Durante el Festival de Toronto 2019, muchas películas fueron dirigidas por mujeres, todas con una visión diferente de temas conocidos. Todas ellas con una voz diferente.
Las voces femeninas ocupan un lugar destacado entre los proyectos canadienses que se despliegan en el Festival Internacional de Cine de Toronto este año, con casi la mitad de la cartelera local dirigida por mujeres y centrada en las relaciones madre-hija, los vínculos femeninos y las mujeres en crisis.
Me llama la atención el particular abanico de ideas que están presentes en las diferentes propuestas, desde películas románticas, pasando por temas de inmigración, adicción y estudios psicológicos acerca de asesinos. He preparado un resumen de estas historias para que las tengan en cuenta en próximos estrenos.
Este drama atmosférico y psicológico de Nicole Dorsey, es una historia no convencional que explora temas de aislamiento, alienación y masculinidad tóxica.
Ella Ballentine, interpreta a una adolescente muy aplicada pero problemática, decidida a evitar ser como su madre convicta. Su mundo choca con un paria interpretado por Ryan McDonald, quien tiene pensamientos extraños hacia las mujeres que le rodean. La película, ambientada en 1987, es descrita por Dorsey como "lo que sucede cuando desafías al patriarcado".
Estás viendo a dos personajes que son extraños a su manera, viviendo en sus cabezas, tratando de descubrir quiénes son, pasando por su día a día y se cruzan sin saber lo que ocurrirá. Ambos están luchando con lo que se están convirtiendo y es narrado de manera convincente.
La novel cineasta, Heather Young, aterriza en el Festival de Toronto con un retrato pausado de una mujer que lucha por recuperar su vida después de ser condenada por conducir en estado de ebriedad. Alejada de su hija y sola, Donna gravita hacia criaturas vulnerables en un refugio de animales donde se le ordena realizar el servicio comunitario.
Young, de 37 años, escribió, dirigió y editó su drama de $ 200,000 con ayuda financiera de Telefilm, el Consejo de las Artes de Canadá y créditos fiscales provinciales. “Murmur”, fue la película ganadora en la sección Discovery del premio Fipresci dentro del festival.
Hay una provocación en casar el género musical con un lenguaje narrativo muy latino. Después de todo, Lina (Magaly Soler) necesita trabajar dentro de un sistema que le deja poco para ser feliz: su situación de alojamiento es grave, su relación con su hijo está tensa por la distancia, incluso sus intentos de intimidad (aunque sensual y satisfactoria) están unidos con tristeza.
Pero en lugar de dejar que tales temas agrieten el estado de ánimo de la película, la documentalista María Paz González, que dirige aquí su primera película de ficción, apuesta por el entretenimiento y una narrativa llena de color, música y personajes pintorescos. Siempre es agradable ver la mezcla de géneros dentro del cine latino.
“The Rest of Us”
En esta película todas las mujeres están pasando por sus propias luchas privadas: Cami es una ilustradora de libros infantiles que está atrasada en una entrega y se debe mayormente a la falta de inspiración; Aster está abandonando la universidad y saliendo con un chico que a su vez está saliendo con su mejor amiga; Rachel está abrumada por el desastre que Craig, quien estuvo casado con Cami, dejó atrás luego de su inesperada muerte; y Tallulah está teniendo problemas para entender la idea de que su padre se ha ido para siempre.
Todo esto se vuelve más interesante cuando este grupo de mujeres, de varias personalidades y temperamentos (y ni mencionar edad), deciden vivir juntas y tratar de adaptarse a un estilo de vida saludable, pero la directora Aisling Chin-Lee, sabiamente nos ofrece con este colorido abanico, un filme que resulta ligero pero entretenido. Una visión comercial pero a la vez muy honesta de las relaciones entre estas mujeres y de cómo deben adaptarse a entornos no amigables y llegar a practicar la honestidad entre ellas y consigo mismas.
Algo que en particular me llama la atención es la extraordinaria capacidad que tienen estas directoras no solo de contar historias, si no de arriesgarse con saltos largos en términos de presentar personajes fuera de lo común en ambientes no corrientes. El Festival de Toronto les da la oportunidad y nosotros como espectadores estamos muy felices de que podamos ser testigos, año tras año del aumento de mujeres cineastas, y algo más importante aún, visiones honestas acerca de diferentes tópicos.
