Festival Internacional de Toronto (TIFF) Críticas de Cine y Artículos Festivales Festival de Cine Miami Festival de Cine de Cannes Festival de Cine SXSW Festival de Cine en New York (NYFF)

Critica a «Burning» (2018) de Chang-dong Lee

Ganándose la vida a través de pequeños trabajos, Jong-Su tiene que administrar sólo una granja exigua familiar cerca de la frontera con Corea del Norte, olvidado por una madre que decidió reconstruir su vida y abandonado por un padre violento que enfrenta un juicio. Jong-su lleva una existencia solitaria, y escapa de su vida cotidiana con la ayuda de la escritura; él, que compara su vida diaria con Faulkner, ha decidido convertirse en escritor. Un día, el destino pone a Hae-mi, una vieja vecina y compañera de clase, en su camino. Para sorpresa de Jong-su, Hae-mi confiesa que estaba enamorada de él desde entonces. Los dos renuevan sus lazos con una velocidad asombrosa: Hae-mi invita a Jong-su a su casa a dormir juntos, y le pide que cuide a su gato durante el viaje que planea hacer en África. Indiferente al aura de extrañeza que rodea este romance inesperado, Jong-su realiza su tarea y espera pacientemente el regreso de su nueva compañera.

"Burning" toma un giro inesperado cuando Jong-su va al aeropuerto para finalmente encontrar a Hae-mi, pero ella llega acompañada por otro surcoreano, Ben, a quien conoció por casualidad en Nairobi.

Varios temas se cruzan y se confrontan entre sí en "Burning", cuyo título se puede aprehender de manera diferente según el personaje involucrado. Está el personaje de Ben, cuyas verdaderas intenciones no serán reveladas. Brillantemente realizado por Steven Yeun ("The Walking Dead"), quien merece su comparación con el héroe trágico de Fitzgerald, El Gran Gatsby. Steven añade la cantidad adecuada de matices inquietantes, incluso demoníaca, para infundir un extraño malestar en nosotros . Existe el ardiente deseo de Hae-mi (primer papel para Jeon Jong-seo) que experimenta experiencias emocionales con una sensibilidad inusual. Durante una hermosa sensual escena, sin previo aviso, se desnuda y se arroja en una coreografía improvisada contra la puesta de sol al sonido de "Elevator for the scaffold" de Miles Davis. Entendemos que  su desorbitada pasión por la vida terminará costando caro.

Y luego está Jong-su, magistralmente interpretado por Yoo Ah-in. Todos conectamos directamente con este personaje que quiere emancipar su condición de enamorado y que forzosamente es traído de nuevo a la cruel realidad de un rival inesperado que tiene todo lo que él no posee. Después de un suceso inesperado, Jong-su comenzará una investigación desesperada. Aislado, vagabundea en la ciudad o en el campo coreano, en busca de pruebas bajo la pálida luz del amanecer o el atardecer, envuelto por una especie de hora azul permanente.

Desgarrado por cuestionamientos e impulsos contrarios, Jong-su se dobla ante la duda y la incertidumbre que nacen y se maceran en ausencia de la comodidad material. La película  culmina las tensiones que suscitan en un final magistral. Debe ser visto, ya sea por sus imágenes sublimes, su atmósfera de extrañeza o la precisión de sus actores, y porque es una oportunidad de beneficiarse de la presentación teatral de esta preciosa película.

Burning es una película extraña y difícil de analizar, ya que se presta a diferentes lecturas. En un nivel moral, por ejemplo, Lee nos obliga a recalibrar continuamente el punto de vista sobre el y los tres protagonistas. Muchas preguntas y dudas surgen sobre los tres personajes, que inician una especie de trío amoroso sin intimidad.

Quizás el aspecto más sorprendente del filme es su combustión lenta, la que continúa después de la proyección y permanece dentro de nosotros como una carcoma. Tal vez siempre estuvo allí y solo la ha despertado. En este filme nos impresionan algunos gestos, miradas, detalles y palabras. Hay imágenes que a veces nos dicen una verdad que ya hemos construido: las joyas en el cajón del baño, un reloj y un gato, pero también el lago, el invernadero quemado o el abrazo de Ben. Ojo a los detalles.

Al utilizar las sugestiones de la historia de Murakami como un reguero de pólvora, Lee Chang-dong captura algunas obsesiones de la contemporaneidad ante la inestabilidad de las nuevas generaciones, de Jong-su y Hae-mi que no tienen perspectivas reales; de Ben, quien es casi una versión surcoreana de Patrick Bateman por Bret Easton Ellis. Misterioso, limpio y seductor, todos queremos ser Ben, pero sentimos simpatía por Jong-su. Al final nos queda, como meros espectadores que de seguro estaremos aturdidos al final, seguir imaginando como el fuego quema lentamente y pensar en la existencia de un pozo de agua. Ya me entenderán.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.