Hollywood no pierde la ocasión de sacar ideas de donde puede para crear películas taquilleras. Tras el éxito con la inspiración obtenida de los cómics de superhéroes, ha abogado por tirar de los clásicos de siempre para ofrecernos una o varias secuelas (o “remakes” en algunas ocasiones).
En esta ocasión toca seguir la leyenda que inició el fallecido Tony Scott hace ya más de 30 años con Top Gun, una cinta sobre los pilotos de cazas del ejército de los Estados Unidos que se ha convertido en un verdadero clásico del cine, con una continuación llamada Top Gun: Maverick.
En la cinta original, un jovencísimo Tom Cruise encarnada a Maverick, un arrogante pero capaz piloto, hijo de una leyenda de la aviación, que se caracterizaba por sus temerarias maniobras y su temperamento más bien volátil. Acompañado de su inseparable copiloto “Goose”, que ejercía de la voz de la racionalidad y la cautela, eran destinados a la academia de pilotos de élite llamada “Top Gun”, donde, como no podría ser de otra manera, Maverick destacaría por su destreza innata y su carácter provocador. En definitiva, una cinta realizada para mayor gloria de su protagonista y que representaría uno de los trampolines de su ahora dilatada carrera.
Tom Cruise se ha destacado en las últimas décadas por sus papeles de acción, en parte por su capacidad física para continuar, a pesar de que los años pasan para todos, dando guerra en escenas que no están exentas de riesgo y requieren un gran acondicionamiento deportivo; pero también por su visión para crear auténticos “blockbusters” que llenan los cines de espectadores.
Pero, el actor ha pasado por diversos registros a lo largo de su trayectoria, y de ser un galán juvenil pasó a interpretar algunos papeles icónicos y con una importante carga de dramatismo, como ocurrió con Nacido el 4 de Julio o la oscarizada Rain Man, que rodó dos años después de Top Gun, y en la que brillaba con luz propia Dustin Hoffman (que se hizo con la estatuilla a Mejor Actor), y que narra la extraña relación entre dos hermanos en un viaje no exento de curiosas situaciones, entre las que destaca la parada que realizan en Las Vegas durante su periplo. En definitiva, una película para no perdérsela (o volverla a ver) y comprobar un registro muy diferente al que Cruise nos tiene acostumbrados.
Pero, volviendo a Top Gun, si bien toda crítica a la superficialidad y el sensacionalismo de la película tiene algo de razón, tampoco podemos mirar a otro lado respecto de su aspecto emotivo-motivacional (muy propio del cine americano de mediados de los 80, y si no, pensemos en Rocky IV, por ejemplo). Los que ya tenemos algunos años encima y somos un poco sensibleros, no hemos podido evitar que algún pelo corporal se nos eriza cuando oíamos las primeras notas de la banda sonora original en el tráiler de la nueva entrega.
Y es que, para muchos de nosotros, Top Gun no deja de ser un film de culto, por muy previsible y facilón que sea el producto final. Bajo la batuta del malogrado Tony Scott, y con su sello personal en muchas de las escenas, pudimos vivir las emociones de los pilotos como si fuesen nuestras, la rivalidad de Maverick vs Iceman como si fuésemos los protagonistas, y una gloriosa banda sonora, conducida por Giorgio Moroder, que nos iba emocionando a cada paso.
Ahora, la historia (o lo que sabemos hasta la fecha a través del tráiler) sigue centrándose en un rebelde Maverick (con algún año de más) empecinado en no ascender ni, mucho menos, madurar, gracias a su genuino carácter y a que, en su cabeza, sigue mandando una mezcla de autenticidad, adrenalina y el queroseno como combustible.
Y también esperamos con ansia la aparición del impredecible Val Kilmer, esta vez como vicealmirante ya consagrado, para ver cómo los productores han convencido al actor, que había manifestado no estar muy satisfecho con la experiencia de la película original; aunque es bien sabido que Cruise no acepta fácilmente un no por respuesta.
Otro de los atractivos es el encaje de los nuevos personajes: figuras de la talla de Ed Harris, John Hamm o Jennifer Connelly, que no escatimarán esfuerzos a la hora de enfrentarse a Maverick y su complicado carácter, que hace adorarlo y odiarlo a partes iguales.
En definitiva, una gran expectación para ver la continuación de un clásico que, esperemos, haya tardado en llegar porque se ha trabajado en no defraudar a los incondicionales de la original.