Reseña a "Ordinary Angels" de Jon Gunn con Hilary Swank, Emily Mitchell y Alan Ritchson.
La historia real en la que se basa "Ordinary Angels", la de la comunidad de Louisville, Kentucky, que se unió para salvar a un niño pequeño que necesitaba un trasplante de hígado, es verdaderamente inspiradora. La película siente la necesidad de justificar los notables esfuerzos de la peluquera Sharon Stevens (Hilary Swank) en nombre de la familia Schmitt.
Ubicada en un pequeño pueblo de Kentucky a principios de la década de 1990, "Ordinary Angels" nos sumerge en la angustia desde el principio. El estoico pero honorable Ed Schmitt (Alan Ritchson) se despide de su esposa Theresa (Amy Acker) mientras ella sucumbe a un raro trastorno de los vasos sanguíneos. La película corta a un bar local, donde la peluquera fiestera Sharon Stevens (Swank) está ahogando sus penas en tragos, revelando que para ella es solo un martes más.
Sharon, quien va por la vida sin un propósito claro, tiene un giro en su destino al encontrar un artículo de periódico sobre la urgente necesidad de un trasplante de hígado para la hija menor de Ed, Michelle (Emily Mitchell). Sin consultar a Ed, Sharon comienza a recaudar fondos para la familia, marcando así el comienzo de su viaje.
Sharon no solo recauda dinero para la familia Schmitt, que se encuentra en desorden después de la muerte de Theresa, sino que también encuentra un avión privado para transportar a Michelle al hospital. Sin embargo, la verdadera fuerza radica en la unión de la comunidad cuando surge una oportunidad durante una de las peores tormentas en la historia de Kentucky.
Hilary Swank, con un estilo que recuerda a Erin Brockovich, encarna a Sharon con trajes ajustados, cabello largo y un acento pronunciado. A medida que la trama avanza, Sharon se convierte en una figura materna para las hijas de Ed, Michelle y Ashley, sin caer en clichés románticos.
A pesar de algunos problemas de ritmo y diálogos simplistas, la película logra transmitir una sensación de bienestar en el espectador. La actuación de Swank eleva el material, destacando su química con Alan Ritchson, quien interpreta a Ed Schmitt de manera estoica y dedicada.
La dirección de Jon Gunn opta por una mirada cruda y oscura, capturada por la directora de fotografía Maya Bankovic, que crea imágenes hermosas y auténticas en escenarios como pasillos de hospitales y honky tonks iluminados con geles rojos.
Aunque la película retiene ciertos aspectos de la historia real para revelaciones posteriores, la estrategia no siempre conecta emocionalmente con el espectador. Sin embargo, la película logra ser efectiva en transmitir la inspiradora historia de cuidado comunitario y ayuda mutua, a pesar de centrarse más en el personaje de Sharon que en la historia colectiva de la comunidad.
"Ordinary Angels" puede no ser extraordinaria, pero su impacto es innegable. La vida real, a veces, supera a la ficción en emociones y complejidad, y aunque la película tiene sus defectos, logra cumplir su propósito de hacernos sentir bien con el mundo y con nosotros mismos.
