Reseña a la película animada "Buñuel en el laberinto de las tortugas" (2019) dirigida por Salvador Simó.
A principios de los años 30, Buñuel, conocido por ser un ogro surrealista, rodó su tercera obra, el documental Las Hurdes - Tierra sin pan, en su tierra natal española. La aventura de esta película se condensa con las pesadillas de Buñuel y los flashbacks de su infancia en un conmovedor homenaje al innovador cineasta.
Luis Buñuel está considerado como uno de los más importantes cineastas del siglo XX. En sus películas se atrevió a romper tabúes con respecto a la religión cristiana y la moralidad burguesa. En 1973, El discreto encanto de la burguesía ganó el Oscar. El director español Salvador Simó retrata a Buñuel, fallecido en 1983, en esta película de animación basada en la novela cómica homónima de Fermín Solís.
Las películas sobre artistas son siempre un placer verlas, ya que dan una idea del ser humano que está detrás de las grandes obras. A veces estas películas son un poco más específicas y arrojan luz sobre la génesis de estas obras. Otras, nunca deberían haber existido.
¿Puede la miseria, la proximidad a la muerte que vive Buñuel y sus tres colaboradores en Las Hurdes, condensarse en una película con escenas planificadas? Si, y es genial. Buñuel está haciendo un documental, pero no encuentra nada malo en comprar un burro para una escena cruel o recrear el funeral de un niño. La forma en que trata a los habitantes del pueblo, la discusión con el productor Acín, que quiere interrumpir el rodaje, demuestran que Buñuel también piensa artísticamente al retratar la realidad. Con este hermoso filme, Simó no sólo rinde homenaje a Buñuel, el artista que da forma a su firma, sino también a su amistad con Acín, fusilado en 1936 como opositor a Franco en la guerra civil.
Durante el rodaje también surgen momentos de humor, a menudo con un toque macabro. Por ejemplo, la tripulación intenta que dos cabras se arrojen de los acantilados rocosos para abastecer de carne a los habitantes. Las animaciones se yuxtaponen repetidamente con material real de la película de Buñuel. Esto aumenta considerablemente la autenticidad y la expresividad. El rodaje también pone a prueba su amistad con el productor Ramón Acín. Los métodos de trabajo de Buñuel, su humor, la influencia del surrealismo y la infancia en su obra, se reúnen en esta película de animación de hermosa composición.
El surrealismo de Buñuel cobra vida aquí en forma de pesadillas y visiones que persiguen al artista. En ella, Buñuel anhela el reconocimiento de su estricto padre, le teme a los pollos y a su madre, quien, en forma de la Virgen María, le da una bofetada. Los flashbacks de la infancia de Buñuel, cuya pasión creativa se despertó muy pronto, son también entretenidos y esclarecedores.
Aquí, no sólo la pregunta de lo que es verdad, también lo que se inventa es difícil de responder. Ni siquiera se puede saber si lo que la película nos muestra es divertido o aterrador. Porque, mientras que algunas escenas en las que Luis Buñuel manipula, sin piedad, el escenario para encontrar su ilusión de la realidad son bastante estimulantes, otras son aún más siniestras. El cineasta español es despiadado, a veces incluso cruel. Lo que se permite es lo que beneficia a su trabajo, sin importar cuán brutal y despectiva sea la vida.
En cambio, la película nos recuerda el poder de la imagen y cómo podemos hacer uso de ella. Sólo porque algo se parezca a la realidad, no tiene que ser real. Buñuel juega con estos contrastes en el Laberinto de las Tortugas, es a veces realista, a veces grotesco, e inserta una escena surrealista en el medio, que coincide con las obras reales de Luis Buñuel. Técnicamente esto no es necesariamente sobresaliente, obviamente el presupuesto era más bajo. Sin embargo, los expresivos diseños de las secuencias, algo sobre dibujados, suelen distraer de ello, si no estamos demasiado ocupados viendo los extraños acontecimientos de todos modos.
Buñuel en el laberinto de las tortugas es también un homenaje a Ramón Acín, asesinado por los fascistas españoles en 1936, al inicio de la Guerra Civil. Cuando las cabras montesas suben a las rocas o Acín intenta arrancarle la cabeza al gallo colgado al pie, Simó monta las secuencias originales en blanco y negro de Las Hurdes - Tierra sin pan en la animación en color, una especie de "making of" póstumo.
El resultado final es que Buñuel en el laberinto de las tortugas es una película digna de ser vista, analizada y siempre presente en la filmografía actual, también porque la película resucita con mucha fuerza una realidad social opresiva que se intensificó en 1936 durante la Guerra Civil Española.
