Reseña a "Cerdita" de Carlota Martinez-Pereda, con Claudia Salas y Carmen Machi. Estrenada en el pasado Sundance 2022.
Sara (Laura Galán) no es precisamente la chica más popular de su pueblo. Los demás la insultan constantemente por su sobrepeso y su inocencia. Ni siquiera en la piscina tiene paz, allí se convierte en víctima de burlas, y más tarde también de ataques activos. Maca (Claudia Salas), en particular, no pierde la oportunidad de humillar a la chica. Tiene a otros firmemente agarrados, incluyendo a Claudia (Irene Ferreiro), a quien Sara acude en busca de ayuda, pero en vano. Poco después, cuando la adolescente es testigo de cómo un hombre (Richard Holmes) agarra a sus acosadoras y las encierra en una furgoneta, permanece inmutable. Más tarde también guarda silencio ante la policía. Pero en el proceso se ve cada vez más envuelta en contradicciones. De todos modos, la historia no ha terminado, porque el hombre desconocido sigue ahí fuera.
A veces las películas de género no necesitan monstruos, demonios u otras criaturas fantásticas para sembrar el miedo y el terror. Ni siquiera hacen falta locos asesinos en serie que se aprovechan de sus semejantes y los asesinan de forma a veces brutal. En Cerdita está el tipo espeluznante que vaga por el barrio matando gente al azar y causando miedo y terror. Pero incluso antes de eso, se percibe el horror cuando Sara es objeto de burlas hasta el punto de ser atormentada por sus compañeros de clase. El hecho de que la niña, que tiene que ayudar en la carnicería de la familia una y otra vez, sea llamada "cerda" puede no ser original. Es hiriente. Y esto es sólo el comienzo de un calvario que pronto se convierte en algo más que una simple humillación.
El problema del acoso escolar es en sí mismo un material obvio para un drama. Pero de vez en cuando, las películas de género también utilizan este tema para sí mismas. Hay prácticamente de todo, desde thrillers policíacos hasta películas de terror que abarcan este tipo de abuso. Cerdita también está ambientada en este entorno, pero desafía una clara clasificación. Para ser más precisos, la coproducción hispano-francesa oscila repetidamente entre diferentes géneros. El drama encaja aquí tan bien como el terror o el thriller. Sin embargo, entre medias, también hay escenas de humor, aunque éstas tienen un matiz muy oscuro y enfrentan al público a la pregunta: ¿se me permite reír aquí?
La directora y guionista española Carlota Pereda, que amplía su cortometraje homónimo a tamaño largometraje con esta película, también se contiene con declaraciones definitivas en otros lugares. Por ejemplo, queda abierto lo que ocurre exactamente en el interior de Sara cuando el asesino en serie entra en su vida. ¿Su inacción se debe al miedo, como dice después? ¿No reacciona porque se alegra en secreto de que sus acosadoras hayan desaparecido? ¿Acaso le gusta el hecho de que ahora tiene poder sobre la vida y la muerte en un cambio de circunstancias? Después de todo, la tortura en la piscina casi la ahoga a ella misma. Pereda no da una respuesta a esto, sino que deja que el público saque sus propias conclusiones. Y también si toman el tormento de los acosadores como una satisfacción.
Cerdita es más eficaz durante la exposición. Aquí, como tantas veces, el verdadero horror tiene lugar en medio de la sociedad y no necesita ninguna presencia sobrenatural ni un espectáculo sangriento. Cuando Sara se sumerge repetidamente en las profundidades de la piscina al aire libre para escapar de los insípidos abusos de sus acosadoras, la presencia de un cadáver sumergido en el agua turbia detrás de Sara no escapa en absoluto a la cámara, pero el verdadero horror tiene lugar en el primer plano. El hecho de que un asesino en serie ande suelto se convierte en un detalle menor y deja espacio al verdadero antagonista: la discriminación, el odio y los prejuicios.
Por desgracia, este aspecto pierde cada vez más importancia en el curso posterior. Aunque la película no investiga explícitamente las causas ni busca una explicación médica para el sobrepeso de Sara, su peso corporal ocupa temáticamente gran parte de las observaciones cotidianas de su vida y a menudo la reduce como protagonista a su aspecto físico y a los clichés que lo acompañan. Su apetito voraz es un síntoma del tormento mental y físico que sufre como víctima del acoso escolar, pero en realidad no debería ser relevante para la historia en primer lugar. Al fin y al cabo, el problema reside en el agresor y no en la propia víctima.
Sin embargo, no se habla directamente de la moral. A pesar de la seriedad del tema, Cerdita, que se estrenó en el Festival de Cine de Sundance 2022, quiere sobre todo entretener al público. La mezcla de géneros tiene mucho éxito. La tensión es alta, la atmósfera es densa. Pereda y su directora de fotografía Rita Noriega (Inicios secretos, Cosmética del mal) trasladan a la pantalla un ambiente veraniego opresivo, en el que incluso el mero hecho de mirar resulta agotador. Y luego están las sólidas interpretaciones, además de la veterana española Carmen Machi, que interpreta a la ruidosa y prepotente madre de Sara, la película vive sobre todo de la recién llegada Laura Galán, que se convierte así en todo un descubrimiento.