El final de una E.R.A.
Mrs. America, la nueva mini serie de Hulu, creada por el ganador del Emmy Dahvi Waller (Mad Men), narra la historia de la enmienda de igualdad de derechos o Equal Rights Amendment (ERA) durante la década de los setentas. A través de un elenco formidable y una impecable atención al detalle, la narrativa es vista desde diferentes perspectivas. En tan solo 9 episodios podemos sumergirnos en el proceso de la lucha por la igualdad de derechos impulsada por el movimiento feminista.
Primero un poco de historia. El ERA buscaba garantizar los derechos legales entre los ciudadanos americanos sin importar el sexo. Con el auge del movimiento feminista en la década de los 60, el proyecto de ley recibió más atención y apoyo tras ser reintroducido en el 1971 y aprobado por la Cámara de Representantes y el Senado de los Estados Unidos para su ratificación en las legislaturas de los diferentes estados. El movimiento fue motivo de gran discusión por los liberales y los demócratas en una era cargada de tensión política.
Durante esta lucha por la igualdad de derechos entre los sexos, conocemos a Phyllis Schlafly, interpretada con determinada convicción por Cate Blanchett. Este personaje, en pro de alzar su perfil político moviliza a la mujeres conservadoras para oponerse al ERA, argumentando que pondría en desventaja a las amas de casa. Su movimiento, llamado STOP ERA, deducía que bajo la nueva ley, la mujer disminuiría ciertos derechos y privilegios como pensión alimentaria y se vería vulnerable a ser reclutadas en el ejército. También, subrayaba que llegarían a ser susceptibles de perder la custodia de sus hijos en caso de divorcio. Estas razones, bajo la sombrilla del movimiento conservador, atentaban silenciosamente contra los propósitos del movimiento liberal afincado en Washington.
Mientras el movimiento conservador STOP ERA, encabezado por la anti-feminista Phyllis Schalafly, tomaba forma y ganaba impulso, las liberales luchaban y elaboraban estrategias para lograr la ratificación del ERA antes del 1979, fecha limite establecida por el Congreso para su aprobación. Entre las liberales feministas, encabezadas por la escritora Gloria Steinem (Rose Byrne), se encontraban la autora del afamado manifiesto feminista “The feminine Mystique” Betty Friedan (Tracey Ullman); Bella Abzug (Margo Martindale); Jill Ruckelshaus (Elizabeth Banks) y Shirley Chisholm (Uzo Aduba). Todas formidables en sus respectivos papeles, y hasta guardando un sorprendente parecido físico con sus personajes, como es el caso de Martindale que interpreta a la judía Abzug.
Cada uno de los 9 episodios se concentra por separado en los importantes personajes históricos mencionados arriba. Con la excepción del octavo, dedicado al único personaje ficticio, interpretado con sensibilidad y aplomo por Sarah Paulson. La serie teje con impecable ejecución las diferentes historias, haciendo hincapié en las estrategias políticas, el punto de vista humano y el espíritu rebelde y objetivo de las pioneras del movimiento feminista. A medida que su contraparte, STOP Era, crece en popularidad e importancia, las liberales sienten la tensión y se ven forzadas a responder. Phyllis, cuyos ideales y convicciones se vuelven en su contra, es un personaje marcado por su propia hipocresía. Su movimiento subestima constantemente las influencias de las liberales en D.C. mientras que estas se sorprenden del alcance de la iniciativa anti ERA.
A sabiendas de cómo termina la historia. Phyllis y su movimiento conservador impiden que se ratifique el ERA en los 38 estados antes de la fecha limite. Aún conociendo el desenlace, cada episodio maneja el suspenso de manera magistral, a través de intrigas políticas, discursos, debates y alianzas. Las relaciones entre las mujeres vibran con autenticidad y elementos emotivos de alta complejidad. Steinem (Byrne), en unos de sus mejores papeles, nos muestra como el peso de su belleza y popularidad amenazaba sus aspiraciones intelectuales. Mientras que Friedan (Ullman), en una actuación magistral, presenta una mujer que busca mantener su legado mientras se ve opacada por la creciente nueva ola.
En todo esto, nuestra anti heroína Phyllis, es una figura omnipresente en la historia que paralelamente nos recuerda que tanto se ha avanzado o retrocedido en la igualdad de derecho de genero en los Estados Unidos. Mrs. America es una excelente serie, necesaria y oportuna, llena de excelentes actuaciones y con una atmósfera detallada y vestuarios impecables. Davhi Waller nos demuestra que después de la icónica Mad Men, cuya historia termina precisamente en los 70, mantiene impecable su estilo e instinto, en lo que al drama de época se refiere, y que aún es un genero que tiene mucho que aportarle a la televisión contemporánea.