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Critica a «Cuando acecha la maldad» (2023) de Demián Rugna

Cuando acecha la maldad es una película de terror argentina de 2023 dirigida por Demián Rugna.

Cuando van a investigar un tiroteo, los hermanos Pedro y Demián (Ezequiel Rodríguez y Demián Salomón) encuentran el cadáver mutilado de un hombre. En un principio sospechan del ataque de un animal, pero el asunto se complica mucho más, porque en una finca cercana descubren que uno de los residentes se ha convertido en un "embichado". El joven está poseído por un demonio nonato y lleva así algún tiempo, pero nadie ha respondido a las llamadas de auxilio de su madre. El terrateniente Ruiz (Luis Ziembrowski), para quien trabajan los hermanos, es llamado en su ayuda, pero su idea de matar al pobre hombre es rechazada por todas las partes, ya que esto liberaría al demonio de su cuerpo anfitrión y sólo causaría más caos. Así que los tres deciden simplemente cargarlo en un camión y arrojarlo en algún lugar más lejano, para que el " embichado" se convierta en el problema de otra persona.

Un "embichado" es una palabra para designar a un ser poseído, y es un término apropiadamente descriptivo. En este caso, la pobre alma poseída parece un amasijo hinchado y rezumante. Pero el instinto humano de mostrar a esta horrible abominación la punta de una escopeta es el equivocado. Eso es exactamente lo que quiere el demonio, porque desata el mal para hacer más daño. Por supuesto, las cosas salen muy mal después de algunas decisiones realmente estúpidas, y Pedro y Jimmy tienen que intentar devolver al genio demoníaco a la botella mientras crea espeluznantes estragos en toda su comunidad.

Y quiero decir espeluznante. La primera escena verdaderamente implica un hacha y una mujer embarazada. Y a partir de ahí la cosa se pone más fea. En una época de meta-horror cínico, es refrescante ver algo cuyo objetivo principal no es tanto "iniciar una conversación" como "revolver el estómago". Rugna construye tensión a través de estos actos extremos de horror abyecto, retratando un mal que puede hacer que humanos y criaturas actúen de la manera más inesperadamente violenta, poseídos por pura malevolencia. El aspecto de posesión de Cuando acecha la maldad añade otra capa de tensión en la que no se puede confiar en nadie. Casi hace que uno se pregunte si la película de Rugna podría leerse como una alegoría del COVID-19 en el sentido de que una vez que se desata el mal puro, cualquiera puede ser infectado, y no se puede confiar en nadie.

Desde El exorcista, de William Friedkin, los espectadores están suficientemente familiarizados con las convenciones de las películas de terror que tratan sobre la posesión y los demonios, porque parece que no pasan dos meses antes de que la siguiente película no utilice los clichés narrativos y estéticos del subgénero. El argentino Demián Rugna ya demostró que piensa el terror de otra manera con su película Aterrados, que ganó varios premios en festivales y fue muy elogiada por la crítica. En Cuando acecha la maldad , explora temas como la posesión, pero, como ya se ha dicho, de una forma ligeramente distinta a la que cabría esperar. Además de aspectos como los efectos, la película es especialmente interesante desde el punto de vista narrativo, ya que muestra cómo las personas ignoran los problemas o los empeoran aún más con sus acciones.

 Cualquiera que conozca Aterrados, de Rugna, sabrá que los efectos son una cara del cine argentino. Cuando acecha la maldad  tampoco escatima en algunas escenas muy drásticas en las que se pone de manifiesto el alcance de la escalada tras la liberación del demonio. No sólo cualquiera puede ser poseído, sino que nadie está a salvo, ya que niños y animales también caen víctimas de la furia del espíritu maligno, que provoca el caos en la comunidad en la que se desarrolla la historia al cabo de pocas horas. Rugna prescinde de toda exposición en el sentido clásico, pues los "embichados" ya son bien conocidos (y temidos) por los personajes, lo que confiere a la trama una dinámica interesante. La escalada que se produce cuando el demonio es liberado nos resulta familiar y sabemos realmente cómo enfrentarnos a él. Sin embargo, la falta de acción decisiva conduce al segundo aspecto que caracteriza a Cuando el mal acecha.

En Cuando acecha la maldad, Rugna habla de la asombrosa capacidad de la gente para olvidar y reprimir. El rico en particular, en este caso el terrateniente, prefiere pasar del problema si no puede resolverlo con la fuerza bruta. Después, los hermanos también quieren tomar el camino fácil, haciendo el juego al demonio. Ezequiel Rodríguez interpreta a un héroe cada vez más trágico que quiere demostrar que es el protector de su familia, pero que empeora cada vez más las cosas, trayendo más desgracias a quienes ama o quiere ayudar. La búsqueda de soluciones fáciles y rápidas desatiende el problema en sí, porque no está preparado para escuchar, actuar con prudencia o siquiera cuestionar ninguna de sus acciones. El horror en Cuando acecha la maldad  reside en la cuestión de hasta dónde hay que llegar para estar finalmente dispuesto a admitir que uno se equivoca. Pero quizá para entonces ya sea demasiado tarde y el mal haya ganado la partida.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.