“Por no perderla le conté muchas mentiras que inventé”, así cuenta ‘El Lavaplatos’, una de las canciones más exitosas del controversial Luisito Rey, quien afrontó las consecuencias de mentirle a su hijo Luis Miguel y perder la relación con él. Es bien sabido que su vínculo no era nada tradicional y que más que desempeñar roles de padre e hijo, fungían más bien como jefe y empleado. Pero Luis Rey era más que ese monstruo obsesionado con la fama y el dinero que vemos en la famosa serie. Este hombre narcisista e inundado de demonios no siempre mostraba su faceta psicótica, podía ser muy encantador cuando él quería, como dijo en una entrevista el actor Andrés García.
Luis Gallego Sánchez, nacido en 1945, provenía de una familia de artistas, sus padres fueron cantantes de flamenco. Desde muy pequeño incursionó en el medio artístico en un programa de radio en su país natal. Sobresalió en muchos aspectos, incluso Pablo Picasso dijo una vez “My boy you are like a chill that can be heard”.
La música de Gallego fue bien recibida durante los años 70 en escenarios de España, Argentina, Costa Rica y Puerto Rico, sin embargo, jamás logró consolidarse como un artista famoso, marcándolo de por vida. Aferrado al éxito, trató de abrir su camino en uno de los países latinoamericanos con mayor actividad mediática del continente: México.Posiblemente Luis Rey sufrió –a menor escala– la presión que Luis Miguel resintió durante su infancia, pues su madre también tenía la ilusión de que su pequeño lograra alcanzar el estrellato. Dejaron todo para dirigirse a Argentina bajo promesas falsas de éxito, por lo que tuvo que regresar a la madre patria, donde sus creaciones no fueron bien recibidas por el régimen de Franco, época donde la creatividad y libertad de expresión se encontraban totalmente reprimidas. Esto hizo que Luisito emigrara a París, donde pudo desarrollarse como autor de letras para otros artistas, además fue donde conoció a la modelo italiana, Marcela Basteri.
Ya establecido en tierras aztecas en compañía de su esposa Marcela y sus hijos, puso a trabajar su encanto, sin embargo, no fue suficiente para poder posicionar su carrera en el país, aunque sí fue de gran utilidad para lanzar al estrellato su niño de oro: Micky. Su vida estuvo plagada de sueños y fracasos, la cual podemos inferir en sus canciones que nos relatan su sentir y pensar, son el reflejo de todo lo que quiso ser y nunca fue.
-'Frente a una copa de vino'
"Con este tipo y sin dinero, quién me va a querer a mí".
Una de las canciones más reconocidas de la discografía de Luis Rey es 'Frente a una copa de vino'. ¿Será que eso pasaba por la mente del cantautor? Que si no tenía dinero, nadie lo querría, ¿a qué se debía tal obsesión con el dinero y el exceso? Sus letras representan la ambición que tenía con la fama, desatada al probar una pizca de popularidad en su juventud que lo persiguió durante el resto de su vida.
'Marcela'
"Nada de este mundo vale nada si no estás, Marcela".
'Si haces bien o mal'
"Debemos de vivir con toda la ilusión y con tanta intensidad que no puedas medir si haces bien o haces mal".
Ilusión, el motor de Luisito Rey en los momentos difíciles. Innegablemente él y su familia atravesaron obstáculos donde la inestabilidad parecía ser la única constante. Mudanzas constantes y preocupaciones sobre cómo cubrir los gastos fueron componentes presentes durante años en la vida del español. Sin embargo, la ilusión de cumplir su sueño de fama y fortuna nunca se desvaneció y lo llevaron a no saber si hacía o mal, pero siempre actuando con visión.-
'Posiblemente mañana'
"Mañana, cuando el Sol haya salido nuevamente, tal vez será más buena la gente".
Irónicamente estas palabras las cantaba Luis Rey por allá del año 77. ¿Será que genuinamente pensaba que algún día sería más bueno? No sabemos qué pasaba por su mente, la interrogante siempre estará en el aire pero, ¿es posible que detrás de este malévolo personaje estuviera una buena alma eclipsada por las drogas y el alcohol? Quién sabe. Lo que sí es seguro es que Rey era un hombre incomprendido y con muchos complejos.-
Sin duda, fue un hombre codicioso, cínico y egoísta a quien no le importó pasar encima de quien sea con tal de satisfacer su obsesión con el lujo y el exceso. Pero también fue un talentoso artista incomprendido que guardó mucho dolor y rencor debido a su frustración.Los fracasos de Luisito Rey fueron determinantes en su definición como persona. Sin éxito colosal en los escenarios Luis se avocó a la producción y administración de la carrera de su famoso primogénito.
Aunque puedas odiarlo –o al menos a su personaje en la serie– debemos reconocer que fue un loco en medio del circo, con un don y perseverancia únicos.
Fuente: Cultura Colectiva