“Ningún arte traspasa nuestra consciencia de la misma forma que lo hace el cine, tocando directamente nuestras emociones, profundizando en los oscuros habitáculos de nuestras almas”, Ingmar Bergman
En esta soledad impuesta del confinamiento los días parecen más largos, así que hay que buscar compañía y distracción. Desde que empezó la cuarentena he visto casi todas las noches una película, algunos días dos, también ha caído alguna serie, pero menos. Así que os voy a contar las que más me han gustado volver a ver o ver de estreno, algunas antiguas y otras más recientes. Esto no es una crítica, para eso ya está el jefe de esta página.
Solo ante el peligro (High Noon, Fred Zinnemann. 1952); creo que esta es mi película favorita, y si no lo es, está muy alta en mis preferencias. Esta película nos cuenta como el sheriff de un pueblo, recién casado y dispuesto a empezar una nueva vida, decide posponerlo cuando se entera que un criminal que el detuvo y llevó ante las justicia, ha sido liberado y vuelve al pueblo, el decide esperarlo y se encuentra solo porque nadie lo va a ayudar, hasta su reciente esposa se quiere marchar. Nunca se me va a olvidar esa imagen de Gary Cooper solo, en un pueblo aparentemente vacío, con la pistola en la mano, es una historia que habla de la responsabilidad de un hombre, de la dificultad de tomar decisiones que implican a las emociones y de la valentía. Y Gary Cooper, claro, el hombre más guapo de la historia del cine.
Una mujer bajo la influencia (A woman under the influence, John Cassavetes, 1974); una de las muchas y magníficas historias creadas por este matrimonio en la vida real, John Cassavetes y Gena Rowlands. La historia de una mujer trastornada, incapaz de cuidar de sí misma y de su familia, en la que su marido, interpretado por el inolvidable Peter Falk, tiene que trabajar, cuidarlos a todos y tomar decisiones cuando la actitud de su esposa empieza a perjudicar seriamente la convivencia familiar. Ahora sé que la primera vez que la vi no la entendí bien, después de volver a verla tengo otra perspectiva, ahora sé del estigma de una enfermedad mental, del ansia de una mujer por la libertad y hacer lo que no se espera de ella, de la importancia de los cuidados y de vivir en comunidad. Gena Rowlands brilla con luz propia, la que siempre ha tenido.
Espartaco (Stanley Kubrick, 1960); la versión íntegra, no la durante muchos años nos mostraron por la censura. Esta película explica a la perfección lo mejor y lo peor del mundo, la esclavitud y la libertad y nos cuenta la historia de un esclavo, espléndido Kirk Douglas, vendido como gladiador que lidera una rebelión contra el imperio romano y no deja de sumar, por donde va, esclavos y esclavas para derrocar a Roma y poder volver a sus casas. Cuando finalmente los tienen rodeados y les dicen que los liberarán si Espartaco se entrega, Yo soy Espartaco representa todo los bueno que tiene que tener un ser humano, la solidaridad y la bondad. No hay una sola vez que no la vea y la veo todos los años en Semana Santa, que no me emocione y me haga llorar.
La hija de un ladrón (Belén Funes, 2019); la historia de una chica muy joven con un hijo pequeño, con un trabajo precario, una vivienda precaria, un hermano por el que lucha en los tribunales para que viva con ella en la familia que quiere formar con un novio y padre de su hijo que no piensa lo mismo, para colmo el padre sale de la cárcel y acaba con la poca estabilidad emocional que ella tiene; un retrato implacable de nuestra sociedad, cientos de personas podrán verse retratadas en esa historia, triste y demoledora. Es la opera prima del pasado año en España por excelencia, no hay premio al que no haya estado nominada su actriz protagonista, Greta Fernández que borda el papel y ganó el Premio Goya a la mejor dirección novel su directora Belén Funes.
Los miserables (Ladj Ly, 2019); una nueva versión de la célebre novela de Victor Hugo en la que un policía se une a una brigada para luchar contra la delincuencia en un suburbio de Paris en la que los pobres entre los pobres controlan los barrios con sus distintas bandas, la violencia entre estas y la que emplea la policía, lo pone ante una realidad que probablemente no imaginó. El director no ha tenido que tirar de ficción para contarnos una dura realidad que lleva años existiendo en Francia con los hijos de los inmigrantes, pone la piel de gallina la violencia por todas partes, la de unos jóvenes sin futuro, la de unos padres sin esperanza y la de una policía deshumanizada. Una de las películas francesas del año pasado, candidata al Oscar a mejor película extranjera. Un director a tener en cuenta y del que también he podido ver estos días la bellísima A viva voz.
Súper empollonas (Booksmart, 2019); excelente debut en la dirección de la actriz Olivia Wilde. Dos amigas que han estudiado juntas sacando muy buenas notas para entrar en la universidad, se dan cuenta de pronto que igual no han aprovechado muy sus años de estudiantes con respecto a las fiestas y en una sola noche deciden enmendar eso, y por supuesto, nada sale como piensan corriendo el riesgo de que su amistad salte por los aires. Una comedia ácida en a que no queda ni un solo tema por tratar, la asfixia familiar, la inseguridad, el feminismo, el ser lesbiana, el amor no correspondido, la inseguridad por el futuro, el posible error de hacer lo correcto y no lo que se desea. Una película fresca, muy bien interpretada por Kaitlyn Dever y Beanie Feldstein a la cabeza de un reparto coral y divertido. Un soplo de aire fresco es.
La candidata perfecta (Haifaa Al-Mansour, 2019); una mujer médica en una ciudad remota de Arabia Saudí va a acudir a un congreso en Dubái y al llegar al aeropuerto no la dejan subir porque no tiene el permiso de su padre, la rabia y la impotencia la llevan a intentar presentarse como candidata a las elecciones municipales con el objetivo, además, de que asfalten la carretera de entrada al hospital, algo que lleva reclamando tiempo y nadie le hace caso. La cinta abre con una escena potentísima en la que un señor mayor llega al hospital muerto de dolor y se niega a ser atendido por una mujer. La lucha por ser candidata es una auténtica carrera de obstáculo que nos regala momentos hermosos como lo que las hermanas protagonizan vestidas de manera occidental al interior de su casa mientras preparan la campaña electoral. La película no nos cuenta nada que no sepamos sobre la terrible situación de la mujer en ese país, pero duele y al tiempo reconforta, verlo en imágenes. Un paso más en la carrera de esta directora que ya nos sorprendió con la estupenda La bicicleta verde y se atrevió con la biografía de Mary Shelley.
Dos bonus en forma de documental.
Ex libris: la biblioteca pública de Nueva York (Frederick Wiseman, 2017); magnífico documental de tres horas y cuarto que nos lleva de paseo por la biblioteca pública de Nueva York, nos cuenta la importante e imprescindible función de las bibliotecas, en las que lo más importante no son los libros, si no las personas que la habitan, personas de todas las clases sociales, de todas las razas, de todos los lugares de la ciudad, sean neoyorquinos o no, una declaración de amor a estas instituciones por la que desfilan Elvis Costello, Patti Smith, Edmund de Waal, Ta-Nehisi Coates, Richard Dawikins y Caroline Engers entre otras muchas personas conocidas y anónimas, entre estas todas las personas que trabajan en esa institución. Estoy enamorada de este documental, muy enamorada.
Y es por este amor, que aprovecho y recomiendo mucho, mucho un libro que leí a finales del pasado año, La biblioteca en llamas de Susan Orlean, en la que nos relata el incendio que se produjo en la biblioteca de Los Ángeles en el año 1986 el mismo día que se estalló Chernóbil, lo que hizo que pasara desapercibida esta noticia. El libro nos relata la reconstrucción de dicha biblioteca y hace un repaso a la historia de esta, como surgieron los primeros bibliotecarios, el difícil acceso de la mujer a dirigirlas y las distintas formas de hacer bibliotecas que hay en el mundo. Una delicia de libro.
Sesión salvaje (Paco Limón y Julio César Sánchez, 2019); sorprendente documental español que supone un reconocimiento al cine gore, erótico y de terror (sí, todo junto) en España después de la dictadura. Un grupo de cinéfilos, muy cinéfilos, que reivindican este cine que en aquellos años nos parecía y espantoso y que después de ver el documental ya no lo quieres ver así, aunque te siga resultando así, muchas risas y sorpresas en esta pequeña joya que merece ser muy vista.
Esto es todo, de momento, si no escribo una segunda parte será porque la cuarentena ha terminado, no parece que vaya a ser así. Es el momento de cuidar y cuidarnos y una forma de hacerlo es ver cine, aunque opciones hay muchas, una de las mías, esta. Por amor al cine y a quienes lo hacen, que nos están aliviando estos días y es el momento de agradecerles.