El estreno de Indiana Jones and the dial of destiny ha tenido lugar en la 76 edición del Festival de Cannes y con ese motivo hablamos con sus dos protagonistas principales: Harrison Ford y Phoebe Waller-Bridge.
Harrison Ford: No, no es un adiós; es más un “qué bueno verte, que tengas un gran día”. No he tenido ese sentimiento haciendo está película, con ella hemos completado un círculo, siempre hemos tenido esa ambición desde que empezamos con este personaje. Un personaje muy físico, basados en él desde su apasionada juventud. Han pasado cuarenta años y ahora necesitamos ajustar la historia para acomodar el personaje a su edad. Pero, seamos sinceros, vamos a usar su historia y las relaciones que , a menudo, ha tenido en el pasado, con algunos arreglos temporales, excepto con Karen y su hijo, porque esta relación fue definitiva para ser una persona completa, no es simple atracción física, aunque podría, pero hay que tener en cuenta la diferencia de edad, ¿eh?.
¿Le parece una relación inapropiada?
Harrison Ford: Puede ser. En todo caso, la historia que se escribió para Phoebe Waller-Bridge es una verdadera fuerza emocional, y, por otra parte, ya la traíamos de otras películas, pero no tan sabrosas. Siempre quise hacer esta pelicula, porque no doblamos la esquina con este personaje hasta ahora. Estoy muy feliz que hayamos tenido la oportunidad de hacerlo.
¿Los personajes se quedan con usted?
Harrison Ford: No, no, ellos ya no tienen ropa limpia, no vuelves al lugar en el que has estado salvo que tengas una razón muy fuerte.
¿Cómo fue crear esa química con Phoebe Waller-Bridge?
Harrison Ford: No creas que cualquiera crea química, no soy científico, pero te puedo decir que, básicamente, se trataba de entendernos visceralmente. Nos vimos por primera vez en la oficina de James Mangold y no sé si él había decidido definitivamente si ella iba a ser la protagonista femenina. Yo había visto el trabajo de ella, había sentido su presencia traspasar la pantalla y pensé: “quiero que ella sea la actriz de esta película si podemos conseguirla. Dos personas que tuvimos la misma idea en dos lugares diferentes y fue una elección genial. Hay algo muy concreto en la actuación de Phoebe, ella aporta una gracia a distintas situaciones emocionales que no habíamos tenido. Y eso ha sido una gran ventaja.
Phoebe, ¿cómo ha sido su relación con Indiana Jones?
Phoebe Waller-Bridge: Crecí con Indiana Jones, tenía cuatro años cuando salió la primera y ya era lo suficientemente mayor para convertirme en fan. Forma parte de mi ADN y es una parte importante de mi cultura. Creí muchos años que Indiana era real y lo es, me encontré con él. Tenemos una ide de como es ese mundo y poder entrar en él ha sido un sueño. Yo quería ser actriz desde que tenía cinco años así que estar en esta película lo ha significado todo para mí.
¿Cómo trabajó su papel en esta película? Se la ve muy feliz en acción.
Phoebe Waller-Bridge: Hice lo que decidieron el director y los productores. Cuando hablé con ellos me dijeron que no ensayara mucho, no quería a alguien demasiado astuta, lo que era imposible de todos modos. Es un personaje muy divertido y con mucho carácter, ella hace las cosas sin pensar y eso me encanta de ella, es muy caótica para la acción y súper ingeniosa, eso me encanta. Cuando llegué al set, me tiré directamente hacia el personaje.
¿Se lastimó en algún momento en el rodaje?
Phoebe Waller-Bridge: Sí y me encantó. Tenía moretones en los brazo y golpes en la cabeza y mi doble tenía exactamente los mismo moretones que yo. Realmente me gustó todo eso.
Puso todo su sentido del humor al servicio del personaje.
Phoebe Waller-Bridge: El sentido del humor de Helen es una de las cosas que me atrajo del personaje, es su armadura. Puede hacer un chiste rápidamente y dar la impresión de tener el control de todo, ser alguien divertido, que dice no necesitar a nadie y que lo que le interesa es el dinero. Eso para mi revela que es un personaje que se siente solo y que quiere un amigo, alguien que le diga que no tiene que ser inteligente y rápida todo el tiempo. Ese amigo es Indy, una persona familiar, una figura paterna. Ella empieza siendo sarcástica y divertida y termina siendo un poco más sincera.
¿Qué aporta de nuevo al personaje, a toda la experiencia de Indiana Jones?
Harrison Ford: James es un cineasta apasionado, tiene ideas muy claras y fuertes y, graciosamente, Steven (Spielbaerg) le entregó las riendas. Y James asumió la responsabilidad de desarrollar una historia que conectara emocionalmente con las anteriores. Steven fue muy generoso y ha sido una presencia constante en la película, como en todas las demás. Jame reconoce que aprendió mucho viendo las anteriores películas de la saga, creo que todos lo hicimos.
Además, Steven no esperaba ser imitado ni repetido, él quería toda la pasión de James Mangold y el guión que este escribió, abrió las mismas puertas y algunas nuevas.
Uno de los temas principales de la película es el paso del tiempo, ¿cuál es la relación de Indiana y de usted mismo con este tema?
Harrison Ford: pienso en ello, lo siento. No estoy preocupado por la edad, disfruto lo que tengo y lo que vivo, no le tengo miedo al paso del tiempo, sé que está ahí y quiero que esté. No quiero pensar en eso, claro, que tampoco quería hacer una película. Es una broma sobre ser viejo. De vez en cuando podemos decidir no pensar en nada de eso, así es.
Quisiera saber qué es lo más le gusta lo que más va a extrañar de Indiana a partir de ahora.
Harrison Ford: No, los desafíos están en cada película. Conoces a gente diferente, haces cosas diferentes, vives vidas diferentes. Esa es la alegría de este trabajo. No puedes hacer lo mismo siempre.
¿Quién era su Indiana Jones cuando era pequeño, qué le inspiró a hacer películas?
Harrison Ford: No hay un momento que pueda recordar o identificar una película que se relacione directamente con indiana Jones. No voy al cine todo lo que quiero. Trabajo en cine y a veces me pierdo las mejores película justo por estar haciendo otras cosas. Fue To kill a Mockingbird la primera película que me hizo comprender el poder que tenemos de combinar grandes palabras y bellas imágenes y que haya personas dispuestas a aprovechar esa oportunidad. Eso fue fundamental para comprender la vida. Pero no pensaba en película cuando tenía que discernir entre el bien y el mal. Crecí en una familia que no era religiosa, mi madre era judía y mi padre católico y me crié como demócrata gracias a Dios.
Busco algo que nos ayude a diferenciar entre el buen y el mal comportamiento. Y por eso To kill a Mockingbird me parece el tipo de película que une a la gente. Y se emplea mucha energía para separarnos, para denigrar las experiencias de otras personas y es una maldita pesadilla de la que tenemos que curarnos. Y parte de la cura es la experiencia humana de hacer que la gente vuelva a los cines para ver buenas historias que expresen lo mejor de la humanidad.
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