Reseña a la película "The Gentlemen" dirigida por Guy Ritchie, con Matthew McConaughey, Charlie Hunnam y Colin Farrell.
En esta trama marco tenemos dos personas de introducción, lo que exigirá una cantidad increíble de atención, porque veremos como el arte de narrar historias con estilo estará adornando la película desde su inicio. Un hombre llamado Fletcher (Hugh Grant) visita a Ray (Charlie Hunnam), que a su vez es la mano derecha de Michael - Mickey – Pearsons y pone sobre la mesa un guión reescrito para una película y le cuenta a Ray el contenido él mismo, para chantajearlo. La historia es sobre Mickey (Matthew McConaughey) y Ray y sus maquinaciones, Mickey, norteamericano, lleva 20 años viviendo en Inglaterra y empezó a suministrar marihuana a la clase alta durante sus estudios en Oxford; mientras tanto, es el mayor productor de esta droga a lo largo y ancho del Reino Unido, que cultiva en el país, porque hay una aristocracia, que tiene tierras privadas, pero no tiene dinero.
Hablando de la nobleza y del culto estilo de vida británico, Mickey, Ray y Fletcher quieren verse como los caballeros mencionados en el título y convertirse en ellos. Mickey quiere finalmente disfrutar de la buena vida sin tener que seguir haciendo cosas criminales y cree que es hora de vender su imperio por 400 millones de dólares al multimillonario Matthew (Jeremy Strong). Este se interesa, pero entonces aparecen en escena un grupo de jóvenes que asaltan una de las granjas de cáñamo escondidas de Mickey y publican un vídeo de la misma, su cuidadoso entrenador de boxeo, conocido sólo como Coach (Colin Farrell), trata de reparar el daño y ofrecerle a Ray ayuda para reparar el daño.
Guy Ritchie domina los saltos en el tiempo, los giros inesperados, las nuevas perspectivas y las relaciones complejas con una facilidad elegante. Con sus dos primeras películas, se puso en el candelero y fue celebrado como un Tarantino británico. Como director, Ritchie no está a la altura de su colega americano, pero se enfrenta a él en la máquina de escribir.
Los guiones de Richie siempre han sido sus propios narradores, es como ir a un pub, sentarse en la mesa con un buen amigo con una jarra de cerveza llena hasta el borde y escuchar su historia. En esta película el fisgón Fletcher nos pide que vayamos a su mesa, interpretado por un grandioso Hugh Grant. Fletcher cuenta su historia sobre una botella de whisky de 40 años, en la mejor jerga británica y con una delicada actitud homosexual. Su interlocutor Ray (Charlie Hunnam) lo lleva con profesionalidad, pero ya estamos completamente cautivados por las revelaciones. Los fanáticos de los meta-niveles están aún más mimados por esta historia marco, ya que Fletcher ofrece su historia en forma de un guión cinematográfico.
Otra vez Ritchie aborda un conflicto generacional. Los chicos quieren enfrentarse a los experimentados y establecidos como Mickey o Ray, pero los experimentados y establecidos saben que los chicos son unos chapuceros por eso subestiman su terquedad y confianza en sí mismos. El prometedor gánster asiático Ojo Seco (Henry Golding) quiere hacerse cargo del negocio de Mickey y no puede hacer frente al rechazo. Y luego están los adolescentes, que filman con un estúpido celular, y pretenden ser matones solo por esto.
Matthew McConaughey como protagonista domina brillantemente su personaje, pero afortunadamente, en 2020 ya no hay necesidad de rezar para que sea uno de los mejores de los últimos años. El actor hace tiempo que se ha consolidado como uno de los mejores actores de estos tiempos. Hugh Grant interpreta al holgazán investigador privado con una precisión milimétrica.
Hablando del inframundo, esta palabra es en realidad sólo un recuerdo. The Gentlemen muestran que los criminales hace tiempo que están sentados en los más altos cargos, brindando en las más bellas cenas y ya no se ponen los guantes cuando se comete un asesinato. En retrospectiva, también se observa que los representantes de la ley no se mencionan ni una sola vez o incluso se mencionan como una amenaza, este es su propio microcosmos y prevalece la evolución del más fuerte, que a veces necesita un poco de suerte o gente leal a su lado. Así mismo es muy divertido cuando la juventud en esta historia promete ser importante, pero la experiencia se sobrepone; ya sea con videos aburridos de YouTube, uso de drogas sin sentido o simplemente un estúpido gusto por la ropa. Pero un caballero no los condena, sino que les lava la cabeza, apela a su sentido común y, a veces, se hace entender, sus propios padres como modelos a seguir han cumplido su condena hace mucho tiempo.
A diferencia de Tarantino no hay orgías de violencia teatralizadas, aun así, no hay falta de acción. Ritchie tuerce la trama de un giro sorprendente a otro, presenta recursos alternativos, envía a los personajes al ruedo en contra de las circunstancias adversas. La elegancia y la ligereza te recuerdan a los años 60. Ritchie parece congelarse en el asombro de las muchas ideas hermosas que ve desde su ojo interno, las hace estallar como globos que no quiere soltar.