más que un artesano de esos que Hollywood encumbra muy rápidamente, y que en realidad, es solo un peón de una empresa dispuesta a infantilizar todo lo bueno que tiene el cine como forma artística. No voy a nombrar a la empresa, ya saben cuál es…

Todos mis conceptos sobre el bueno de Ryan cambian para siempre con Sinners, porque películas como estas son las que hacen que esté enamorado del cine.

Michael B. Jordan interpreta a los gemelos Smoke & Stack. Después de estar años trabajando en la mafia de Chicago, regresan a su Mississippi natal para cumplir su sueño de tener un club nocturno propio. Lo que no saben es que lo que se presentaba como una eufórica fiesta inaugural en el establecimiento, corre el riesgo de convertirse en un baño de sangre, tras la llegada de un grupo de vampíros que quiere convertir a toda la comunidad.

Sinners no debería funcionar. Lo que arranca como una mezcla de drama sureño, racial y religioso con toques de película de gángsters, se convierte en otro mejunje, con vampiros, acción y aroma de western y blaxploitation, sin abandonar los ingredientes iniciales. ¿El pegamento que une y solidifica todo? La música, sobre todo el blues, pero sin olvidar todos los géneros que han sido creados y perfeccionados por las poblaciones afrodescendientes.

Aprovecho aquí a destacar a la principal bala de plata que tiene esta película: Ludwig Göransson. El sueco, ganador de todos los premios posibles de composición musical a sus aún jóvenes 40 años, logra una banda sonora descomunal, digna de un científico loco que mete todo en la probeta: blues, rock, jazz, rap, candombe, ritmos africanos, música asiática e irlandesa, entre varios géneros más. El resultado es un cóctel apoteósico que no para de elevar la película hasta la luna. Si no gana su tercer Oscar dentro de un año, quiere decir que algo extraño pasó.

Visualmente, Sinners también es arrolladora. Filmada en IMAX y en 65mm, la fotografía de Autumn Durald Arkapaw posee un grano fílmico que es un deleite, ya sea en los grandes campos de algodón del sur estadounidense o en las pieles negras bañadas por el sol o el fuego. Desde el trabajo de James Laxton con Barry Jenkins en Moonlight e If Beale Street Could Talk no veía nada parecido en este último aspecto.

Otra cosa que debo señalar, es cuánto me importan los personajes en Sinners, una carencia cada vez mas importante en el cine salido de Hollywood. Coogler logra esto gracias a tres elementos muy bien pulidos: un guion brillantemente estructurado y detallado, una sólida dirección y actores en estado de gracia.

Sobre los primeros dos puntos, solo voy a decir que el bueno de Ryan crea un popurrí de las mejores cosas de Django Unchained de Tarantino, Vampires de Carpenter, y From Dusk Till Dawn de Rodríguez, ésta últíma siendo la película de la que más «bebe» Sinners, pero superando el hermetismo de esa influencia, ya que es sin dudas, un largometraje mucho más virtuoso y sofisticado.

Sobre los actores…a pocos le sientan tan bien el título de estrella de cine como a Michael B. Jordan, aquí en una doble interpretación que es uno de sus mejores trabajos. También me alegra mucho ver en un jugoso rol de villano al habitualmente desperdiciado Jack O’Connell. Pero el que se roba la película es Delroy Lindo como pícaro músico borrachín. Espero que no se olviden de él en la temporada de premios como lo hicieron hace cinco años con Da 5 Bloods.

Iba a cerrar con que «Sinners es tan buena que no parece dirigida por Ryan Coogler», pero sería muy injusto con un hombre que me dio un gran entretenimiento por más de dos horas.

Así que solo voy a repetir que por películas como Sinners es que uno se enamora de la sala de cine, y la vuelve a visitar, una y otra vez, como esa mujer irresistible a la que uno no sabe decirle que no, y cae perpetuamente bajo sus colmillos.

Es tan buena…que pienso verla de nuevo en unas horas.

¿Qué elogio más grande le puedo dar a una mujer y a una película?

 

Acerca del Autor

Juan Manuel Fábregas

Juan Manuel Fábregas

Uruguayo. Gran creyente de la Iglesia de Paul Thomas Anderson. Crítico de Cine y Realizador desde 2013, escribiendo para publicaciones y revistas como RouMovie.com, Cartelera.com.uy y Gorosito.Tv.

Email: fabregasmendiburu@gmail.com
Tel: +598 91 311 263

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