La tercera entrega de películas que he visto en la cuarentena ha tenido una parada especial, el D'A Festival Barcelona, que este año ha tenido lugar dentro de la plataforma Filmin entre el 30 de abril y el 10 de mayo. Si no recuerdo mal, en lo que va de dos mil veinte solo se han celebrado el Festival del Cine Global en República Dominicana, el Festival de cine de Berlín y la mitad del Festival de Miami; el resto de los festivales han sido cancelados o pospuestos. Son estos momentos en los que buscar alternativas y hay quien ha optado por ofrecer parte su programación en las plataformas.
El festival de cine de autor de Barcelona (D'A festival) se viene celebrando desde el año dos mil once y en él se pueden ver películas aún no estrenadas en salas y que han pasado por otros festivales, algunas premiadas en sesiones paralelas y otras premiadas en los premios de cine de cada país. Este año había 65 películas, yo creo que podría haberlas visto todas, pero no habría hecho otra cosa, y trabajar, hay que trabajar. Así que os cuento las que más me han gustado de las que he podido ver.
Habitación 212 (Chambre 212, Christophe Honoré 2019, Francia); quizás lo mejor de esta historia es la actriz protagonista, Chiara Mastroianni que está en su mejor momento, también como mujer. Ella interpreta a una mujer que después de 20 años de matrimonio y varios amantes, decide separarse de su marido mudándose para ello a un hotel en la acera frente a su casa y desde la ventana de su habitación, la ve; a través de los dos espacios aparecen novias y novios anteriores de ambos, amantes actuales, familiares, en un intento de saber qué habría sucedido sí. Lo bueno de esta película es que no te aburres en ningún momento con la variedad de personajes siempre elegantes e impolutos como sólo saben serlo los franceses.
Los sonámbulos (Paula Hernández 2019, Argentina); una adolescente en pleno apogeo físico y espiritual es sonámbula, su madre lo descubre y se acerca el día de fin de año que toda la familia celebra en una casona en el campo. Y es ahí donde todos los demonios familiares salen a pasear, de la mano del alcohol y la droga en algunos casos, de la maledicencia y rivalidades familiares en otros, y todo eso en un entorno clasista que finalmente desata la tragedia y los pone a todos frente a un espejo en el que lo que ven, no les gusta. Reconozco que me costó entrar en esta película que parecía una más de familia con adolescentes problemáticos, a medida que pasa el metraje y ves cómo actúan los personajes, sabes que se masca la tragedia y no sabes cuál será, el final te duele.
Algunas bestias (Jorge Riquelme Serrano 2029, Chile); una historia durísima, desagradable, tosca, oscura hasta en los planos. Un matrimonio invita a su familia (hija, yerno, y nietos a una casa de descanso en una isla del sur de Chile, todo parece normal hasta que el guarda de la casa, tras una situación de abuso y acoso, abandona el lugar y la familia tiene que empezar a resolver para sobrevivir mientras discuten un negocio en público y se práctica la pederastia en privado. Esta película cuenta con quienes probablemente sean la mejor actriz y el mejor actor chileno en la actualidad, Paulina García y Alfredo Castro, interpretan a unos personajes de terror, de no querer cruzarse con ellos en la vida, ellos dos y el juego de la cámara en sus sombríos rostros hacen que te cuesta dormir si ves la película por la noche. El título de la película define perfectamente lo que son estas personas.
Una vez más (Guillermo Rojas 2019, España); una mujer vuelve a Sevilla al entierro de su abuela y en el velatorio en su casa están sus familiares, sus amigos y su antiguo novio sevillano, este la invita a salir un rato a despejarse y es a partir de ahí donde empieza una larga conversación con todo lo que quedó pendiente de decir. Ahí aparecen el amor, el desamor, tomar decisiones, las despedidas, la vida. Hay quien dice que la duración de esta película es excesiva, debo reconocer que a mí no me lo pareció, es una película fresca, honesta, bonita por realista, y, contra lo que pueda parecer, no te deja triste lo que en ella ocurre. Tiene una banda sonora estupenda, un buen puñado de actores y actrices andaluces con mucho talento y Sevilla, no se necesitan más razones para disfrutarla.
La mami (Laura Herrero Gavín 2019, España); este documental nos cuenta la historia de la señora que guarda los baños del cabaret Barba Azul de la ciudad de México. Un lugar donde las mujeres bailan y comparten tragos con los hombres que allí van a buscar compañía (no es prostitución). La mami llegó a ese lugar hace muchos años cuando se quedó sin trabajo, y aunque uno de sus hijos se la llevó a su casa porque estaba mayor, ella volvió porque no se haya sin hacer nada. Y sobre todo cuida de las chicas, cada una con una razón para estar trabajando ahí, un hijo con cáncer, un marido que abandona, un trabajo con el que no gana lo suficiente, ninguna está allí por gusto, es la necesidad, nada más llegar Mami les dice “sepan que aquí los hombres vienen para dos cosas, para nada y para dar dinero”. Qué personaje es esta mujer, que sin hablar mucho sostiene un lugar y a este documental que, además, ha obtenido una mención especial de parte del jurado de este festival.
Los lobos (Samuel Kishi 2019, México); esta película es bellísima. Y aquí podría dejarlo, es de esas películas que se te quedan en la cabeza durante días y no te cansas de recomendarla. La historia de una madre y sus dos hijos que emigran de México hasta Alburquerque buscando una vida mejor. Mientras la madre va a trabajar todo el día, los dos niños se quedan encerrados escuchando cintas de cassettes para aprender inglés (su madre les ha prometido ir a Disneylandia), observando por la ventana y dibujando lobos. Pero la vida se abre paso y empiezan a relacionarse con la vecina que les alquiló la habitación y la relación entre madre e hijos se deteriora a ratos. Una nueva forma de narrar la emigración a través de los ojos de dos niños, es en sus rostros donde está la historia, la suya, porque no son actores y son también hermanos en la vida real; el mérito del director es haber conseguido que los niños estén magníficos sin caer en el maniqueísmo y en la búsqueda de la lágrima fácil. Sí, es una de mis películas favoritas de las vista en este festival, no voy a disimular.
My Mexican Bretzel (Nuria Giménez Lorang 2019, España); para mí la joya de todo lo que he visto en el festival. Creo que es una fórmula nueva porque rescatando imágenes rodadas por León Barrett y habiendo leído los labios de los protagonistas, la directora nos cuenta la vida con su mujer Vivían Barrett entre los años cuarenta y sesenta, “estoy harta que me mire sólo para enfocarse, dice ella en algún momento, parece que tuviera un arma”. Él era dueño de una empresa que fabricaba Lovelyn una medicina que resultó ser un placebo y fue retirado del mercado. También, y según deja ver el documental, era vividor, mujeriego, machista, snob, tanto que su esposa se aburría y se escapaba sola, tenía amantes y sobre todo viaja mucho y se cultivaba lejos de su marido, aunque nunca lo abandonó. Está tan bien contado, tan bien narrado todo, hasta los silencios, que cuando se acaba quieres seguir viendo, quieres saber más, sientes que podrías ver horas y horas de esta pareja y su mundana vida. Hay que verlo dos veces, una para disfrutarlo y otra para tomar notas, porque dejadme que os diga que se intuye que Vivían Barrett era una mujer excepcional. Sí, la otra película favorita de las vistas en este festival y ganadora del premio del público.
El festival ha tenido una retrospectiva dedicada a la directora austriaca Jessica Hausner, de la que yo intente ver la muy reconocida Little Joe y no fui capaz de pasar de la primera media hora, nadie es perfecto.
Los festivales son lugares de encuentros y contactos y ojalá podamos recuperarlos pronto, también será una señal de que todo va mejor. Mientras tanto cuidad y cuidaos, también viendo cine.