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Bio-Dome, otro sueño fallido.

No, ésta no es una reseña sobre Bio-Dome, aquella comedia fumeta (y considerada una de las peores de la Historia) protagonizada por los olvidados Pauly Shore y Stephen Baldwin…aunque bastante intentaba parodiar esa película al tema principal que nos ocupa aquí: la Biosfera 2, una estructura de poco más de una hectárea, que originalmente había sido creada para formar un ecosistema artificial cerrado en el pequeño poblado de Oracle, Arizona. Pero más que ese ansiado ecosistema, la película Spaceship Earth de Matt Wolf se interesa por los soñadores que impulsaron y convivieron en dicha estructura, una historia muy interesante para nuestros tiempos de confinamiento en el Planeta Tierra, la Biosfera 1.

Todo comienza en el San Francisco de los años 60s, cuando un hombre visionario (casi excéntrico) llamado John Allen emprende junto a su grupo de teatro varias "misiones" ambientalistas: primero un rancho autosustentable, después la construcción de un barco para recorrer el mundo, parando en determinados lugares para promover proyectos y hacer teatro. Pasarán varios años para que el apoyo y la financiación de un poderoso petrolero Texano levante el proyecto más soñado por Allen y compañía, al que el calificativo "hippies" les queda muy pequeños. Estamos hablando de corazones valientes y mentes brillantes, que estudiaron cómo filmar, ingeniar, plantar, cultivar y lograr sus objetivos. Algunos de los entrevistados declaran que, sin duda, "eran una comuna", pero otros simplemente se calificarán como "bastante capitalistas", con lo cual comienza el fin del experimento de la Biosfera 2.

De todas maneras, a Wolf no le interesan tanto las "trampas" (existió un problema con el CO2), los percances del confinamiento (tan actuales gracias al amigo COVID-19) o la ya presente negación del cambio climático en la historia del proyecto, cortesía, entre otros, de Steve Bannon, ex-asociado del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. No, a Spaceship Earth le interesan los soñadores (muy curiosa la fuente de inspiración en la notable Silent Running, de Douglas Trumbull), ese grupo de artistas teatrales, que gracias a su coraje, valentía e intelecto, documentaron (el material de archivo es maravilloso), emprendieron y lograron, aunque sea por un par de años, un sueño ecologista que debería inspirar a muchos, si tan solo le dan una oportunidad a este efectivo documental.

Acerca del Autor

Juan Manuel Fábregas

Uruguayo. Gran creyente de la Iglesia de Paul Thomas Anderson. Crítico de Cine y Realizador desde 2013, escribiendo para publicaciones y revistas como RouMovie.com, Cartelera.com.uy y Gorosito.Tv.

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