Reseña de "My name is Dolemite" Craig Brewer con Eddie Murphy y Craig Robinson, producida por Netflix.
Eddie Murphy está de vuelta en lo que mejor le queda, el humor, con este género vuelve a pantalla como Rudy Ray Moore, mejor conocido como Dolemite, quien, en la década de 1970, fue pionero en hacer películas, de mediana calidad, dirigidas a un público negro que se sintió excluido por Hollywood.
A principios de la década de 1970 es cuando conocemos por primera vez a Moore tratando de presionar a un DJ (Snoop Dogg) para que toque algunas de sus canciones. Moore se considera a sí mismo como un hombre renacentista, alguien que ha trabajado en todas las facetas de la industria del entretenimiento y quiere hacerlo todo, como su ídolo, Sammy Davis Jr. Pero sus sueños musicales nunca llegaron a ningún lado, y lo más cerca que estuvo del éxito musical fue trabajar en una tienda de discos. Por las noches, tiene cinco minutos de tiempo para presentar un acto de comedia en un club local, aunque a menudo extiende su límite de tiempo
En los Estados Unidos donde existe una forma no oficial de apartheid con grupos de población enteros que viven culturalmente separados entre sí, y es desde esa exclusión es que nace la idea de crear una película como esta que rinde homenaje a un hombre talentoso cuyo único objetivo era ganar dinero y darse a conocer a toda costa, siempre que pueda mostrarlo de una manera que parezca que le hizo un favor a la comunidad.
Dolemite se convierte en un héroe popular negro, aunque este retrato tampoco oculta lo horrible que fue en todos los sentidos lo que impulsó su búsqueda para ganar dinero. La primera hora se dedica a seguir la carrera de Dolemite, que recuerda a una versión menos refinada de la de Murphy, donde todos los chistes consisten en historias subidas de tono. Luego seguimos la producción de la primera película de Dolemite, donde el filme se vuelve un tanto más divertido, porque podemos burlarnos de sus intentos de lograr un buen filme dentro de sus capacidades, donde todos sus esfuerzos se vuelven irónicamente hilarantes en lugar de tomarlo en serio, hay mucha referencia a otra película del mismo Murphy, me refiero a Bowfinger (
Los guionistas Scott Alexander y Larry Karaszewski sobresalen en dramatizar las incertidumbres y los fracasos inevitables que conlleva la producción cinematográfica de ultra bajo presupuesto, pero son extrañamente incómodos cuando se trata de la vida personal de Moore. Nunca entendemos de dónde proviene su deseo de un hombre que hace de todo, y sus respuestas a una vida llena de fracasos solo se cubren brevemente. Los dos escritores que ya sobresalieron en escribir personajes complicados de la vida real como Ed Wood (1994), The People vs. Larry Flynt (1996) y Man on the Moon (1999), sin embargo, no le dan a Moore el mismo tratamiento de profundidad. El director Craig Brewer (Hustle & Flow) aporta poco con su limitante de letras. Brewer no puede crear secuencias y los detalles del período de las mencionadas películas biográficas anteriores, y nunca muestra realmente un toque de dirección, mientras que algunas de las actuaciones de secundarias se notan superficiales.
Es muy comprensivo que ahora la industria dé voz a las minorías y demuestre que también tienen derecho al entretenimiento dirigido a ellas y a su cultura. Es una lástima que el voto que eligieron no lo hiciera para nadie más que para ellos mismos.
Pero al final nos queda el carisma y talento de Eddie Murphy, quien parece que le ha dado un giro a su carrera y viene con varios proyectos, todos en la línea de la comedia. Murphy es sin dudas el alma de esta película ya que la historia se centra en su personaje y sus consecuencias, es una historia muy americana de las cuales el público disfruta, ya que la mayoría ama las historias de estos desconocidos que logran el éxito. My Name is Dolemite no es de lo mejor de año pero si te hará pasar un rato divertido de mano de personajes exuberantes y una buena dosis de chistes y momentos graciosos.