La crisis económica de México durante la década de 1980 fue devastadora para gran parte de la población, mucho 
más para la clase trabajadora. Es allí donde conocemos a Sofía (Ilse Salas) que está celebrando su fiesta de cumpleaños. Con un vestido que compró en Nueva York, y sueños de conocer a Julio Iglesias, la fiesta transcurre entre chismes y un banquete preparado por los sirvientes.
Cuando la economía mexicana tiembla, también afecta a los ricos. Las fiestas, los almuerzos y las cenas no son tan frecuentes y el chisme del día es sobre quien se ha ido a la bancarrota. Sofía y varias de sus amigas viven como en una burbuja y no se dan cuenta de la seriedad del momento. No trabajan, pues son sus hombres los responsables de los medios de subsistencia. Por lo tanto, estas mujeres no viven en la realidad y les gusta ser mimadas. Cuando una de las amigas sugiere que inviten a Ana Paula (Paulina Gaitán) a su club, Sofía se ríe de la propuesta. Ana Paula no es vista con la suficiente clase para pertenecer a su grupo. Pero como dice el refrán, el que ríe último..
La película está basada en el libro de Guadalupe Loaeza de 1985, Las niñas bien, que recopila algunas de las historias que escribió para el periódico en ese entonces. Loaeza misma era una de estas mujeres. Ella comenzó a escribir sobre la crisis económica y lo que las mujeres de la clase alta experimentaron. En el centro de la misma, la novela trata sobre la desigualdad social en México.
Es a través de la cámara de Alejandra Márquez Abella que conocemos a un gran México que se presenta con elegantes villas, fiestas, restaurantes, ropa y joyas. También nos presenta un mundo aislado en el que viven seres humanos desconectados de una realidad, pero pretendiendo a toda costa mantener un estatus y un estilo de vida. La directora utiliza brillantemente planos cerrados combinados con un puntaje acelerado para mostrar el funcionamiento interno de la mente de una mujer en modo de pánico.
Se siente, sin duda, que se pudo aprovechar mejor la historia. Es una de esas historias que ya habíamos visto, pero Abella mantiene las cosas interesantes con su enfoque en los detalles y la evolución en capas del personaje de Salas. La película no le resulta fácil a Sofía, pero aún le da espacio a Salas para encontrar su vulnerabilidad. Las Niñas Bien, en última instancia, es un estudio sobre la mujer y cómo lidiar con la ansiedad. Aunque la narrativa transcurre casi al mismo ritmo todo el tiempo y no ofrece ningún giro ni momento inesperado, si no que todas las sospechas que desarrollamos se van haciendo realidad, al final sentimos empatía por estos mimados personajes. La dura verdad aquí es que las mujeres que parecen poderosas a menudo están indefensas en una sociedad patriarcal.
Márquez Abella escribió el guión de Las Niñas Bien con una visión clara de que no sería una comedia y aunque parece serlo, dista mucho de esto. La directora deja claro que la sociedad debería dejar de reírse de la clase alta y tomarla en serio. Ella deja claro que no entiende por qué la mayoría de las mujeres en nuestra sociedad aspira a ser como Sofía, las cuales en muchos casos, son analfabetas financieramente y dependen por completo de hombres que aún no superan a sus madres. Las Niñas Bien puede ser una película ambientada en los ochenta, pero no deja de ser tan actual como lo fue en aquella época, en una sociedad contemporánea, donde la vanidad y la apariencia tiene más valor que los conocimientos y el trabajo duro.
La pelicula tuvo su estreno en Estados Unidos en el Festival de cine en Miami y será el Opening Night de Hola Mexico Film Festival en Los Angeles.
Por lo visto nadie leyó los artículos cuando se publicaban y se relacionaban con lo que estaba pasando, por ejemplo el artículo aparecido en “unomasuno” el 13 de agosto de 1983 “Niños Bien” no sirve de contrapunto en el guion.