En el mejor y peor día de la vida de Grace, conocemos a esta novia, interpretada orgánicamente por Samara Weaving, un poco aprensiva sobre la boda de sus sueños, en una enorme y apartada mansión. Cuando Alex Le Domas (Mark O'Brien) le propuso matrimonio, esta no sabia que la adinerada familia insiste en que todas las bodas de Le Domas tengan un ritual algo fuera de lo común. Cada vez que los Le Domas agregan un nuevo miembro a su familia a través del matrimonio, un acuerdo que su antepasado del siglo XIX les exige, es que jueguen un juego seleccionado por una caja de azar. En la mayoría de los casos, esto lleva a una noche incómoda pero inofensiva de juegos con los suegros. Grace tiene la peor suerte y la peor carta.
Dirigida por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett ( “Devil's Due”, segmento 10/31/98 de VHS ), Ready or Not recuerda algo a You're Next (Adam Wingard, 2011). Aquí, también, la primera reunión de la heroína con sus suegros se convierte en un baño de sangre ... con un final inesperado. Las principales diferencias: una nuera un poco menos ingeniosa, un suspenso menos agudo y personajes más involucrados emocionalmente.
Fiel a sí misma, Weaving navega por las aguas del horror y la comedia con tanta confianza como naturalidad, con el apoyo de un elenco que le da buen soporte. Andie MacDowell ( Groundhog Day ) y Henry Czerny ( Sharp Objects ), los suegros y el resto de la tribu siguen el ejemplo de una excéntrica tía Helene (Nicky Guadagni).
Desde el principio, está claro dónde brilla la película, en su sentido del humor oscuro y sus escenografías impecablemente hermosas. Cada personaje tiene momentos en los que ofrecen actuaciones brillantes, y uno de los mejores personajes es la tía Helene, ella es la encargada de ser la más despreciable pero a la vez la más gracioso.
Además de la capacidad de Ready or Not para equilibrar el horror, el suspenso y la comedia, su éxito en estas tres categorías se debe a la química entre los actores. Desde Adam Brody como Daniel (el alcohólico hermano mayor), Melanie Scrofano como Emily (la hermana drogadicta que no puede hacer nada bien), hasta Andie MacDowell como Becky (la madre protectora), cada actor en este elenco trae elementos de humor y disfunción. Los personajes excéntricos trabajan para construir una dinámica familiar que me creí desde los primeros momentos de la película.
Pero, por supuesto, Samara Weaving se roba el espectáculo como Grace. Huérfana desde muy joven, Grace solo quiere una familia. Al haber sido la que presionó para casarse, se arrepiente inmediatamente de su decisión cuando salen las hachas y los rifles de caza. Sus interacciones con cada personaje son creíbles y graciosas. Con su suegra Becky, Grace se enfoca en ser aceptada como una de la familia Le Dumas. Se identifican entre sí y se ven a sí mismas la una en el otra, hasta que inicia la cacería. La lucha entre ellas no solo es brutal en su violencia física sino en los ataques verbales. Weaving es capaz de llevar al público a un viaje en la relación de cada personaje, específicamente con Becky, Daniel y, por supuesto, su nuevo esposo Alex.
Incluso en poco más de 90 minutos, a los directores les toma unos minutos poner las cosas en marcha. La exposición temprana presagiaba el alejamiento de Alex de sus padres y trae el por qué la familia Le Domas debe jugar este juego cada vez que uno de los suyos toma un cónyuge, lo que es moderadamente torpe. Además, aunque hay muchas sorpresas en el divertido guión de Busick y Murphy, tampoco puedo decir que me haya sorprendido mucho de lo que sucede durante el clímax de su historia. En cierto punto, queda bastante claro que hay pocos lugares a los que puede ir esta narración, y como tal, el poder del acto final se ve ligeramente disminuido debido a esto.
Finalmente, el éxito de Ready or Not también está en cómo reconoce los vacíos en la lógica, requeridos para hacer que la premisa de la película funcione, jugando con ellos durante todo el metraje. Sí, la película sigue una trama bastante genérica y predecible, pero con una energía que ayuda a perdonar sus clichés e improbabilidades; estamos ante un slasher y de todos modos, la lógica no está de su lado aqui. Este loco viaje que ofrece algunos sustos no utiliza esta herramienta para su beneficio, pero reanuda su ritmo en menos tiempo del que toma decir "sí, acepto".