Reseña a la película "Little Women" dirigida por Greta Gerwig, protagonizada por Saoirse Ronan, Emma Watson y Laura Dern.
Basada en la novela de Louisa May Alcott, Little Women, la película sigue a la familia March, más bien a sus mujeres, nos muestran cómo luchan a diario y, al mismo tiempo, cuántos momentos de alegría y tristeza tienen a lo largo de su vida. De lo que trata Little Women es algo que la mayoría de la gente probablemente ya sabe, incluso si no han leído el libro. Después de todo, el material ha sido adaptado varias veces, iniciando por Little Brave Jo con Elizabeth Taylor en 1949, Little Women con Winona Ryder en 1994, e incluso una serie de animación de culto llamada A Happy Family en 1987. Mientras su padre (Bob Odenkirk) lucha contra la esclavitud durante la guerra civil, las cuatro hermanas March, Meg (Emma Watson), Jo (Saoirse Ronan), Beth (Eliza Scanlen) y Amy (Florence Pugh) mantienen una cercana conexión con su caritativa y cuidadosa madre Marmee (Laura Dern). Mientras tanto, Laurie (Timothée Chalamet), el encantador y rico niño vecino, se una a esta familia causando estragos en un par de ellas.
Al mismo tiempo, la narrativa nos transporta en dos periodos de tiempo, el actual y lo que ha ocurrido de las hermanas siete años más tarde.
Hay muchos ejemplos de películas realizadas y libros escritos que se adelantaron a su tiempo. Victor Victoria (1982), Citizen Kane (Ciudadano Kane) de Orson Welles (1941), The Children's Hour (La Hora de los Niños) (1961) protagonizada por Audrey Hepburn y Shirley MaClaine, Goodbye Again (Adiós de nuevo) de Anatole Litvak (1961), To Kill a Mockingbird (Matar a un ruiseñor) (1961) y por supuesto The Million Pound Note (La Nota de un Millón de Libras) (1961), con Gregory Peck. Aunque todos ellos podrían viajar fácilmente en el tiempo, de ida y vuelta, el concepto que ofrecen es en lo que se basa la sociedad, y tristemente, nunca perderá su relevancia. Por eso, después de haber visto Little Women, la versión 2019 de una de las directoras más inteligentes de la actualidad, Greta Gerwig (Lady Bird, 2018), nos recuerda lo lejos que hemos llegado desde entonces y lo mucho que nos queda por crear para hacer de este mundo un lugar mejor para vivir.
Gerwig no sólo obtiene nuevos aspectos de la nueva trama porque no se adhiere a la narrativa cronológica del original, sino que también salta de un lado a otro entre épocas de tiempo, lo que abre una y otra vez perspectivas completamente nuevas sobre los acontecimientos individuales. También ha añadido un marco a la conocida trama en la que Jo, en Nueva York, intenta vender sus historias. Gerwig, ve las cosas de manera muy diferente haciéndolo desde una visión actual. En lugar de cambiar la trama, le da un giro inteligente y respetuoso en la recta final que permite a la audiencia decidir por sí misma cómo quieren leer exactamente el final de la historia.
Las cuatro hermanas March y su abnegada madre ya se encuentran entre los personajes más encantadores y atractivos de la historia de la literatura, y sin embargo estos actores sacan mucho provecho de sus papeles en esta muy buena adaptación. Saoirse Ronan, como la combativa Jo, qué pelea por su independencia, pero a la vez es la más vulnerable, consiguiendo con estos dotes, una buena química con Timothée Chalamet (The King, A Rainy Day in New York). Chalamet refuerza aún más la impresión de que ningún otro actor de su generación puede igualar su encanto. Emma Watson (The Beauty and The Beast, The Circle), aunque un poco histriónica, denotando limitantes en su talento, hace lo mejor que puede como la mayor de las hermanas, mientras que Florence Pugh (Midsommar) sorprende con su interesante aproximación a implacable Amy, Elisa Scanlan aunque limitada por las consecuencias, está correcta como la frágil Beth. Laura Dern (Marriage Story) no está en el mejor papel de su carrera pero esta correcta aquí.
Little Women es un cine en movimiento, siempre conmovedor, nunca kitsch, que, a pesar de todos los trágicos acontecimientos, simplemente te deja salir al frío invierno de una manera increíblemente feliz. El resultado es una película que posee la complejidad narrativa y la profundidad emocional de una tragedia clásica, pero que, sin embargo, despliega el efecto reconfortante de una película complaciente.
