La Nueva Reina de la Nueva Carne
The Substance es la mejor película de terror del año. También del año pasado, muy posiblemente...y del anterior. Desde salir de la sala en Hereditary allá por 2018, no creo haber estado presente de "un nuevo clásico del género", pero la segunda obra de la francesa Coralie Fargeat tiene todo para ganarse ese título.
Elizabeth Sparkle (Demi Moore) es una cincuentona leyenda de Hollywood con estrella en el Paseo de la Fama incluida, devenida en gurú e instructora de fitness televisiva (pensemos en una Jane Fonda). Después de que su misogino jefe Harvey (Dennis Quaid) decide despedirla en su cumpleaños por "vieja" y por ya "no estar buena", la actriz recibe la posibilidad de probar un nuevo y experimental tratamiento estético (el que da nombre a la película) que le promete ser "su mejor versión: más joven, más hermosa, más perfecta". Esta es Sue (Margaret Qualley). El problema es que las dos siguen siendo una, y deben turnarse el "uso físico" y temporal del cuerpo, solo una semana para compartir la realidad y regresar a un estado de sueño hasta que la otra active a su doppelganger. Los problemas empiezan a surgir cuando Sue quiere más tiempo, más vida...
¿Dónde diablos estaría el cine sin el aporte de David Cronenberg? El maestro canadiense, Rey de la Nueva Carne desde la gloriosa Videodrome, fundó él solo, prácticamente, un nuevo subgénero en el llamado body horror, en el que las deformaciones, cicatrices y mutaciones pasaron a ser tan importantes como los asesinos, los fantasmas y los monstruos. Ahí están clásicos como Scanners, The Fly, Dead Ringers, Crash, y la que sigue siendo mi favorita, la anteriormente mencionada Videodrome. El hombre nunca ha ganado nada importante en cuanto a premios cinematográficos. No ha sido ni nominado al Oscar. El Festival de Cannes, si bien ha estrenado siete de sus últimas películas, siempre lo olvida. Hace tres años se premió con la Palma de Oro a un refrito total de Crash y toda la estética cronenbergiana en Titane de Julie Ducurnau (vean Grave de la misma directora mejor). Una exageración total que hace preguntarnos si la película que nos toca aquí, The Substance, no hubiera corrido mejor suerte en este año (ganó a mejor guion, lo que parece otra exageración, ya que lo potente de Fargeat va por otro lado), pero nunca lo sabremos.
The Substance parece el resultado del Cronenberg más alocado y lisérgico dirigiendo una versión moderna de Death Becomes Her de Zemeckis. Echémosle ciertos elementos de Dorian Gray, Jekyll and Hyde, y guiños a gente tan distinta e importante como el Kubrick de The Shining, el De Palma de Carrie, el Lynch de The Elephant Man y a porquerías de muy mal gusto como son The Rejuvenator o Society de Brian Yuzna y la cosa toma forma...hasta hay un homenaje a la monumental Vertigo de Hitchcock en una escena vital de la película. ¿Y qué es lo nuevo acá? El humor. La sátira. La crítica de Fargeat a la industria y los estándares de belleza femeninos (y solo femeninos) trasciende su contorno de cine fantástico con una muy buena dosis de comedia negra, al igual que en su debut Revenge, que daba toda una vuelta de tuerca a películas como I Spit on Your Grave.
Lo de Demi Moore es de una valentía y coraje tremendos. La actriz se desnuda física y artísticamente en este rol, el más demandante de su carrera, dando una interpretación que la devuelve a la gran pantalla como la diva se merecía. Su escena mientras se maquilla frente a un espejo previo a una cita, ya está entre lo grande del año. La contrapartida de Margaret Qualley es brillante y demuestra que no es solo "la hija de Andie McDowell", es una de las mejores actrices jovenes que hay en Hollywood ahora mismo. Por último, pero no menos importante, está Dennis Quaid. Su Harvey (no hay ninguna casualidad que el productor se llame así), es una de las caricaturas más grotescas y deleznables que hayan aparecido en los últimos años, si no fuera por que sabemos que ese tipo de hombres existe en todo el mundo. Suyo es gran parte del humor negro de la película y es un aporte crucial para el funcionamiento de la misma.
De todas maneras, la estrella de toda la cuestión es Coralie Fargeat. ¿Qué es el cine sino un conjunto de imágenes poderosas? La francesa entiende esto a la perfección y son varios los símbolos memorables que quedarán en la retina del espectador, desde una mosca muerta en un vaso de whisky hasta el culo humano como estatus de poder (si lo hizo Godard en Le Meprís, ¿por qué no lo va a hacer Fargeat?). The Substance es la película con mejor dirección que he visto en el último tiempo.
Si la cosa es un hito en el género, solo el tiempo lo dira, pero David ya no tiene que preocuparse por su herencia en el séptimo arte.
Tenemos una Nueva Reina para una Nueva Carne.
