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Critica a «All We Imagine as Light» (2024) de Payal Kapadia

Mumbai, con su incesante energía y sus monzones inquebrantables, se convierte en el corazón palpitante de All We Imagine as Light, la nueva película de Payal Kapadia. Desde los primeros fotogramas, queda claro que este es un filme profundamente arraigado en el alma de la ciudad, filmada desde la perspectiva de los trenes y autobuses, en la lluvia y la penumbra. La voz en off, que parece sacada de un documental, presenta testimonios de habitantes que hablan de sus orígenes y su llegada a esta metrópoli, donde convergen historias y lenguajes en un caleidoscopio cultural único.

Sin embargo, como en A Night of Knowing Nothing (2021), Kapadia no se detiene en el documental. La ficción emerge de manera orgánica, como una flor que brota en medio del caos. Los créditos iniciales y la primera entrada musical sugieren una narrativa más allá del naturalismo. La aparición de Prabha (Kani Kusruti), con su túnica azul, es un ejemplo deslumbrante: mientras se aferra a un poste en el tren, la cámara de Ranabir Das transforma el movimiento mecánico en una danza etérea, como si ella flotara en el viento. Aquí, la película señala su tema central: la luz, esa metáfora de esperanza, libertad y deseo, no se encuentra en el exterior, sino en el núcleo de cada encuadre.

La primera parte de la película es un retrato íntimo de Mumbai y de las mujeres que la habitan. Prabha, una enfermera dedicada, lidia con las preocupaciones de sus pacientes, como una anciana que sueña con la muerte de su esposo. Su compañera Anu (Divya Prabha) es joven, traviesa, y se distrae escuchando su propio corazón con un estetoscopio mientras navega un amor prohibido con Shiaz (Hridhu Haroon), un musulmán que sus padres jamás aceptarían. Este romance clandestino lleva a escenas cargadas de tensión, como un beso en un estacionamiento subterráneo que, bajo la dirección de Kapadia, se ilumina con una belleza nunca antes vista.

Prabha, en cambio, enfrenta la soledad de un matrimonio suspendido. Su esposo, residente en Alemania, es tan ausente como el fantasma del esposo muerto de su paciente. Un paquete con una olla arrocera, enviado desde Europa, simboliza un amor frío y distante. En una escena desgarradora, Prabha abraza el electrodoméstico como si fuera su único refugio emocional. Estos momentos capturan con precisión las complejidades de sus personajes, cuyas emociones se manifiestan en gestos pequeños pero significativos.

El hospital donde trabajan Anu y Prabha es un microcosmos de sus vidas: un lugar de cuerpos fracturados que reflejan estados de ánimo. Pero fuera de sus muros, Mumbai sigue siendo un espacio de incertidumbre y cambio. Pavarty (Chhaya Kadam), cocinera del hospital y la tercera protagonista, enfrenta el desalojo de su hogar tras la muerte de su esposo, una alusión al desplazamiento causado por la modernización. Kapadia no explica estos conflictos en diálogos expositivos; en cambio, los traduce en imágenes frágiles, en una cámara que busca apoyo en un mundo inestable.

La narrativa de Kapadia encuentra un cambio de ritmo cuando las tres mujeres viajan a un pueblo costero. Este desplazamiento no es un simple contraste entre la ciudad y el campo, sino una transición hacia un espacio donde el tiempo y la luz se sienten distintos. Aquí, la película alcanza nuevas alturas poéticas. Momentos imprevistos, desde la intimidad hasta la reconciliación, revelan un renacimiento emocional que el monzón y el nacionalismo hindú parecían haber sofocado.

Kapadia logra lo que pocas películas pueden: hacer que cada escena y cada encuadre se sientan esenciales y ganados. Su estética no se limita a construir imágenes bellas, sino que encuentra su raíz en los detalles, en la vulnerabilidad de sus personajes y en la honestidad de su mundo. Mumbai no es un lugar de sueños, como dice un personaje, sino de ilusiones. Sin embargo, en este universo complejo, All We Imagine as Light encuentra destellos de esperanza.

Con un final que combina el cielo estrellado, luces de neón y el mar, Kapadia nos ofrece un cine que trasciende lo representado, regresando al mundo con nuevas perspectivas. All We Imagine as Light no solo ilumina, sino que reconforta, invitándonos a redescubrir la belleza en medio de la incertidumbre.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.

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