Tesla, dirigida por Michael Almereyda, es exactamente el tipo de biopic que uno se puede imaginar que es estrenado en Sundance...o no...ya que las etiquetas, al igual que la vida del excéntrico personaje en la que se ¿inspira? el cineasta, no le van a esta película. La historia en pocas palabras: vemos como el modelo Edison derrota al de Tesla en la carrera por el control de las redes eléctricas. La ambición e idealismo del inventor lo derrotan frente a los avariciosos comerciantes que nada más quieren lograr dinero y poco le importan las ideas raras y humanistas del protagonista.
Hasta ahí, lo convencional en Tesla, Después de todo, estamos hablando de una película a la que no le importa sacar una Mac para buscar a Tesla en Google, mostrar al Edison de Kyle MacLachlan con su iPhone o, en la que va a ser LA escena memorable del film, ver al Tesla de Ethan Hawke cantar Everybody Wants to Rule the World. Ah, y todo en el 1900, por supuesto. Al terminar de ver el asunto, pensé que Almereyda era un joven veinteañero recientemente egresado de alguna escuela de cine. Resulta que no, y es un señor de 60 años...aunque...si hizo una película sobre Hamlet en el año 2000, también con Hawke de protagonista, en la que Hamlet es...tambores...Si! UN ESTUDIANTE DE CINE!
Soy de las personas que detestan los biopics convencionales sacados de Wikipedia, pero lamentablemente esto no va conmigo.
Estoy seguro, de todas maneras, que la película le va a resultar muy iluminadora a muchos.
A mí no.
Me parece oscura.
