El Judaísmo es una religión que le ha dado mucho al Cine, y quizás el máximo exponente para mostrar la constante dramedy que es la fé hebrea sea el gran Woody Allen. Mucho de eso, pero con una perspectiva más femenina (y bastante cercana a las colaboraciones de la pareja Baumbach-Gerwig) está en Simchas and Sorrows, la película de Genevieve Adams que pude ver a través del 2022 Bentonville Film Festival.
La historia va de Agnes (Genevieve Adams), una actriz del montón en Nueva York y su relación con su prometido Levi (Thomas McDonell). Todo se complica cuando Agnes descubre que está embarazada y Levi le insiste a su pareja, una atea de toda la vida, que se convierta al Judaísmo para el bienestar de su familia, y no terminar como su hermano y culada, distanciados de la colectividad tras la negativa de la mujer de entrar en la fé hebrea. Agnes no va a dejar atrás su ateísmo tan fácilmente, pero con la ayuda de la moderna y progresista rabina Cohen, y la idea de que el amor nos lleva a locas aventuras, Agnes acepta el viaje.
Adams da una muy buena actuación liderando la cuestión, y es claro que como muchas de las historias de Woody y de Greta Gerwig, la protagonista y la trama tienen una relación muy intima con la realizadora y actriz. La apoyan muy bien Chip Zien, John Cullum y sobretodo, Hari Nef como la rabina Cohen, que se roba la película con su peculiares opiniones sobre el Holocausto y Palestina, por poner solo dos ejemplos.
En fin, Simchas and Sorrows funciona porque abraza la autenticidad y la sencillez de lo narrado, y en estos extraños días que solo parece haber lugar para un Cine cada vez más mercenario e impersonal, es algo muy valioso.
