Basada en la obra de teatro escrita por JC Lee (y quien escribió el mismo guión cinematográfico) y adaptada a la 
pantalla por el director Julius Onah ( The Cloverfield Paradox ), en esta película conocemos la historia de Luce. Cuando Amy (Naomi Watts) y Peter (Tim Roth) adoptaron a su hijo Luce cuando era un niño de Eritrea, uno de los países más pobres de África, querían darle una vida mejor y en los últimos diez años creen que han hecho un buen trabajo. Luce es un atleta estrella y un estudiante de honor, un joven cortés, sensible, con un futuro brillante y, después de años de terapia para ayudar a resolver el trauma que sufrió antes de ser adoptado, se adapta razonablemente bien a la sociedad. Cuando comienza la película, Luce (Kelvin Harrison Jr.) está dando un discurso en una actividad escolar después de lo cual sus padres son presentados a Harriet Wilson (Octavia Spencer), la maestra de culturas mundiales. La tensión es evidente y es apenas el inicio de los problemas.
Esta situación es la primera grieta en la relación, no solo entre madre e hijo, sino también entre marido y mujer. Cuando la señorita Wilson hace un reclamo sobre un escrito, el comportamiento de Luce hacia ella, cambia y de repente Amy es la que defiende a su hijo mientras Peter toma el punto de vista opuesto. Resulta que la pequeña preocupación que tiene la señorita Wilson es solo la punta de un iceberg de secretos relacionados con la escuela que brindan algunos giros y vueltas sorprendentes para todos los involucrados. En el centro de todo esto está Luce, su pasado lo posiciona como alguien a quien queremos apoyar y creer, pero ¿estaríamos en lo cierto?
Lee y Onah plantean estas preguntas con habilidad, creando lealtades cambiantes no solo con los personajes en pantalla, sino también con el público, tratando de descifrarlos por sí mismos. En un momento crees que has resuelto las cosas y el siguiente pitcheo es una bola curva. Cuando crees que tal vez has llegado a una conclusión, es cuando fallas, de nuevo.
Se exploran cuestiones de naturaleza versus crianza, así como el racismo no solo entre negros y blancos sino dentro de las mismas razas. Las películas adaptadas de una obra de teatro a menudo pueden tener la sensación de ser demasiado parlanchinas y escénicas, y Luce tiene una buena cantidad de escenas que estoy seguro de que fueron extraídas literalmente del texto original, pero nunca se siente en la puesta en escena.
Después de que su última película, “The Cloverfield Paradox’’ (2018) no fuera muy bien recibida, Julius Onah no se arriesga más al adaptar una obra teatral exitosa con el poder de las palabras, sus significados, sus ambigüedades, sus traiciones e incongruencias. Hablar para no decir nada o, como aquí, para hacer que el mensaje sea aún más provocativo porque está sujeto a muchas interpretaciones.
La versión cinematográfica de Luce , que significa "luz" en italiano, es el ejemplo típico del cine de autor americano contemporáneo en donde el intelecto es puesto a prueba tanto por los protagonistas como por los espectadores. “Luce” es una película en perpetuo combate.
Al igual que los personajes, debemos abordar una trama que, si bien sigue un enfoque lineal de la narrativa, nos sigue refiriendo a la idea de que podemos hacer realidad lo cercano y lo que podemos sentir diariamente, pero al mismo tiempo, uno se esconde astutamente para dar lugar a situaciones casi kafkaescas del mundo.
De hecho, “Luce” es una película clínica, presentada como si fuera un experimento de laboratorio. Para hacer esta atmósfera y narrativa cercanas al psicoanálisis freudiano, tenemos comediantes creíbles totalmente convencidos de sus personajes, especialmente el prometedor Kelvin Harrison Jr. y la maestra, como siempre una excelente Octavia Spencer, una de las actrices más brillantes de su generación. Esta es una de esas películas que no olvidarás fácilmente, ya que te tomará tiempo salirse de su manipuladora red. La forma en que termina la película no depende de interpretación, si no lo que realmente sientes al respecto. Esta película es una de la que hablaremos por un largo tiempo.
