En la nueva serie de Netflix Nobody Wants This, los protagonistas Adam Brody y Kristen Bell dan vida a una historia de amor poco convencional. La trama sigue a Joanne, interpretada por Bell, una presentadora de pódcast agnóstica, y a Noah, interpretado por Brody, un rabino que se encuentra en una etapa de renovación personal. Después de conocerse en una fiesta, la química entre ambos es innegable, aunque sus diferencias en cuanto a creencias y la presión de sus familias y el mundo moderno presentan obstáculos a lo largo de la historia. Este tipo de trama ofrece no solo una oportunidad para explorar las dinámicas de las relaciones amorosas, sino también para reflexionar sobre el papel que juegan las expectativas sociales en la vida personal.
La entrevista con los actores revela detalles interesantes tanto sobre el desarrollo de los personajes como sobre la propia experiencia de Bell y Brody en este proyecto. En palabras de Bell: “Lo interesante aquí es que Adam interpreta a un rabino, y la serie explora lo que significa una historia de amor moderna cuando el mundo no necesariamente quiere que estés con esa persona”. Esto, explica, refleja una realidad común: muchas personas experimentan situaciones donde se enamoran de alguien que "no es el adecuado" según las normas sociales o culturales. Esta historia, basada en la experiencia semi-autobiográfica de la creadora de la serie, Erin Foster, presenta una dinámica de amor prohibido, donde las diferencias culturales se interponen en el camino de la pareja.
Una historia de amor poco convencional en tiempos modernos
La dinámica entre los personajes de Joanne y Noah se convierte en el motor principal de la serie. Ambos personajes, a pesar de ser polos opuestos, encuentran una conexión profunda que les hace reconsiderar sus respectivas posturas ante la vida. Brody comenta sobre su papel: "En cuanto al tono, no es algo en lo que piense de manera consciente. Si es divertido, me inclino a hacerlo más divertido, y si es serio, me enfoco en la realidad y la emoción". Este enfoque refleja una interpretación auténtica, donde Brody se sumerge en el carácter de Noah, un rabino que ama su trabajo y que, a pesar de sus diferencias con Joanne, encuentra en ella algo que le obliga a replantearse su vida.
En términos de preparación para el papel, Brody explica cómo su experiencia personal como judío cultural pero no religioso le ayudó a interpretar al personaje. "Fui a la escuela hebrea para mi bar mitzvá, pero no era algo en lo que estuviera interesado. Interpretar a un rabino fue, en cierto modo, el papel para el que he procrastinado toda mi vida". Este comentario añade una capa adicional de autenticidad a su interpretación, ya que Brody logró reconectar con aspectos de su identidad que, hasta ahora, había dejado de lado.
Un reparto con química indiscutible
Uno de los aspectos clave que resalta Bell es la química entre ella y Brody, algo que considera crucial para el éxito de la serie. "Hay una matemática para mí cuando se trata de actores con química. A veces, simplemente salta de la pantalla, y sé que Adam tiene esa capacidad de mirar de manera creíble a alguien con anhelo". Bell reconoce que su experiencia trabajando previamente con Brody en proyectos como Some Girls y House of Lies les permitió desarrollar una confianza mutua que se refleja en la pantalla.
Brody, por su parte, comparte la admiración por su compañera de reparto, describiendo a Bell como una excelente compañera de trabajo. "Kristen es una gran compañera de baile. Fue muy divertido y creativo colaborar con ella en este proyecto. No es coincidencia que haya sido uno de los rodajes más alegres que he tenido".
El desafío de contar una historia real y moderna
La serie, que explora temas tan complejos como las diferencias religiosas y culturales, además de las expectativas familiares, también tiene un toque de comedia. Como señala Bell: "Las apuestas son altas, pero la intimidad es muy real. No es como si Godzilla estuviera atacando el mundo, sino que las apuestas son humanas. Estas dos personas tienen una conexión, y el mundo les dice: 'No lo hagas'. Eso es lo que me parece interesante".
La creadora de la serie, Erin Foster, basó Nobody Wants This en su propia experiencia al enamorarse de un hombre judío, enfrentando las dificultades que surgen de las diferencias culturales. Bell destaca cómo se sintió atraída por esta historia y cómo fue capaz de apoyarse en Foster para desarrollar su personaje, Joanne. "No fue tanto imitarla, pero sí tomar elementos de ella para llevarla a la vida. Además, me encantó que esta serie ofreciera una comedia romántica con la que pudiera conectar. Hace tiempo que no veía una que fuera divertida, reflexiva y audaz".
Una mirada fresca a las relaciones modernas
Nobody Wants This no es solo una serie de comedia romántica; es una reflexión sobre las complicaciones que surgen cuando dos personas con orígenes y creencias muy distintas encuentran el amor. En un mundo que a menudo establece normas sobre quiénes deberían estar juntos, esta historia plantea preguntas importantes sobre la naturaleza del amor y las expectativas sociales.
Adam Brody y Kristen Bell, con su química y su enfoque sincero hacia sus personajes, logran traer a la pantalla una historia que, si bien tiene sus momentos de comedia ligera, también profundiza en temas universales. Para los espectadores, es una oportunidad de reír, llorar y, sobre todo, reflexionar sobre el verdadero significado del amor y las relaciones en la actualidad.