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¡A Ema le gusta la Gasolina!

Es de común conocimiento cinéfilo que, en su momento, el Santo Patrono Jean-Luc Godard emitió el siguiente versículo: "Todo lo que necesitas para hacer una película es una chica y una pistola".

Pablo Larraín fue más lejos. Será una chica y un lanzallamas. Y Gael García Bernal haciendo de imbécil. Ah, y Reggaeton. MUCHO REGGAETON.

Ema cuenta la historia de...si, ¡adivinaste! ¡Ema! Ella es una bailarina veinteañera casada con un talentoso y experimental coreógrafo. Debido a la infertilidad de este último, ambos habían decidido adoptar a un niño colombiano de unos 8 años llamado Polo, pero decidieron "devolverlo" al Servicio Nacional de Menores después de que al pequeño se le fuera la mano en un par de travesuras...

Con esto y una breve introducción casi surrealista con la protagonista armada con el ya mencionado lanzallamas en las calles de Valparaíso, arranca la última obra de ese gran cineasta que "creía" que era Pablo Larraín.

Me habían gustado Tony Manero y Post Mortem, dónde descubrí a ese gran actor que es Alfredo Castro, la nominada al Oscar NO y sobretodo El Club, me parecen dos de las mejores películas latinoamericanas de la década pasada, y su díptico en el biopic con Neruda y Jackie, son dos ejemplares brillantes de ese tan abusado género en las Oscarbaits de todas las temporadas...por lo cual tenía muchísimas expectativas en la nueva película del cineasta chileno, estrenada en el Festival de Venecia de 2019.

Pero para mi sorpresa y decepción, Ema me parece un ejemplo perfecto del mal rumbo en el que veo el cine de autor actual. Para ejemplificar esto, me quiero detener en una porción de una entrevista que Pablo Larraín dio para el periódico español EL MUNDO:

«Creo que buena parte de la nueva generación es profundamente política pese a que dé la impresión contraria porque reniega de los cauces políticos que hemos impuesto nosotros, la generación de sus padres. Es una generación que se levanta contra el consumismo, contra las consecuencias de este último en el cambio climático y que abomina de la relación binaria del sexo puesto que reconoce en ella todos los males derivados de la posesión: la violencia machista. Ésa es nuestra herencia. No creen en el amor romántico por lo que tiene de explotación del otro. Están convencidos de que el amor se puede vivir de forma diferente, más directa y con un profundo respeto por el otro. Y bailan reguetón. El reguetón es una actitud política»

No, Pablo. Lo lamento. La inmensa mayoría de mi generación (nací en 1992) es profundamente apolítica, inculta y analfabeta que acepta TODO lo que sea que haya sido impuesto por sus padres. Somos una generación más de consumidores (nuestra religión es el consumismo, nuestros Dioses: Nike, Levis, Samsung, etc), somos uno de los principales agentes a favor del cambio climático y abominamos la relación binaria del sexo porque nos parece una moda poco cool de la generación de nuestros abuelos, ya que reconocemos en ella el peor de los males: el amor monógamo y longevo. No creemos en el amor romántico porque no nos interesa el otro. Solo lo queremos usar y tirar. Estamos convencidos que el amor se puede vivir de una forma distante, indirecta y con una profunda despreocupación por el otro. Y bailamos reggaeton. El reggaeton es a la música lo que instagram es a la vida social.

Volviendo a la película, sobre el final aparece una especie de giro que algunos han comparado con la maravillosa Oldboy, pero al lado de Ema, la película de Park Chan-Wook parece un ejemplar de verosimilitud narrativa.

Así que para concluir creo que Ema es al cine de autor, lo que la Saga Fast & Furious es al cine de blockbusters y la serie La Casa de Papel, al mundo de las series televisivas de acción.

Eso si, magnífico descubrimiento de la magnética Mariana di Girolamo, deslumbrante fotografía del fantástico Sergio Armstrong y muy buena banda sonora experimental de Nicolas Jaar.

El resto, solo el filósofo y pensador Daddy Yankee lo pudo expresar mejor:

 

Ella prende la turbina
No discrimina
No se pierde ni un party de marquesina
Se acicala va pa la esquina
Luce también que hasta la sombra le combina
Asesina, me domina
Janguea en carro, motora, y limusina
Llena su tanque de adrenalina
Cuando escucha Reggaetón en la cocina

 

Acerca del Autor

Juan Manuel Fábregas

Uruguayo. Gran creyente de la Iglesia de Paul Thomas Anderson. Crítico de Cine y Realizador desde 2013, escribiendo para publicaciones y revistas como RouMovie.com, Cartelera.com.uy y Gorosito.Tv.

Email: fabregasmendiburu@gmail.com
Tel: +598 91 311 263